FOLLOW • JJK Y Tn

38

— ¿Por qué no viniste ayer?—Jin tenía una lista de preguntas.

— Me dio el mal del puerco—mentira.

— Es algo común en ti—Yoongi me ayudaba en esos casos.

— Hay que tirarle tierrita al tema—sonreí—Así como patea tu gato a su arena.

—Hablando de eso, Yoongi—Jin estaba por preguntarle el estado de su gato.

Jin no podía cuidar del gato así que le rogó a Yoongi que lo cuide.

—Tengo hambre—está nervioso.

—Yoongi, mi gato ¿cómo está?—Jin le arrancaría la cabeza.

—Se perdió—Yoongi se escondió detrás mío.

—¿¡Qué!?—Jin lo matará.

—No sé que le paso, decía miau miau toda la noche, un gato maullaba en mi techo y pues al día siguiente no estaba.

—R.I.P a Joonie—reí a carcajadas.

Comencé a toser, maldita saliva.

—Muere—me dijo Yoongi.

—Sobre tu hermano—respondí.

—Tonta—golpeó mi brazo.

—Jungkook, está muy triste—Jin estaba un poco triste.

—Pues ve a consolarlo—hable sin pensar.

Soné tan fría que obtuve la mirada de los dos al instante.

—¿Qué?

Me pare de mi asiento y camine hasta mi casillero, abrí la pequeña puerta para sacar mi libro y mire un ramo de rosas.

"Tan idénticas"
Atte. Kim Taehyung.

Gire a verlos.

—¡Son para mí!—di pequeños saltitos.

Yoongi miro la tarjeta.

—Sin google no sería nada.

—Que lindo—Jin estaba encantado.

—Verdad que sí—sonreí.

Nunca en mi vida me dieron flores. Es la primera vez y me tomo por sorpresa.

Por un segundo mire a Jungkook y todo en mi se paralizo por un segundo, no, no puedo morirme por ti.

No estaba el profesor porqué se fue a una reunión de profesores.

Oh, rayos. Acaba de ingresar y del susto lo escondí en mi espalda.

—Pueden irse a su casa, la reunión será larga y más con el ministerio en la universidad presente—sonó fastidiado.

Todos gritaron de la alegría menos Jeon. Que más da, debo olvidarte.

En la salida me despedí de mis amigos y pude ver a Taehyung acercase.

—Hola—me saludo con una sonrisa en labios.

—Hola—soné nerviosa.

—Vamos por...—no pudo seguir hablando.

—Hola—dijo Jimin con una "alegría"

—Tú—me fastidia verle.

—Hola—nos saludo Jungkook que acompañaba a Jimin.

—Vamos a mi casa—dijo Jimin.

—Lo siento, no puedo—interrumpí.

—Vamos—Tae intento convencerme.

—Park Jimin—Jungkook intento detener a su amigo.

—¿Park?—no puede ser él.

—Sí, Park jimin—dijo orgulloso.

Mi cabeza me daba vueltas y toque mi nariz con mi dedo índice. Estaba sangrando.

Taehyung se sorprendió y me dio su pañuelo. Limpie los restos de la sangre.

—Creo que es mejor que descanse—sonreí—me voy.

Me despedí con un apretón de manos a Jungkook y Jimin, le di un beso en la mejilla a Taehyung en agradecimiento por las rosas y el pañuelo.

Tan caballero.

Me fui a mi casa y al ingresar camine con delicadeza para no hacerles saber de mi presencia. Pude escuchar que el despacho de mi padre, su esposa lloraba a mares.

Me escondí en las escaleras para escuchar todo.

—No le hagas caso, cariño—mi padre intentaba calmarla.

—Pero ella leyó las cartas y dijo que no estaré con mis hijos en el futuro—chilló.

La puerta sonó, indicandome que estaban por salir y subí rápido como flash las escaleras.

Me escondí en mi habitación.

—Cree en las adivinas.

Vaya.

Mi ventana sonó. Como sí la hubieran golpeado. Me acerque con rápidez y me di cuenta que habían lanzado una piedrita.

Mire abajo para saber quien era.

—¿Podemos hablar?—dijo Jungkook mientras rascaba su nuca.

—No—hable seria—Esta bien.

Le pedí que me esperara abajo. Baje con pereza.

—¿Qué quieres?—me fastidia.

—Perdón.

—¿Qué?—de qué o qué.

—No debí ser así.

—Okay, eso es todo ¿verdad?—no estaba interesada.

—¿Me perdonas?

—Ya, sí—quería dormir.

—Gracias—me regalo una sonrisa y un abrazo.

Intente alejarme de él.

—¿Puedes...quedarte conmigo?

Sí.

—No.

No quiero matarte por alguien que no daría su vida por mí.