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— ¿Y?

— No fue difícil.—Sewoon era mi mano derecha.

— ¿Está bien?

— Sí tanto lo amas ve a verlo.

— No quiero.

— Él no tiene encefalitis y los demás amigos que nombraste tampoco, vaya es un milagro.

—Mantente dos metros lejos de mí.—le ordené.

—Metro y medio o nada.

—Lo que digas.

—Las fabelas.

—¿Qué?

—Vamos a las fabelas a matar al jefe de los drogadictos, nos darán un millón de dólares.

—Tú solo piensas en dinero.

—Y en ti también.—guiño su ojo derecho con una sonrisa pícara.

—Que molestoso eres, además...—tengo novio.

—Completa tu frase.

—Nada.—mire por la ventana.—Huyamos lejos de aquí, donde nadie nos encuentre.

—Usted digame cuando y nos iremos como flash.

—Hoy.

—¡No!—gritó.—Usted debe recuperarse.

—Igual moriré.—sonreí.

—No entiendo, ¿cómo estás feliz?

—Yo tampoco.—yo tampoco.

Puedo escuchar tu voz, Jungkook.
Siento como sí me llamaras.

Escribí una carta en la que acabe con todo esto, pero sí algo sé es que siempre cumples lo que juras y eso me hace daño.

Porque juraste amarme por siempre.

Y yo deseo que dejes de amarme.

Voy a olvidarlo aunque no quiera, debido a mi enfermedad olvido muchas cosas y los recuerdos no vuelven,  sé que existen los milagros, fue un milagro haber recordar a Jungkook.

No me siento dispuesta para decir que voy a rehacer mi vida con otra persona, Jungkook, pudo decir que te olvidare y todo, sin embargo, estás clavando, aquí, en mi corazón.

No dejaré que otro esté en mi corazón.

Fuiste el único y siempre lo serás.

—Saldré a tomar descanso y tú alista todo para largarnos de una maldita vez—suspire—Pensandolo bien será divertido disparar a quemarropa.

Camine con pasos tranquilos y los más suaves que pude, deje atrás a Sewoon con un brillo en sus ojos...va a llorar, lo sé, sé que le duele verme así.

Muerta en vida.

Pienso que la vida es muerte y la muerte vida; la vida tiene muchos momentos en los que lloras sufres y mucho más que sonreír, la muerte es infinita y no sientes dolor, tan solo tu cuerpo duerme.

Me sente en una banca que está en el inmenso patio del hospital, el viento seca mis lágrimas y la sensación me tranquiliza.

—¡Hola!—me saludo una niña.

—Hola—sonreí.

La niña se sento a mi lado.

—Te ves muy triste y no deberías...eres muy joven para estar triste.

—Tú eres más joven que yo—reí con unos segundos.

—No—estuvo seria por un segundo—Yo pronto dejaré este mundo para estar allí—señalo el cielo—seré una de esas estrellas y brillaré para todos.

No pudo creer lo que estoy escuchando.

—¿Por qué? ¿por qué dices eso?—ella me miro llorando pero sin dejar de sonreír.

—Pienso que Dios es injusto...los niños no debemos morir tan jóvenes y no de cáncer.

—No es injusto...tal vez esté mundo puede hacerte daño y por eso quiere que vuelvas con él para poder contemplar otra parte del mundo donde no haya sufrimiento.

—Lo dices ¿en serio?

—Te lo juro—la abrace.

Recorde que quería tener una hija con Jungkook o tal vez muchos bebés...como los conejos.

Que gracioso pensarlo.

—City of Stars...Are you shining just for meee—canté.

Lloré y seguí cantando para ella.

—Estaremos en esa ciudad de estrellas juntas...nadie te separará de él, la deidad hará que te encuentres con él de nuevo y jamás se separaran.—su voz era cálida.

Se despidio de mí con un abrazo y se fue cuando su mamá la llamo para después perderse por el patio.

Nunca pude prenguntarle a que se refería.

—¿Dónde?—me pare de la banca.

La busque con la mirada por todos lados, camine por todos lados y no la encontre.

—¿Quién? ¿Quién es ella?

Corrí por todos los camino que habían y me tropece. Mi rodilla sangraba y aún así seguí buscandola, quería golpearme por no haberle preguntado...pero en ese momento mi cuerpo no reaccionaba ante sus palabras.

Caí al suelo y chillé con una niña que perdió algo y no puede preguntarse qué es lo que perdió.

—¡__!—Sewoon corrió hacia mí.

—¡Busquemosla!—le suplique—Ella...esa niña sabe algo y quiero saber qué es.

—Debes estar alusinando y tan solo olvidala—intento tranquilizarme.

—Sewoon, ella existe...e-ella exist...

Mis ojos se pusieron pesados y sentí como me cargaba: "Duerme que necesitas energía para el viaje, será divertido ser hippie junto a ti"

Su risa me calmó y reí.

Reí en mi interior.

Saben...

Estoy contando todo esto antes de mi muerte...y duele como mierda no saben.

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