El despertar del destino (Parte 3).

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Las semanas que transcurrieron después fueron mucho mejores y más tranquilas.
Koga estaba cada día más fuerte y más repuesto. Ayame y las matronas se aseguraban de que el joven líder se repusiera decididamente y todo el resto de la manada estaba feliz y aliviada; especialmente Ginta y Hakkaku, quienes visitaban a su líder muy seguido y además cumplían a pie de cañón con cuidar a la joven compañera de éste.
Las matronas aún no permitían que Koga abandonara la cueva. A penas le permitían caminar un poco y en sí, él se agotaba rápido. Ayame estaba siempre ahí para animarlo y darle paciencia cosa que ciertamente a él le hacía mucha falta.

La compañía de su amada fue el mayor de sus pilares; verla y escucharla reír, sentir su apoyo y su confianza le daban ánimos y a ella se los daba el verlo mucho mejor cada vez...
Al, poco tiempo Ayame llegó al sexto mes de embarazo y la revisión correspondiente fue más que satisfactoria. Ambos estaban felices y sumamente emocionados, ya que faltaba realmente poco para conocer a su pequeño Okami...

Esa era una noche muy tranquila.
El final del invierno estaba cerca y las tormentas y nevadas habían cesado, dando paso únicamente a días fríos, pero casi sin viento ni más nieve de la que ya había en el firmamento.

A penas ese día, Ayame y Koga habían regresado a habitar su cueva. Él estaba mucho mejor y ya no necesitaba atenciones tan particulares, solo debía descansar y reponer energías y justo eso era lo que en ese momento hacia.

Estaba profundamente dormido. Su respiración era pesada y Ayame podía escuchar su corazón latir tranquilamente...ni siquiera se percataba de que ella estaba despierta.
La joven estaba sentada en su lecho, al lado de su compañero mientras lo contemplaba... No había podido concebir el sueño gracias a que su cachorro parecía no querer quedarse quieto en lo absoluto.
La futura madre dio vueltas y vueltas por la cueva, acariciando su barriga e intentando arrullar al no nato, pero era inútil... Pensó que pocas veces lo había sentido tan inquieto y ciertamente nunca era algo bueno...algo estaba ocurriendo...

------Okami...------Le susurraba. ------Que ocurre, corazón?

Justo en ese momento y como respuesta a su pregunta, un olor particular llegó a ella; era el olor de antorchas encendidas y podía escuchar como si hubiera una gran cantidad de gente afuera.

Rápidamente tomó su capa y miro a su amado por última vez... Pensó por un momento en despertarlo, pero abandonó la idea casi de inmediato.
Salió de la cueva y entonces lo vio:
Justo en la entrada de su aldea, los guardias estaban desplegados, aparente,ente impidiéndole el paso a algo o a alguien. Ayame, extrañada, procedió a bajar para ver qué era lo que ocurría y justo cuando estaba por llegar, fue detenida por Ginta y Hakkaku...

------Señora Ayame...

------Chicos, que está pasando?

------No estamos seguros. Pero tal vez lo mejor sea llamar al jefe Koga...

------El está cansado. Descuiden, yo me encargo.

------Pero...señora Ayame...

-----Tranquilos. -----Consoló la joven matriarca. -------Todo va a a estar bien.

Seguida de cerca por los dos hermanos, la joven se acercó a los guardias que amurallaban la entrada a su lugar de residencia y pronto pudo ver al joven capitán de guardia aparentemente hablando con un trío de extraños...

------Kion.------Llamó Ayame y el subordinado atendió, volteando a mirarla.

------Señora Ayame...------Atendió el joven capitán acercándose a su líder evidentemente preocupado de verla ahí. ------Por favor, yo me haré cargo, pero lo mejor será que no esté aquí.

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