TODO SEA POR FAMA (EMILIACO).

36. Diego y Ren.

(NARRA JOAQUÍN)

A veces me preguntaba si todos esos sentimientos negativos hacia Emilio habían desaparecido por completo.

Otras veces pensaba en todo el daño hecho entre nosotros.

Y algunas veces pensaba en alejarme de él, pero todos esos pensamientos desparecían cuando lo veía, porque puedo ver su cara de emoción al verme, puedo sentir sus labios, sus manos con suaves caricias, sus abrazos y las palabras más bonitas, puedo sentir que estoy en el cielo y nunca quiero bajar de ahí.

-Hey –susurre en cuanto Emilio abrió los ojos- buenos días.

-Buenos días bonito –sonrió y beso suavemente mis labios- ¿Cómo amaneciste?

-Muy bien –contesté posando mis brazos sobre su pecho- ¿Y tú?

-Bien porque estas a mi lado –sonrió-

-Dios mío, que cursi eres –dije sonriendo-

Lo observé por un momento, admirando cada una de sus facciones, sus ojos tan bonitos como siempre, me gustan porque pueden hacerme sentir tantas emociones con solo verlos, pero me gustan más cuando sonríe, cuando él sonríe de verdad se hacen chiquitos y se forman arruguitas alrededor de ellos, su sonrisa se hace grande y se sonroja ligeramente, el verlo sonriendo...dios, podía ser la cosa más bonita que había visto, porque cuando Emilio sonríe me hace sentir en casa...

-Te amo –dijo Emilio observándome-

Y sonreí.

(NARRA RENATA)

Me encuentro acostada en mi cama, pensando en cómo poco a poco estaba dejando de vivir, podía sentir como mis fuerzas se iban acabando, como yo ya no tenía razones para seguir luchando, quiero ser fuerte para mi familia, pero sabía que el tiempo se me estaba acabando y por mas tratamientos que yo recibiera, sabía que necesitaba irme, necesitaba hacerlo porque yo ya estoy cansada de todo esto...

Respiro profundamente y me levanto de mi cama con el objetivo de dirigirme hacia la cocina, traía mi oxigeno puesto ya que últimamente tenía dificultades para respirar.

-Hey, amor ¿qué quieres de cenar? –pude oír a Emilio en la cocina mientras yo bajaba por las escaleras-

-Quizá un poco de pasta –respondió Joaquín-

-Bueno ¿crees que Renata quiera un poco? ¿cómo sigue?

-Yo creo que sí, pues yo la veo un poco mejor, de verdad tengo esperanzas que se recupere –pude oír de nuevo a Joaquín-

Llegue en silencio a la puerta de la cocina y los observé, Emilio paso su brazo alrededor de la cintura de Joaquín y lo atrajo hacia él, dándole un beso de esquimal, sonreí, por más que detestara a Emilio sabía que cuando yo me fuera, Joaquín iba a quedar en buenas manos.

-Creo que si quiero un poco de pasta –dije interrumpiendo su beso-

-Hey...-saludo Emilio sonriendo-

(NARRA EMILIO)

-Hey –salude a Ren quien había entrado en la cocina-

-Hola Emilio ¿Cómo estás? –preguntó sentándose en la mesa, traía su oxigeno puesto-

Al verla así lo único que quería era abrazarla, tenía un resentimiento que algo iba mal.

-Muy bien gracias –respondí sonriendo- ¿y tú?

-Bien, bien me cuesta un poco respirar, pero de ahí todo bien.

-¿Necesitas algo? ¿quieres que te llevamos al hospital? –pregunte acercándome a ella-

-No, es normal que este así, solo necesito descansar –respondió voz baja- Y bien...porque esas sonrisas.

-Bueno –dijo Joaquín sonriendo- Emilio y yo somos novios oficialmente.

Ren abrió los ojos y luego sonrió negando con la cabeza

-¿Enserio? –pregunto ladeando su cabeza-

Los dos asentimos sonriendo.

-Bueno ya se habían tardado par de idiotas –dijo viéndonos- me alegro por ustedes, y tu Osorio, me lo cuidas...-dijo en tono bajo-

-Sabes que sí.

-Sibis qui si –dijo arremedándome y reí-

-Bueno, entonces pediré la pasta y ¿vemos una película?

-Claro –respondió Joaquín- ¿Vienes Renata?

Asintió

(NARRA RENATA)

Media hora después nos encontrábamos en la sala, acostados, viendo una película, bueno Joaquín y Emilio veían una película y yo de vez en cuando los observaba, se me hacía de cierta manera lindo y les tenía cierta envidia, Joaquín había encontrado al amor de su vida y Emilio también, cosa que yo no iba a poder...

-Ren, creo que suena tu celular –dijo Emilio agitando su mano frente a mi cara-

-¿Eh?...ah sí, lo siento –dije reaccionando-

Agarré mi celular y vi en la pantalla un nuevo mensaje de Diego Vades, sonreí.

"Hola preciosa ¿Cómo estás?"

"Muy bien:)" respondí rápidamente

"Me alegro, ¿Qué haces?"

"Viendo una película con Joaco ¿y tú?"

"Nada, haciendo música, ya sabes, ¿entonces hoy está bien si voy a tu casa para nuestra pijamada?"

"Me temo que no, no me siento con ánimos"

"Precisamente por eso iré, entro por tu ventana como a las 12, te amo, nos vemos después"

Me recosté en el sillón, sabía que su te amo era de amigos, y no quería que me afectara el saber que no tenía ninguna oportunidad con él, sonreí ligeramente, me conformaba con que lo tenía como mejor amigo.

-¿Quién era? –preguntó Joaquín-

-Cons, quería venir, pero le dije que no.

-¿Estas bien? –pregunto reincorporándose del sillón-

-Todo bien, solo estoy cansada –dije sonriendo suavemente- no te preocupes.

......

Pasadas las doce, subí a mi cuarto a esperar a Diego.

-Hola preciosa –entro a mi cuarto como lo había dicho-

-Hey –dije sentándome en la orilla de mi cama- que milagro.

-Lo mismo digo –dijo dejando un suave beso en mi cabeza- ¿Joaquín sabe que estoy aquí?

Negué suavemente, y Diego asintió, hace un año aproximadamente habíamos acordado no decirle nada Joaquín sobre nuestra amistad, queríamos evitar problemas tanto con él como con Emilio, aparte me gustaba la idea de que Diego y yo tuviéramos nuestras noches especiales.

-Y dime bebé ¿qué quieres hacer? ¿Escuchar música? ¿ver tele? ¿dormir? ¿mascarillas? ¿hacer tik-toks?

-No, solo quiero acostarme. Ha sido un día largo –respondí-

Nos recostamos en la cama y tomo mi mano.

-¿Qué pasa Ren? –pregunto viéndome, yo solo podía observar el techo-

-Nada ¿por? –dije volteando mi cabeza suavemente para verlo-

-Te conozco, sé que no estás bien...-estas palabras bastaron para que derramara mis primeras lagrimas- hey...hey que pasa.

-Nada, es solo que...me estoy muriendo Diego y no puedo hacer nada para evitarlo.