Ella. (Parte 3)

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El resto del día estuvo lleno de tareas y responsabilidades para el joven líder del clan.
Tenía demasiado que hacer y que atender y su nací edad por volver a casa con su compañera no ayudaba en nada.
Koga espero con ansias el momento de volver con Ayame, no sólo porque le preocupaba que pudiese sentirse mal estando el ausente y porque le había prometido volver lo antes posible, sino porque en verdad necesitaba hablarle. No dejaba de pensar en lo horrible que había sido con ella. No dejaba de pensar en la clase de mierda que había sido... La culpa y el odio hacia sí mismo lo de oraban por dentro. Quería disculparse, en verdad quería hacerlo. Sabía que no lo merecía. Merecía el repudio de Ayame. Pero estaba dispuesto a suplicar su perdón y aún cuando no lo obtuviera estaba dispuesto a pasar el resto de su patética existencia intentando compensarla.

El día llegó a su fin.
Antes de volver a su cueva el joven lobo tomó un baño en la cascada del manantial, cosa que le ayudó a ordenar mejor sus ideas y saben que? En verdad se sentía terrible.
Mientras permanecía ahí bajo la cascada repaso en su mente cada momento del último mes y la conclusión a la que había llegado aquella mañana se vio reforzada: había sido un verdadero bastardo con Ayame y ella no merecía eso.
Golpeó con su puño la roca empapada frene a él y se recargó en ella; Como rayos no se había dado cuenta antes de lo horrible que era con su compañera??

La imagen de Ayame apareció de repente en su cabeza... Su doce voz, su compasiva sonrisa, su determinación, su actitud altiva y testaruda que tanto le hacían perder la cabeza... Ella era perfecta. Perfecta para él.
Ayame parecía tener la dosis perfecta de calma que mantenían en equilibrio el terrible temperamento de Koga y también poseía un carácter lo suficientemente fuerte para evitar que él la aplastara por completo... Su personalidad, su actitud y su carácter embonaban con él a la perfección.

Y no sólo eso... A la memoria del lobo llegó la noche en que se habían unido... Le sorprendió la claridad con que recordaba aquella noche...
Recordó cada sensación, cada imagen que pasó por sus ojos y cada sentimiento como si lo viviese justo en ese momento... Recordó cómo lo miraba ella, recordo sus hermosos e infinitos ojos clavados en los suyos...estaban llenos de confianza. Estaban llenos de cariño...
Se sorprendió al no poder recordar algún sentimiento de rechazo hacia ella. Le sorprendió darse cuenta de que la había mirado con compasión y con afecto.
Recordó la sensación de ternura que lo invadió a tal punto que temió hacerle algún daño; como aquel que contempla lo más maravilloso del universo pero teme tocarlo y que desaparezca.
Aquella noche no hubo fastidio, odio ni rechazo... No se habían unido por linaje... Eso ni siquiera había estado en su cabeza entonces...
El hijo que Ayame llevaba en su vientre no era fruto de un acto consumado por la banalidad del interés...
Al menos por una noche ambos se habían amado de verdad.
Eso era lo que Koga realmente sentía.


Entro a la cueva y se encontró de inmediato con la imagen de Ayame, sentada en el lecho cepillando su cabello, ésta lo miró a penas entró...

-----Hola...----Le saludó ella con amabilidad pero a la vez con evidente temor. Seguramente pensaba que Koga le armaría una pesca dalo por lo que había pasado aquella tarde.

------Hola. ----Le saludó el con calma cosa que a ella pareció sorprenderle. -----Lamento venir hasta ahora...-----Se disculpó el sin saber exactamente cómo comenzar la difícil conversación que necesitaba empezar...

------No te disculpes...----Respondió ella.----Yo entiendo.-----Sonrió. -----Ha habido mucho trabajo...

-----Ujuum...-----Suspiró el. Mientras rascaba la parte de atrás de su cuello denotando ansiedad.

-----Que pasa? -----Preguntó Ayame al notar lo ansioso que parecía Koga. Realmente lo conocía bien. -----Ocurre algo malo?

------No. No, no es nada. Es solo que...

Te veo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora