La leyenda del guerrero sagrado (kof fan fic) Vol. 1

Capitulo 3. "Los Kusanagi"

Kaoru se encontraba encogida en el asiento, abrazando sus rodillas al pecho, trataba de asimilar las cosas, habia dejado de llorar y apretaba los labios para no seguir haciéndolo.

Cuando llego a Osaka, se coloco la gorra y tomo sus pertenencias.

Miro hacia todos lados buscando un indicio de los Kusanagi, o por lo menos un letrero con su nombre pero solo vio a las personas ir de un lado al otro, busco la banca mas cercana y ahí espero.

Pasaron dos horas y nadie se acerco, pensando que quizás no pudieron ubicarla ella salió de la estación y entro a varios establecimientos solicitando el directorio telefónico y solo así obtuvo la dirección de lo que era el dojo Kusanagi.

Montada sobre su patineta y preguntando con frecuencia busco entre las calles el lugar.

Cuando parecía extraviada se detuvo en un parque cerca de los suburbios y abrió su mochila para sacar un aperitivo que habia empacado antes de salir.

Pero lo primero que se topo dentro de su equipaje fue una bolsa de tela.

Al abrirla encontró una carta y una pequeña caja negra.

Iori lo habia colocado todo ahí sin que ella se diera cuenta, de inmediato ella le dio lectura a la carta.

"estaré siempre que me necesites" .

Dentro de la caja habia un collar en color plateado con el dije de una luna creciente.

Kaoru sonrió con ternura y de inmediato se colgó la prenda.

Se puso de pie y continuo.

Iba distraída mirando los señalamientos de las calles buscando el nombre exacto y al doblar en una esquina no se percato del chico que estaba sumergido en su cuadernillo que venia en dirección contraria.

Justo antes de chocar ella lo miro y grito.

-¡Cuidado!

El bajo su librillo y puso cara de espanto al ver que estaba a punto de estrellarse, Kaoru trato de evitar el impacto pero su patineta termino siendo victima de un orificio en la banqueta haciendo que ella perdiera el equilibrio y callera de sentón, la patineta se deslizo hasta la calle.

-¡¿t-te, te encuentras bien?! – dijo el joven aun nervioso

Pero ella no le hizo caso

Se levanto de inmediato pero antes de poder cruzar vio como un vehículo habia empujado la tabal de madera hasta una coladera donde se atoro de una rueda.

-¡Rayos! – exclamo Kaoru.

-¡no te preocupes yo la sacare de ahí! – comento el otro y corrió a buscar la patineta.

Dio un par de jalones y logro liberar la tabla.

-¡mira!, ¡lo logre!

Cuando se percato, la patineta habia perdido la rueda.

-¡¿qué haz hecho?! – le reclamo ella jalándose la gorra hacia abajo con amabas manos -¡mi patineta!

-¡lo lamento!, ¡creo que jale con mucha fuerza!

Le arrebato la tabla con las manos para contemplar la parte donde habia estado la rueda.

-¡discúlpame!, ¡yo arreglare tu patineta!