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Salimos del país en una camioneta y para pasar el señor Kim tenía amigos en la frontera así dejandonos cruzar con facilidad.

Cuando llegamos subimos a un avión que nos llevo a Seúl.

— No podemos mostrar nuestros rostros.

— ¿Qué?—hable.

— Ocultalo con una mascarilla aunque...ponte esta peluca.

—Una peluca—la toque y me dio asquito.

—Jisoo tenía el cabello pelirrojo así él te confundirá con su novia muerta.

—¿Y la mascarilla?

—No la uses solo usa una gorra negra.

—Seré Jisoo.

—Sí, los sacamos de allí y nos vamos, nunca les digas que eres __ o Leah pues entonces la policía te buscará y nosotros debemos huir.

—Lo entiendo.

El camino se hacia corto cuando miramos el bosque cerca a nosotros.
Había una cabaña en medio de ella e ingresamos al interior.

El señor Kim tenía el rostro oculto. Mire a los lejos a Jin y Yoongi atados juntos de espalda.

Corrimos a desatarlos.

—Leah—dijo Jin con una sonrisa rota.

—Soy Jisoo no Leah—dije.

Ambos estaban sueltos y les ayudamos a pararse. Una pared tenía un grafiti que decia J.J y M._ en un corazón me daba curiosidad porque sentía que lo había visto en algún lado.

—No creas que todo es fácil, ___—es Jinkyo.

—No sé a que te refieres—giré para verle cara a cara.

Su expresión era de asombro.

—J-jisoo—dijo con lentitud.

—¿Si?—reí un poco—me extrañaste.

Mire de reojo al señor Kim y con la mirada le dije que saliera con ellos.

Me acerque a Jinkyo no era un hombre feo sino alguien atractivo con odio en los ojos.

—Tú no eres Jisoo—dijo seguro de ello.

—Me llamo Jisoo—dije con una sonrisa en los labios—pero no te recuerdo.

—¡No! ¡No lo eres!—grito enfadado.

—Tienes razón—reí como loca.

Saque de inmediato una pistola y la puse en la frente de Jinkyo.

—Te veo en el infierno—dije y dispare sin dudarlo.

Escuche las sirenas de los policías y corrí para esconderme.

Mi teléfono sonó y conteste.

—Escondete por ahora los llevare a un lugar más seguro.

—Acabe con él.

—Con Jinkyo.

—Sí, cuidalos mucho yo me quedaré aquí te veo mañana.

—Sí.

La llamada finalizo.

Sentí como alguien jalo de mi brazo y me llevo al segundo piso de la cabaña. Nos escondimos en un armario viejo.

—¿Quién eres?—pregunte en voz baja.

—Y-yo...

La posición en la que estabamos no era favorable, él estaba sentado y yo sobre su regazo, noté su miembro duro y pegado a mi trasero.

—Jungkook—dijo al fin.

Mis ojos se abrieron por completo.
Algo dentro de mí me decía que lo besara.

Me contuve.

—No hay nadie solo está Jinkyo muerto—dijo un policía.

Se demoraron media hora y para recoger el cuerpo de Jinkyo y escuchamos como se iban.

Me levante despacio pero me resbale y caí sobre Jeon de nuevo. Su paquete estaba por estallar.

Salimos del armario y mire que la habitación en la que estabamos era amueblada y muy blanca.

Escuche la respiración de Jungkook muy pesada.

No puede eviatarlo más y me lance a besarlo.

Lo empuje a la cama que estaba frente a nosotros. Era un beso acelerado que me gustaría no acabar.

Él toco mi trasero y yo lo movía sobre su miembro. Me quite la chaqueta y el polo y él hizo lo mismo.

—No puedo esperar más—dijo con una voz ronca.

Jeon me dio la vuelta con rapidez y bajo mis pantalones con sus manos.
Él bajo sus jeans negros y me froto con un grande pene.

—Ahh—gemí.

Él introdujo su pene en mi interior y yo me aferre a sus brazos que estaban duros con venas marcadas.

—Me gustas mucho—dijo con esa voz que me mata.

Me puso sobre la cama y comenzo a mover su pene dentro de mí. Podía escuchar como chocabamos cada segundo.

Era un sonido que me excitaba más y podía ver el rostro de Jungkook con más claridad. Un bonito rostro, era uno muy marcado.

Se dio cuenta de mi mirada y me beso.

—Es muy linda, ahora salta para papi.

Me sonrojé al instante. Se echo sobre la cama y yo me sente sobre él. Salte para sentir más embestidas con el pene de Jeon en mí.

La habitación estaba llena de gemidos.

Me cansé y sentí como Jungkook se vino dentro de mí.

Nos separamos y él me abrazo.

Esto podría matarte, apenas salí de mi operación y tengo sexo.

Él cubrió nuestros cuerpos con el edredón que tenía la cama.

—Eres una linda niña.

Yo no sabía que decir. El placer hizo que me acostara con Jeon Jungkook no lo podía creer.

—Me gusta tu aroma—confesé.

Mi rostro esta en su cuello y podía sentir ese aroma a vainilla. Pegué mi cuerpo al de él para sentir su calor.

—Te amo mucho, ___—fue lo último que escuche.

El sueño había acabado conmigo.

Me gustaría que aceptes esta carta, Jeon Jungkook.

Es lo único que paso por mi mente.

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