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La gente grita despavoridos ante esta estúpida situación y increíble para Sewoon.

Momentos antes.

— ¿Florida? ¿En qué mierda piensas?—voltee mi ojos por la maldita idea.

— ¿Qué? Es el más peligroso.—alzo ambos brazos y hombros.

Nos escondimos en un restaurante chino en Florida, ambos en un baño y empeze mi trabajo. Se puso un chaleco antibalas y sobre el puse una bolsa de sangre que era claramente de él y gire la cinta gris por toda su cintura.

La sangre fue muy difícil conseguirla, pues es su verdadera sangre y todo para un verdadero plan y una salida triunfal de varias vistas, adiós enemigos.

Él se puso su polo blanco y un chaleto ultra gigante.

— ¿Qué diablos pasa con tu atuendo?—le mire con desaprobación.

— Soy Billie Eilish en versión hombre.—él salió del baño con una sonrisa y muy campante.

Mi vestimenta era negro y la típica pañoleta que cubría mi rostro.
Hace dos días pensamos en la grandiosa idea matar a la malvada hermana de mi acompañante, y éste supuso que con fingir su muerte estaría él fuera del mapa de su hermana.

Viajamos desde Canadá hasta Florida, con el fin de que yo acabe con su vida en el maldito puente Sunshine Skyway que tenia una gran altura.

Nos pusimos los pequeños audífonos y microfonos, no hay manera que lo miren por su tamaño. Abandonamos la camioneta en la parte más cerca al puente.

— Tú te vas con él.—Señalo Sewoon con la mirada.

— Okey.—respire profundo.

Chocamos los cinco y nos separamos.
Ese hombre de contextura delgada me llevo en una lancha tracker albatros hasta esta dos kilómetros lejos del puente y abri la caja que guardaba la arma que más ama el imbécil de Jeong.

Había una nota: "Cuida de mi bebé"
Perro enfermo.

Un CheyTac M-200 Intervention, genial siempre quise tener una y éste se adelanto. Aún no comprendo en que momento entre en este trabajo de nuevo pero pienso que quizá esta vez no salga de ello.

El taxi de Sewoon lo llevo hasta la mitad del puente, y pude verlo parado sobre la varandilla.

—Estoy listo.—hablo Sewoon desde el micrófono.

Apunte con el rifle a la zona de la bolsa de sangre y espere hasta que de su maldito discurso.

—¡Maldito Donald Trump e injusticia! ¡Mi hermana pude ser tuya ambos son el diablo! ¡Son unos hijos de puta, malditos dictadores! ¡HIJOS DE SU P...

Me cubrí con una tela blanca.

—¡Ya no puedo! ¡La mierda tu discurso, SeWoon!—grite y dispare.

La sangre escurrió por su polo y ante el grito de la gente. Él mancho el puente con su sangre y cayó hacía abajo del puente.

—Maldita sea.—grite.—Creo que lo mate.

Le grite al hombre estaba manejando la lancha.

—¿Dónde están esas máscaras para respirar bajo el agua?—grite.

Él me enseño un aparato extraño.

—Último en tecnología y con otros toques míos es un Exo lung.—dijo con seguridad.

—Tu voz...—era familiar.

—Una mierda mi voz.—hablo y me empujo al agua.

Le enseñe mi dedo medio.

—Pudrete.—le grite.

Me tiro otro exolung.

—Ese es para el loco de Se Woon.

Coloque el aparato en mi rostro y nade hasta él. Tengo que ser precisa con mi tiempo, la policía llegaría dentro de veinte minutos y sí me encuentra todo habrá valido un carajo. Pude ver su cuerpo caer a lo profundo y trate de ser lo más veloz, estuve a un metro y me apresure en ponerle la máscara.

Él abrió los ojos y nadamos hasta la lancha, tratamos de estar lejos de la vista de la gente. La suerte era nuestra ya que estaba anocheciendo y casi nadie podía vernos, ayude a Sewoon subir a la lancha y luego subí yo.

Nos alejamos del puente lo más rápido posible.

Él cayó al suelo y se retorció de dolor.

—Casi me matas.—su mirada me decía que esta enojado.

—Voy por el botiquín.—y se alejo el hombre de negro.

—Me traes un caramelo, Gi.—le grito Sewoon.

Solo paso dos minutos y apareció con el botiquín. Ropí el polo, la sorpresa fue grande cuando vi la bala en su abdomen, el chaleco protegió un setenta por ciento, saque el chaleco y la bolsa para poder tener una mejor vista a la herida.

—Tu bebé te hizo esto.—le dije en risas.

—Ya me di cuenta que están poderoso como su padre.—decía entre risas y lloriqueos.

Abrí la herida y con la pinza esterilizada saque el pedazo de metal que yacia fuera de su cuerpo.

—¡DUELE!—grito.

—Eres un maricón.—le grito Gi.

Saque una aguja y introduje el sedante para después inyectarle.

—Ahora deja de gritar que no dolera.—me aturdía sus gritos.

Cosí la herida y salimos de la lancha para irnos en la camioneta. El maldito de Gi manejaba como un ciego, no respetaba los semáforos apesar de ser las dos de la madrugada.

—Hoy morí quizás sea mi nueva fecha de cumpleaños al igual que Gi ya no existimos más.

—Osea que la única viva soy yo.—la curiosidad se centraba en el tal Gi.

Nos escondimos en un hotel que estaba en un callejón, mujeres y hombres teniendo sexo en el público, tan típico de las noches en Florida.

Pasamos la noche en una misma cama y amanecimos satisfechos porque sin querer nos despertamos a las tres de la tarde.

—Ya vámonos.—grite ya desde afuera de la habitación.

Ambos salían con desgano y fui tan rápida que le quite la máscara a Gi.

—Mierda.—fue lo único que dije.

—Hola.—me saludo.

Sewoon cubrí su boca del asombro.

—Te descubrieron.—y se echo a reír.

Yoongi.





...

Hoy publique dos capítulos.
Para un cercano final...






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