20. No me sueltes por favor.

2.7K 295 41
                                    

(NARRA EMILIO)

-Sí ella se va, yo me voy con ella...

Negué con la cabeza -No digas eso por favor -dije separandome de él-

Lo ví, tenía sus ojos hinchados y su respiración era agitada por tanto llorar.

-Yo te necesito -dije pegando mi frente a la de él, cerré mis ojos- todos te necesitamos -susurré- y Renata también te necesita fuerte en estos momentos.

Asintió con la cabeza, pero aún así su llanto no paraba.

¿Porqué la vida se encargaba de hacer sufrir a los ángeles como Joaquín?

-Ven, vamos a sentarnos -lo jalé suavemente, me senté e hice que se sentará en mi piernas, rápidamente escondió su cabeza en mi cuello-

Lo arulle como a un bebé, di leves caricias a su cabello y besaba su frente constantemente.

-Muchas gracias por estar aquí -susurró Joaquín a mi oído y  entrelazó su mano con la mía- no sabes cuánto significa.

-Te quiero Joaquín, pase lo que pase siempre te voy a querer.

-No me sueltes porfavor -dijo acariciando mi mano con su pulgar- te necesito más que nunca.

-Aquí estoy, bebé.

Pasaron unas horas más y la prensa no se hizo esperar, todos estaban fuera del hospital esperando a que dieramos un anuncio sobre lo sucedido, Elizabeth decidió que se haría en unas horas, después que nos dieran el diagnóstico oficial de Renata.

Por mi parte seguí abrazando a Joaquín hasta que se quedó dormido aferrándose a mi camisa y con su cabeza recargada en mi pecho.

(NARRA JOAQUÍN)

Desperté en lo brazos de Emilio, quien estaba tarareando una canción.

-Hey -susurró viéndome-

-Hola -dije separándome de él- ¿Y mi mamá?

-Está con Renata

-¿No han dicho nada los doctores? -pregunté-

-Aún no moquito, vuelve a descansar.

-¿Qué hora es?

-Las cuatro de la mañana -contestó recargandose de la silla-

-¿Y tu mamá?

-Tuvo que irse, pero en unas horas regresa.

-Tu también tienes que irte, tienes cosas que hacer, ya no te dije pero muchas gracias por donar sangre -dije viendo hacia el piso- significa mucho para mí.

-No agradezcas, es lo mínimo que puedo hacer -alcé la vista hacía él-

Sonrió levemente y nos quedamos viendo. Por un buen rato, nadie dijo nada y no era necesario, nuestras miradas decían muchas cosas, demostraban todo, pero lo más importante es que demostraban el amor que nos tenemos el uno al otro.

-¿Por qué no me habías dicho nada? -preguntó después de un rato-

-Pocas personas lo saben, mi mamá y Renata así lo decidieron.

Solo asintió con la cabeza.

-¿No necesitas irte? Ya hiciste bastante hoy, debes estar cansado -dije agarrando su mano-

-No me moveré de aquí, ya cancele todo lo que tenía que hacer -contestó-

-No tienes que...

-Quiero hacerlo, si quieres podemos ir con tu mamá para que ella descanse un rato y nosotros cuidemos a Ren.

Asentí, pero siendo sinceros aún no quería ver a mi hermana, habíamos pasado situaciones similares, pero últimamente todo se volvía más difícil para mi mamá y para mí, necesitaba sacar fuerzas para los dos y ya no sabía como.

-Hola mamá -dije entrando a la habitación- si quieres descansa, yo me quedaré con Emilio, aquí.

-Hola mi amor, no te preocupes aquí estoy bien.

No podía voltear a donde estaba Renata.
Me rehusaba a verla así una vez más.
Las lágrimas salían de mi rostro por si solas.

-¿Señora Gress? -preguntó el doctor entrando-

- Aquí -contestó parándose del sillon- ¿Cómo sigue Renata?

-Ya se encuentra fuera de peligro - oí decir al doctor y suspiré de alivio- Está respondiendo bien al nuevo tratamiento -continuó hablando- Pero necesitará quedarse unos días más en el hospital, lo cual implica dinero, mucho más dinero.

-No importa -contestó Emilio- haga lo que tenga que hacer, los gastos corren por mi cuenta.

-No -dije- jamás.

-Sí Joaquín, déjame ayudar -dijo abrazándome y luego se dirigió a mi mamá- los gastos correrán por mi cuenta Elizabeth y no acepto un no por respuesta.

-Muchas gracias Emilio - respondió mi mamá abrazándolo-

-Pasaremos a la joven a un cuarto privado, en el tercer piso, mientras pueden ir a descansar y no se preocupen que estará vigilada las veinticuatro horas.

-Gracias -contestamos todos al mismo tiempo-

-Te esperamos a fuera hijo, no  tardes -escuché a mi mamá salir junto con Emilio-

Caminé hacia la camilla y sonreí.
Mis emociones estan a flor de piel, habían pasado muchas cosas en las últimas horas...

-Hola -dije acomodando su cabello- se que me escuchas y solo quiero decirte que aquí te estoy esperando junto con mamá, te amo hermana, nunca lo olvides.

Dejé un beso en su frente y salí de la habitación.
Podía irme tranquilo, mi niña estaba bien...

-Nos van a sacar por la puerta trasera -dijo Emilio agarrando mi mano- los iré a dejar a su casa.

Un equipo de guardias nos guió por la salida de emergencias y el carro de Emilio ya estaba en la puerta, subimos lo más rápido que pudimos y nos dirigimos a mi casa.

-¿Puedes quedarte? - pregunté bajandome del carro de Emilio- Te necesito conmigo...

TODO SEA POR FAMA (EMILIACO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora