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La gente corría con miedo en la garganta y sus rostros eran de un dolor profundo que buscaba un refugio en un lugar que no tiene un hueco para esconderse.

— ¡Es un estúpido, Gi!—grite y corrí de la mano con él.

— Lo sé.—estalló en risas.

Minutos antes

Un reunión tranquila aún sin una pizca de sangre camine con ganas de ver el espectáculo que pasaría dentro de segundos. Yoongi se había drogado antes de ingresar para no sentir por nadie, su corazón no ha tocado fondo y con eso me refiero a que siente aun por la gente, porqué mi trabajo a su edad era matar a gente incluso si era inocente.

Gente sin culpa limpia de delitos que llegue a robar su vida por unas monedas; mucho tiempo atrás me perdí en una misión en la selva junto a Sewoon y claro estaba que no teniamos ninguna moneda, nos atrevimos, rogabamos a la gente para que nos diera una moneda y estos nos ordenaban a matar a gente pacífica, con sueños como tú y como todos.

Sueños que acabamos en segundos. Todo para sobrevivir.

Yoongi reía sin control mientras cubría su rostro con sus manos y saco un pañuelo el cual cubrió su rostro haciendo estallar el lugar en gritos.

— Bye, gringo feo.—su risa acabo.

Sarcasmo.

Todo paso tan rápido que mire a Jimin llorar a ese cuerpo ya sin vida en el suelo.

Lo bueno de este lugar es que no hay cámaras de seguridad más solo las que graban la boda y bonito detalle ver morir a ese hombre chocolate.

— ¡Basta! Vámonos que la policía vendrá pronto.—le grite.

— Mierda, ¡no ves que me falta matar al otro bastardo!—su rostro está teñido de odio.

—Para otro día.—y jale de su mano.

Salimos de lugar Gi con risas estrepitosas y con el llanto más desgarrador al final. Está enfermo y no tengo dudas más solo hace falta hacerle entender que esto es incorrecto.

Maneje la camioneta porque Yoongi no estaba en condiciones para hacerlo.

—La policía podía haberte matado de un disparo.—grite con enfado.

El plan era matar a ese hombre más no a los guardaespaldas.

—Dejamos a tres familias sin padre.—eso daba muchas vueltas en mi cabeza.

—Un sicario no piensa en la vida de sus víctimas.—hablo plácido en el asiento.

La droga dejo de hacerle efecto y lo sabía.

—¡Tú nunca debiste morir!

Frene con descuido debajo del puente que esta oscuro sin presencia de nadie más solo la nuestra.

—Podías haber seguido una vida mostrado la cara sin miedo alguno.—la frustración quemaba mi pecho.—Lo jodido es que si morimos no importaríamos ya que estamos muertos en vida.

Yoongi era alguien con sueños muy inmensos.

—¡Maldito, JIMIN!—grite y golpe el timón.

Chille por impotencia.

—Jodieron tu vida como hicieron con la mía.—enrede mis dedos en mi cabellera.

Senti la palma de su mano en mi espalda y me abrazo.

—No es tu culpa, yo decidí esto para mí.—unas pequeñas sonrisas pude en su rostro al final me dio palmaditas en mi espalda.—Vamos antes que...¡Abajo!

Ambos gritamos por el susto y pise el acelerador sin mirar hacia delante.

—¡Joder!—Yoongi pego el auto.—Pierde a la policía.

—Lo hare.—sonreí.—Pero vamos a morir.

—¡Yah! Enloqueciste.

—Uhm...—levante mis hombros con un puchero en labios.—Escondernos no importa si nos rompemos los huesos...¿Acaso no te lo dijo Sewoon? Nos pagan millones y nosotros damos el doscientos porciento de nosotros.

—Malditos enfermos.—su cara de disgusto era tan épico.

—Excuse me? Dejaste viudo a Jimin.—reí.

—Sisisi.

Llegamos a un puente el clima era pésimo y aún era oscuro, las luces de las calles se reflejaban en el agua y nuestros cabellos se movían de un lado a otro por el viento.

—No me digas que...

—Digamos que tengo experiencia en esto.—sonreí.—Ya borramos nuestras huellas digitales y esta camioneta es de un fantasma.

—No lo hare, tengo vertigo.—dio pasos atrás.

—No pienso ser atrapada.

La bocina de la policía estaba por detrás a unos cien metros y sin previo aviso jale del brazo de Yoongi para caer al río.

Puedo morir aquí, Jungkook, sin duda alguna puedo.
Sin embargo, tengo que matar a alguien que en todo este tiempo fue un juego de malos entendidos.

Jun no puede descansar tranquilo y debo hacer justicia con mis propias manos.

Abrí mis ojos y recupere fuerzas para poder acercarme a Yoongi, nade y saque a Min hacia la orilla.

—¡Maldito, gato! ¡Reacciona!—golpee su pecho.

Éste se levanto y empezo a toser.

—Vámonos antes que bajen a buscarnos.

Nos escabullimos entre los arbustos y logramos huir con éxito.

[...]

—Son noticia.—Sewoon estaba enojado y tiro del periodico.

—¿Cuál es la misión?—pregunte mientras tomaba vino tinto.

—Ajá.—Yoongi le valía un pepino la situación, él masticaba agusto de su filete mientras cortaba a pedazos la carne.

—Yoon Jung Woon.—dio un suspiro largo.—Jefe de la mafia más grande de Brasil y escondido como rata estos días en las fabelas. Un hombre de cuarenta años con muchos lingotes de oro en manos, su esposa es modelo y muy codiciada en todo el mundo se llama Julie y su hijo se llama SeungWoo, nada de otro mundo solo quiero la cabeza del viejo y tendremos como recompenza...¿Cuánto era?—Sewoon busco unos apuntes y chasqueo sus dedos cuando pense que había encontrado esa cifra.—Son 20,000,000 se lo dejo a ustedes mientras yo jaqueo la seguridad del bar.

Nos dio fotos de las víctomas y nos quedamos asombrados.

—¡Vamos, bro! ¡Son unas joyitas!—Yoongi estaba emocionado por la misión.

—¡A por la cabeza del cerdo!—levante mi copa.

Y de un sorbo acabe con el líquido.

Con pasos seguros desaparecí por los pasillos del departamento.

Esto aún comienza.