TODO SEA POR FAMA (EMILIACO).

23. Divorcio.

(NARRA JOAQUÍN)

-Hey Ren -dije saludando a mi hermana-

Habíamos llegado al hospital con Emilio hace apenas unos minutos.

-Hola -saludó sonriendo- te extrañé.

-Yo más -dije abrazándola- ¿Cómo te sientes?

-Mucho mejor ¿Y tú?

-También -sonreí- me alegra que ya estés bien, me pegaste un buen susto.

-Si, pero no te preocupes ya estoy mucho mejor, por cierto, ya me dijeron que tu novio donó sangre.

Sonreí - Así es, de hecho esta afuera y quiere venir a saludar.

Quedó pensativa unos momentos.

-Igual si no quieres, está bien.

- Ayudo a que me salvarán, supongo que tengo que dar las gracias -dijo encogiendo los hombros-

-¡RENATA! -exclamó mi mamá en tono de regaño-

-Es broma, ya, dile que pase.

Salí de la habitación y me encontré a Emilio jugando en su celular.

-Ren quiere decirte algo -dije cerca de él y se asustó-

-Casi me sacas el corazón -contestó bloqueando su celular- Espera...¿Renata me quiere decir algo?

Asentí con la cabeza, se levantó y entró detrás de mí, agarrándome de la playera.

-Hola Renata ¿Cómo estás? -dijo en tono bajo-

-Entubada, por si no te has dado cuenta -contestó en tono serio-

Emilio solo tragó saliva, no pude evitar reír.

- P-perdón -tartamudeo- no era mi intención...

-Ya, ya, que nena, ven y dame un abrazo -dijo extendiendo sus brazos-

Emilio abrazó a Renata tan fuerte como pudo.

-De verdad gracias, no tenías por qué hacerlo -dijo dándole palmadas en la espalda-

-No me lo agradezcas, es lo mínimo que puedo hacer.

-Bueno, en eso tienes razón -dijo separándose de él-

-¡Señorita! La voy a castigar si sigue contestando así.

-No puedes, estoy enferma -dijo riendo-

-¿Cómo de que no? -dijo mi mamá cruzando los brazos-

Dirigió su mirada a Emilio - Te lo agradezco de corazón, de verdad, no tenías porque hacerlo.

-No hay nada que agradecer -dijo sonriendo- bueno, creo que me retiro.

-Gracias Emilio, por todo -dijo mi mamá abrazándolo- eres tan bueno.

Renata soltó una carcajada y luego se tapó la boca, Emilio empezó a reír también.

-Soy todo menos eso, pero gracias.

-Te acompaño -dije caminando a la puerta- ahorita regreso.

Salimos y Emilio me agarró de la cintura.

-Me tengo que ir, hay ensayo en la noche para el concierto de la próxima semana, pero prometo venir mañana.

-No, mañana nos vemos en la oficina de tu papá para el contrato -dije tomándolo del cuello- ¿Si?

-Está bien, solo prométeme que irás al concierto, te tengo una sorpresa.

Asentí, aunque estaba mintiendo.