21. El beso.

2.8K 297 127
                                    

(NARRA EMILIO)

-¿Puedes quedarte? -preguntó bajándose del carro- Te necesito conmigo...

-Claro que si -contesté apagando el carro-

Salí del coche y agarré la mano de Joaquín para entrar a su casa.

-¿Quieren desayunar? -preguntó Elizabeth cerrando la puerta-

-No, gracias mamá.

-Yo tampoco -contesté- ve a descansar, lo necesitas.

Asintió con la cabeza y se dirigió a su cuarto, mientras tanto, Joaquín y yo subimos a su habitación.

-¿Le avisaste a tu mamá que Ren ya está bien? -dijo lanzándose a la cama-

-Sí, de todas maneras mañana iremos con ustedes -dije quitándome el pantalón y la playera-

-Iré a cambiarme, aquí hay un cepillo de dientes, agarralo -dijo señalando un cajon-

Entró al baño y agarré el cepillo de dientes, minutos después salió con la pijama puesta.

-Adelante -dijo acostándose de nuevo en la cama-

-¿No te molesta que duerma así? -pregunte saliendo del baño después de cepillarme los dientes-

-No, solo ven y abrazame -contestó cerrando los ojos-

Apagué las luces y me acosté junto a él, tomé su cintura y lo atraje hacia mí, nuestras frentes rozaban, la respiración de Joaquín era tranquila sin embargo podía sentir los latidos de su corazón, había silencio, ese silencio que te atrae paz, la luz del sol se hacia presente a través de la ventana, ya que estaba amaneciendo.
Mi corazón latía muy fuerte, estoy seguro que Joaquín lo noto por qué puso su mano encima de mi pecho
Nuestras miradas estaban conectadas, no podía dejar de verlo, no podía dejar de ver sus ojos color miel, con la luz resaltaban más, lo necesitaba cerca de mi, necesitaba sentir a mí otra mitad.

-Sí me dices que me quieres dejo todo - comenzó a cantar- si me dices que me quieres....- acarició mi mejilla con su mano, cerré los ojos, se sentía tan bien- nos hacemos otro mundo de algún modo, si me dices que me quieres, nos volvemos invencibles -se acercó a los labios- nos hacemos invisibles, solo escúchame bien lo que tienes que hacer simplemente es pedirme...

No aguante más y tomé su barbilla acortando la distancia que había entre nosotros para besarlo.
Nuestro primer beso de verdad, lleno de amor y yo me sentía en el mismísimo cielo, sus labios eran tan suaves, y parecía que estaban destinados a encajar con los míos.

Hoy mi querido Joaquín, hoy juro recuperarte de nuevo, pedirte perdón por todo lo malo que te hice pasar, juro amarte eternamente como debí hacerlo siempre, porque mi amor, este corazón nunca se equivoca.

(NARRA JOAQUÍN)

Los labios de Emilio encajan perfectamente con los míos, siempre he sabido que estamos destinados a estar juntos, sin embargo, hoy Emilio, te digo adiós.

Debía alejarme por mi bienestar, lo sabía muy bien, necesitaba romper ese contrato lo antes posible, iba a ser difícil, porque no es fácil separarte del  amor de tu vida, porque sabía que, por más que me hiciera daño yo lo iba a perdonar una y mil veces, por más que yo me opusiera a no amarlo, el corazón sabe lo que quiere y mi corazón sabe que quiere a Emilio.

Sé que el amor todo lo puede y todo lo cura, sin embargo, yo ya estaba demasiado roto para poder amarlo de nuevo, porque lo quería, si, pero no como se debe, los recuerdos malos siempre iban a estar persiguendome y yo no estaba dispuesto a sufrir de nuevo, Emilio ya no es mi prioridad en estos momentos.

No me cierro a la idea de estar con alguien más, pero Emilio ya no es una opción.

Necesitaba conseguir esa felicidad y entre nosotros dos ya no era posible, mi Emilio, sabes que ocuparas un lugar en mi corazón, pero este amor ya no es para ti.

Hoy estoy dispuesto a dejarte libre, a que ames a alguien más y por supuesto que sanes ese corazón de oro que tienes ahí.

- Te amo -susurró separándose de mí-

-No lo digas, por favor.

-¿Porqué? -preguntó-

-Porque será más difícil decirte adiós.

-No voy a permitir que te alejes de mi otra vez, sé que ya tomaste una decisión, te conozco -dijo viéndome directamente a los ojos- y juro que lucharé contra todo y todos por volverte a recuperar, porque oye a este corazón que nunca se equivoca.

-Entonces -susurré acercándome a él de nuevo- besame otra vez.

Porque quiero recordar para siempre como es besarte, como es que pudimos serlo todo y al final, me dejaste ir.

TODO SEA POR FAMA (EMILIACO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora