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Hoy me atrevería a perder la vida.

Digo, hoy me presentare ante los padres de ___. Aunque sé que padres, padres, no lo son. Sin embargo, estoy aquí frente a la puerta de mi novia.

Mi madre estaría emocionada de saber que hoy le pediré matrimonio a su querida ___. Pero ella está trabajando en la empresa para evitar errores, y siempre mantener a su familia bien parada.

Me alegra que no este tan triste por la muerte de mi padre, ya no esta llorando como antes y es un gran progreso porqué podría traerle problemas a su salud y no desearía ello.

Presione el botón del timbre con las manos sudadas y mire a una señora acercarse a mí, creo que es la ama de llaves. Vamos, hoy era domingo y sé que está toda su familia, allí, reunida.

— ¿Sí?—hablo de manera amable la señora.

— Busco a Leah.—dije con seguridad.

— ¿Es su amigo?—preguntó.

— Soy su novio.—me puse nervioso y me sonroje sin poder evitarlo.

— ¡Oh!—se sorprendió—¡Pase!

Abrió la puerta y me dejo pasar a un patio detrás de la casa. Lo conocía porqué era por donde trato de ingresar a la habitación de mi linda novia.

Habían unos niños que corrían de un lado a otro y los padres de __ estaban hablando sentados en las sillas. Más atrás estaba __ tomando un jugo de lo más tranquila.

Camine hasta ellos y salude para llamar su atención que gane al instante.

—Buenas tardes, soy Jeon Jungkook.—hice una reverencia.

___ escuchó mi voz y escupió su jugo.

—J-jungkook.—ella se puso a mi lado y muy sorprendida.—¿q-qué hace aquí?

—Quiero hacer las cosas bien—suspire y sonreí—por primera vez.

—¿Quién es usted, joven?—preguntó con voz grave el padre de ___.

—Soy el novio de su hija—respondí sin temblar.

___ cubrió su boca por la sorpresa o miedo que sentía en el momento.

—Jeon Jungkook, el estudiante emjemplar de Corea, un gusto conocerlo en persona.—hablo la madrastra de __.

—Esto es irreal.—dijo sin pensar, __.

—No lo es.—dije, mire al padre de ___ pues es a él a quién debo pedirle el permiso.—Mi sueño es ver a su hija feliz en cualquier momento en las buenas y malas, en todo este tiempo me di cuenta que es muy esencial en mi vida, no veo un futuro sin su hija a mi lado.

—Entonces.—el padre de mi amada era muy serio.

—Me gustaría que me de permiso para casarme con ella.—lo dije, lo dije, me voy a morir.

___ se quedó impactada y comenzó a llorar de la felicidad. En cambio, su padre no decía nada más solo susurraba con su esposa.

—Escucha, Leah, es mi hija mayor y me gustaría lo mejor para ella, te puedo decir que te conozco porque ya investigue de tí.—¿qué dijo? Mi suegro, ¿qué?

—No te atrevas a hacerla sufrir porque conozco a gente que te puede matar de un tiro y no dudare en llamarlos en caso que pase.—dijo su madrastra con los ojos entrecerrados.

—Yo puedo cuidar de mi sola.—__ se paro frente a mí.—Sé que no me hará daño.

Yo tome de la mano de __ y nos miramos por unos segundos.

—No le haría daño en ningún momento, hemos pasado por mucho como para que destruyamos todo que hemos construido.—jamás querría hacerle daño.

—Entonces te dire que sí.—su padre sonrió.

—Señor, muchísimas gracias.—di una reverancia en agradecimiento.

Abrace a ___ sin importa que estén frente a nosotros. Este momento era de nosotros, sin importa qué, siempre guardaré este recuerdo en mi cabeza.

[...]

Pedí permiso a mi suegro de salir de paseo con ___, pero en nuestra salida al cine el clima se puso terrible.

Habían muchos truenos y la línea telefónica estaba fallando como para llamar a nuestros padres en donde estabamos.

Marque a mi madre y la llamada sí fue recibida y le explique que dormiría en un hotel debido a la lluvia.

Llamamos muchas veces a los padres de __ pero no eran aceptadas. Y se nos acabo la batería.

—Se preocuparán por ti.—realmente lo harán.

—No lo creo.—dijo convencida.

Sonreí y le di un beso.

Las calles estaban vacías, la gente ya había buscado refugio. Y nosotros como niños comenzamos a saltar en la pista aún sabiendo que en cualquier momento podían atropeyarnos.

La preocupación se fue de mi mente al verla sonreír sin detenerse, y llore de la felicidad, la lluvia cubría mis lágrimas.

Nuestra ropa está mojada y no nos importa. Comenzamos a caminar con tan alegría, la euforia era única en este momento.

Siento el destino en ti.
Siento el destino en mi.
Mi corazón está ardiendo por tú amor.

Mi amor por ti nunca va a disminuir, mi amor por ti siempre va a aumentar.

Te lo juró.

Tome su rostro entre mis manos y besé sus labios con todos los sentimientos que sentía y siento.

El beso incremento y calento nuestros cuerpos, posicione mis manos en su cintura para hacerle notar que era mía.

Los latidos de nuestros corazones están unidos por siempre.

Viviré cada momento que pase contigo, sin borrarlo de mi mente.

Corrimos hasta un hotel y ambos nos agrramos de la mano muy fuerte. Teníamos la adrenalina a mil, las ganas de sentir todo entre nosotros era lo único que queríamos.

Desería que me ames de nuevo, como ayer, por favor.

Al final los dos perdieron. Ella perdió a un chico que la amaba de verdad y él perdió su tiempo.

¿Es una pregunta?