Cambios. (Mini).

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El mismo se aseguró de que ella pudiera comer y una vez ambos concluyeron en que todo se había logrado quedar en su estómago, la joven mujer se mostró fatigada y expresó sus deseos de dormir...

-----Descansa...-----Le indicó Koga con tono suave. Muy raro en el. La joven se acurrucó entre sus mantas. -----Iré por Koto para que venga a cuidarte.

-----A donde vas? ----Preguntó ella con tono frágil y temeroso.

-----El clima está empeorando. Debo asegurarme de que no hay riesgo de que el viento derribe algún árbol sobre algún sitio importante. Debo ver que las reservas para estas temporadas sean bien resguardadas y organizaré una última recolección de leña, nos hará falta para el invierno.

-----Comprendo...----Expresó ella con semblante repentinamente triste.

Koga comúnmente hacía caso omiso a las expresiones o tonos de Ayame. Al punto en que jamás pudo haber dicho que sabía cuando estaba triste, enfadada o perfectamente bien, sin embargo, esta vez, su tono y su semblante saltaron a sus sentidos como jamás habían hecho...

-----Ayame..,-----Balbuceó el lobo sin saber exactamente qué preguntar o que decir. Solo sabía que debía hacerlo... -----Aun te sientes mal?

-----Eh? No. ----Aseguró ella -----No... Estoy bien, no te preocupes... Vete tranquilo.

-----Pero.., entonces..,que ocurre?

-----Que ocurre con que?

-----No se. Es que... De repente... Parecías afligida...

Ayame se sorprendió. Koga en verdad parecía estarle prestando mucha atención... Pero al parecer ni siquiera él se daba cuenta.

-----No te preocupes. No es nada... Es solo que...

-----Que?

-----No quiero estar sola... -----Expresó. Aún en contra de su voluntad, lo soltó.
No quería molestar a Koga. No quería que se preocupara. No quería parecer una tonta niña llorona. Pero por alguna razón, no pudo evitar que esa verdad que estaba tan en el fondo de su ser, saliera por su boca.

----- Oye... Ya te dije que le diré a Koto que venga contigo. Y dejaré a Hakkaku y a Ginta en la entrada también por si necesitas algo...

Ayame no respondió. Continuó mirando bajo mientras seguía acostada sobre su almohada. No quería abrir la boca y que lo que sentía saliera de ella de forma deliberada... En verdad se sentía sola.
Muy sola.
Desde que se había unido a Koga, se había sentido así.
Siempre estaba rodeada de personas: las recolectoras, los cazadores, las matronas, Hakkaku y Ginta... Pero siempre estaba sola. Sola en esa cueva. Y hasta ese momento, no le había pesado tanto. Justo ahora, esa soledad parecía pesar una tonelada...

-----Está bien... No hay problema. -----Expresó ella haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar. No quería que él se fuera... Pero... Pensó que, el que estuviera sin querer estar ahí era lo mismo que no tenerlo ahí.

Para sorpresa de ambos, al lobo lo invadió una sensación extraña... Parecida a la culpa, pero tan pesada como la angustia... No pudo evitarlo; suspiro profundamente, la miro con compasión, se acercó a ella, se inclinó y en contra de todo lo que respecta a a sí mismo, para su sorpresa y la de ella, besó su frente.

-----Volveré contigo pronto. Lo prometo. -----Soltó el... O al menos una parte de el que ninguno de los dos esperaba ver jamás. Dio media vuelta y salió de la cueva.

Te veo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora