Ayame llegó rápidamente a la cima de la colina, sorprendiendo a todos los que estaban ahí...
-----Hola a todos!
-----Señora Ayame...----Identificó una mujer.
-----Escuchen, sé que es clima está espantoso, pero debemos terminar el trabajo ahora. El otoño ah comenzado y si no terminamos hoy, tendremos demasiadas hojas que limpiar y perderemos una gran oportunidad.
-----Si señora. ----Atendieron.
-----Les ayudaré. -----Aseveró la mujer pelirroja.
La joven se arrodilló en el suelo junto a sus subordinados, quienes habían estado construyendo una especie de enorme balsa hecha con cañas y lazos.
La joven lobo iba de un lado a otro haciendo nudos, acomodando cañas y clavando clavos de madera.Hakkaku y Ginta llegaron finalmente algo agitados y se unieron a la labor que desempeñaban sus camaradas aunque desconocían de que se trataba.
El fuerte viento hacia las cosas más difíciles y lentas pero Ayame mantenía la mirada decidida y todos sabían lo que eso significaba.Pasadas varias horas de trabajo incesante, la joven matriarca se puso de pie...
-----Está listo... Andando, debemos ponerlo ahora...
-----Déjenoslo a nosotros. -----Pidió uno de los hombres. -----Hace mucho viento y seguramente eso hará todo más difícil.
-----Confió en ustedes. ----Sonrió la joven matriarca.----- Supervisaré todo desde abajo y cuenten con la ayuda que pueda darles.
Al recibir las decididas respuestas de sus subordinados, la joven volvió a salir disparada colina abajo segura por un par de apresurados y ya agotados guardaespaldas.
El fuerte viento evitaba que el grupo que Koga comandaba se moviera rápido. No podían simplemente correr de regreso a la aldea así que su paso fue más lento de lo que estaban acostumbrados, así como pesado, cosa que comenzaba a fastidiar a su líder.
Koga comenzaba a exasperarse, no sólo el viento le resultaba molesto hasta para ver por dónde íba, sino que desde el inicio no había querido dejar a su compañera por tanto tiempo.
No había dejado de pensar en todo el día, en la afliccion que había mostrado Ayame cuando se había ido... La verdad se sentía terrible. Jamás se había sentido de esa forma, pero podía distinguir el sentimiento de culpa en su corazón...
Nunca le había conmovido tanto nada respecto de Ayame, pero incluso eso ahora le daba asco.
Estaba avergonzado y asqueado de sí mismo... En el transcurso del día anterior a ahora había analizado muchas más cosas de las que había hecho en un mes entero... Se había dado cuenta de que, tal como Hakkaku y Ginta se lo habían señalado, no había sido precisamente considerado con Ayame. No lo había visto necesario, pero ahora se daba cuenta de que... No se trataba de necesidad, sino de algo que era justo para ella. Por qué era justo? Simple: ella jamás le había hecho nada malo.
Que no le agradará demasiado, que no era precisamente la mujer que hubiese elegido para pasar con el la eternidad, no era culpa de ella. Por el contrario, ella siempre había hecho lo posible por no ser una carga ni un fastidio, tanto era así que había intentado ignorar el hecho de que posiblemente había quedado embarazada...
Tanto era así que lo respetaba a él como líder del clan. Lo apoyaba y respaldaba en todas y cada una de sus decisiones logrando así que la manada hiciera lo mismo. También hacia todo lo posible por ayudarlo. Koga podía pensar ahora en cientos de veces que Ayame se encargó de tareas que a él se le habían acumulado y debía cumplir, sin importar que fueran peligrosas o difíciles. Ella no sólo se encargaba de ayudar a las artesanas o a las matronas; cooperaba con los cazadores,malos constructores, los guardias... Ahora se daba cuenta de todo.
Ayame era digna de su respeto, su admiración y mucho más.
Ella era una excelente líder, cuidaba de su pueblo tanto como él lo hacía... Y... Ahora veía que era una excelente compañera.... Tal vez era terca, testaruda y un tanto torpe, pero siempre estaba a su lado y si no era así, estaba a su espalda, respaldando cada decisión que tomaba y cada una de sus acciones a beneficio de su clan.
Y ahora... A pesar de cómo se había comportado el con ella todo ese tiempo, a pesar de que la había menospreciado y hasta irrespetado en mil ocasiones... Ella iba a darle un hijo.
Fácilmente pudo haberlo rechazado. Pudo haberse negado a llevar a ese cachorro con la justa razón de no querer tener nada que ver con él más que los intereses que como líderes tenían por su manada. Pero no fue así.
Ayame se había aferrado a ese bebé. Ella quería tenerlo... Tal vez porque lo sentía más parte de ella que de él, pero al final, estaba dispuesta a compartir esa dicha con su indigno compañero.
Todo eso le taladraba la cabeza a Koga y lo hacía sentir náuseas... Él no merecía nada de lo que Ayame hasta ahora le había dado ni de lo que pudiera estar dispuesta a darle ahora. No merecía su apoyo, su ayuda, su comprensión, su consideración y mucho menos su aprecio ni admiración. No merecía la dicha del hijo que ella levaba. No la merecía.
Sin embargo, tenía todo eso... Ella continuaba dándole todo de sí misma y mucho más sin importarle cuantas veces él la despreciara. Ella seguía ahí firmemente. Incluso ahora que pasaba por momentos tan duros como el sentirse fatigada y esas nauseas y vomitos de mala muerte, ella seguía dispuesta a no ser una carga para el. Estaba dispuesta a sobrellevar eso y lo que viniera ella sola con tal de no molestarlo y aún así, dispuesta a llevar a su hijo y traerlo al mundo...
Había sido un idiota todo este tiempo. Un idiota y un patán. Había sido el peor compañero para Ayame, había sido el peor de los hombres... Pero estaba dispuesto a cambiar eso.
Se había dado cuenta de cuan digna de lo mejor de sí mismo era Ayame. No era sólo por el hecho de que ahora llevaba a su heredero... Tal vez eso había sido el detonante para que el abriera los ojos, pero su deuda era con ella...

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Te veo...
FanfictionQué pasó con Koga y Ayame después de haberse casado? En verdad se amaban? O lo único que compartían era su interés por el bien de sus manadas? Esta historia (relativamente corta) es acerca de cómo fue la vida para ésta pareja una vez unieron sus vid...