TODO SEA POR FAMA (EMILIACO).

11. ¿Sabes algo Joaquín?

(NARRA JOAQUÍN)

Después de media hora de debate sobre que íbamos a ver terminamos eligiendo La casa de papel, ninguno de los dos la había visto y se nos hacía interesante.

Nos encontrábamos acostados en la cama de mi cuarto, con la luz apagada y un bowl de palomitas en medio de nosotros, estar así me ponía un poco nervioso, seguro era porque hacía tiempo que no la pasábamos de esta manera con Emilio.

-Quiero hacerte una pregunta Emilio –dije viendo la televisión y bajando el volumen-

-Sí, dime –contestó y sentí su mirada en mi-

-El día del hospital...-dije en tono bajo- me dijiste que me querías ¿Lo decías en serio o solo era para dejar tu conciencia tranquila?

-No quiero responder esa pregunta Joaco, por favor.

-No me deja dormir Emilio, necesito que la contestes, necesito saber que está pasando aquí.

-Ni si quiera yo sé que pasa conmigo, no puedo responder eso –dijo sentándose en la cama e imite su acción-

-Como siempre Emilio evadiendo sus problemas, no me sorprende.

-Moco, de verdad no estoy para discutir ahorita, estábamos bien ¿no?

-No Emilio, esto lo llevamos ignorando desde hace tiempo, ya no soporto que juegues así conmigo no sé si en verdad me consideras un amigo o que cosa.

-Te dije que te quería porque en ese momento me salió del corazón decirlo y si, te quiero mucho Joaquín lo sabes bien.

-Pues no parece Emilio, enserio no te entiendo, si de verdad me quisieras como un amigo estaríamos como antes, no nos odiaríamos y mucho menos nos diríamos cosas tan hirientes.

-El estar así no ha sido solo mi culpa -dijo frustrado- lo sabes bien.

-Es que nadie te está culpando, todo lo tomas a la defensiva, te digo algo y no te parece, intento ayudarte y me evades.

-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué olvide como te fuiste alejando de mí? ¿Qué de repente hablabas mierda sobre mí? ¿Tú crees que no supe que para ti yo era la peor persona del mundo? -preguntó enojado-

-¡Lo dije porque tú me destruiste como nadie! Emilio tú eras mi vida entera, si yo respiraba era por ti, si yo vivía era por ti y para ti ¿y qué fue lo que recibí a cambio? Tienes razón Adrián, Joaquín es muy gay y me da asco –dije recordando lo que hace tiempo había dicho- ¿O también quieres que te recuerde el día que cambio todo? El día que te valió madres mis sentimientos y me destruiste como nadie.

-¡LO SIENTO! De verdad yo...era inmaduro no sabía lo que hacía, me deje guiar por las personas incorrectas –contestó viéndome y soltando un par de lágrimas-

-¡Eso es lo que más me dolió Emilio! yo siempre te di la confianza de que me dijeras todo, pero preferiste a tus otros amigos antes que a mí, antes que al amor de tu vida.

-¡Perdón! Y-yo sé que te perdí, perdí al hombre que me amaba y que daría la vida por mí, lo sé, fui un estúpido te juro que trato de remediar todo esto, pero no sé cómo, siento que estamos en una zanja en la cual ya no podemos salir.

-¡Cómo puedes decir eso Emilio! ¡SI DE VERDAD TE ESTUVIERAS ESFORZANDO NO SERÍAS LA MIERDA DE PERSONA QUE ERES AHORA! –dije gritando desesperado- por favor devuélveme a Emilio el cual no le importaba lo que los demás dijeran, el Emilio que me amaba y me respetaba, el que me defendía de todos y todo, devuélveme a mi mejor amigo...-susurré con lágrimas en los ojos- no soporto verte y pensar que contigo quería todo, que siempre estabas presente y que la familia que yo formara iba ser contigo....

-J-Joaquín yo...

-No sé si nunca te lo dejé muy en claro, pero tú eras mi número uno.

-Para mí lo fuiste también Joaco, por dios yo...inclusive yo estaba ahorrando para nuestra boda, maldita sea, en mi futuro no había nadie más, solo tú... –lo miré y pude sentir arrepentimiento de su parte, pero sabía que era pasajero- sé que fue culpa de los dos, fue culpa de perseguir nuestros sueños, fue culpa de nuestras carreras, pero quiero otra oportunidad, por favor Joaquín –dijo parándose y se arrodilló enfrente de mi- dame otra oportunidad de ser felices –tomó mi mano y la entrelazó con la de él, encajaban perfectamente, siempre lo hicieron por que él era mi otra mitad-

Y lo vi, vi esos ojos que me transmitían paz, vi ese rostro por el cual decía si a lo que sea, pude sentir su amor de nuevo, pero también sentí miedo porque muy en el fondo sabía que íbamos a volver a lo mismo, porque lo conocía mejor que nadie, sabía que iba a romper mi corazón de nuevo y a pesar de eso volvería a darle todas las oportunidades del mundo.

-Si Emilio, hagamos que esta amistad funcione de nuevo -sonreí y por un momento sentí la verdadera felicidad, no quería que se acabara nunca-

-Te quiero muchísimo moco -dijo abalanzándose hacia mi, provocando que cayera de espaldas a la cama y él encima mío-

-Yo también Emilio -susurré y lo abracé fuertemente- 

-Oh-oh Elizabeth nos va a regañar.

-¿Por qué? 

-Porque todas las palomitas esta tiradas en tu cama -contestó riendo e imite su acción-

Nos quedamos así, abrazados, escuchando nuestros latidos del corazón, sintiendo que el mundo era nuestro y la felicidad de verdad existía.

-¿Te quedarás conmigo hoy? -pregunté-

-Todas las noches que quieras Joaquilongo-hongo-mondongo-sabrosongo -contestó de manera divertida-

-No sé de donde sacas tanta babosada.

-Yo tampoco.

-Bueno -dije separándome de él- hay que limpiar este desastre.

Se paró de la cama e imite su acción, iba a buscar un trapo para limpiar pero Emilio encontró una mejor solución: jaló toda la colcha donde se encontraban las palomitas y las tiró al suelo.

-¡TADA! -dijo sonriente- mañana lo limpio no te preocupes, mejor vamos a dormir, ya tengo mucho sueño ¿si?

-Bueno -dije encogiendo mis hombros-

Nos volvimos a tirar en la cama y de inmediato me jalo hacía sus brazos, me abrazó por la cintura y escondió su cara en mi cuello.

-¿Sabes algo Joaquín? -susurró Emilio apenas audible- El mundo podría estar acabándose, pero mientras tú me ames yo podré vivir.