Ella. (Parte 1)

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Organizó a sus hombres y salieron adentrándose en el bosque para cumplir con sus deberes.
En general fue una mañana sumamente atareada: el fuerte viento y la escasa luz les dificultaban todo, desde subir los árboles para deshacerse de las puntas que amenazaban con quebrarse, hasta atar todos los montones de madera que habían reunido como leña. Sin embargo, bien entrada la tarde, podían decir que todo estaba en orden.

Camino de regreso a la aldea, Koga no dejaba de pensar y pensar...
Las mismas sensaciones extrañas que había experimentado aquella mañana continuaban arremolinándose en su interior como fuego vivo trayendo como efecto colateral un gran desconcierto... No lograba entender nada. No entendía por qué se sentía tan distinto con respecto a Ayame. Jamás le había dado suficiente importancia.
Pero ahora... Por increíble que a él mismo le pareciera, podía decir que le importaba.
Por algún motivo ya no se sentía tan indiferente de su compañera... Por el contrario, todo lo que había existido en su cabeza todo el día había sido ella. Fácil habría sido decir que sólo estaba preocupado por su bienestar ahora que sabía, llevaba a su hijo, pero incluso el evasivo lobo sabía que había algo más... No solo estaba pensando en su estado de salud, sino en ella... Ella, ella...
La imagen de sus ojos celestes no lo abandonaba, la sensación de la suavidad de su piel, el calor que irradiaba su cuerpo... Las propias líneas femeninas de su frágil cuerpo...
Y no sólo su imagen física lo invadía por todas partes, también algo que incluso nunca le había agradado: su carácter.

Cuando Koga pensaba en el carácter o la forma de actuar de Ayame, le daba dolor de cabeza. Lo ponía de un humor terrible, incluso se sentía irritado la mayor parte del tiempo.
Pero ahora.., hasta eso parecía ha ser desaparecido. Ayame sin duda continuaba siendo altiva, testaruda y hasta cierto punto altanera... Pero por alguna razón, la sensación que le daba ya no era de molestia... Por el contrario, se sorprendió a si mismo esbozando una sonrisa al pensar en su actitud...
Pero más allá del carácter inflexible e independiente de la mujer, estaba su parte vulnerable. Aquella que rara vez mostraba. Aquella que había aflorado naturalmente aquella mañana.
En algún otro tiempo, Koga seguramente también se hubiese molestado con ella por esa actitud tan "infantil y llorona" pero ahora, al pensar en eso... Su corazón parecía llenarse de calor... Por alguna razón, sentía la necesidad de atender a aquella actitud tan vulnerable y suave... Por alguna razón... Le reconfortaba.

En verdad no dejaba de pensar.
No dejaba de pensar en ella.
No dejaba de pensar en que... Tal vez, Hakkaku y Ginta habían tenido razon...
Tal vez... Debió darle una oportunidad desde antes...


La joven despertó más tarde sintiéndose mucho mejor.
Volvió a alimentarse y posteriormente se levantó, se cambió, se ató el cabello y se puso su capa...

------Mi señora, a donde piensa ir??! ----Cuestionó la matrona más en tono de reproche.

-----Hay una tarea que debo concluir ----Respondió Ayame con una sonrisa ------Tranquila, Koto, estoy bien. Me siento mucho mejor y no haré nada si quiera ligeramente riesgoso, lo prometo.

-----Pero... Está haciendo demasiado viento! Además, esta bastante fresco afuera. Podría enfermarse!

------El viento está algo fresco, es verdad. Pero no hace frío, Koto... Estoy bien cubierta, no pasara nada, si?

-----Pero...-----Seguía protestando la matrona. ------ Usted podría...usted podría....-----evidentemente se le habían acabado las excusas.

-----Hakkaku y Ginta estarán conmigo en todo momento. Te aseguro que voy a estar bien, si? Es muy importante para mí ser capaz de seguir siendo de ayuda para el clan tanto como me sea posible. Koto, por favor... No estoy haciendo nada imprudente... No haré ninguna tontería solo... No soportaría tener que estar aquí encerrada todo el tiempo. Estoy bien. Mi bebé está bien. Y yo jamás haría nada que lo lastimara... Por favor, confía en mí...

-----Pero el señor Koga...

-----Si se molesta, dile que me escapé. Que venga a hablar conmigo. -----Sonrió la pelirroja de forma despreocupada. Ya estaba acostumbrada a lidiar con el temperamento de su compañero. ------Tranquila. Te veré más tarde. -----Finalizó saliendo apresuradamente de la cueva.

Pasó casi casi volando junto a Hakkaku y Ginta, quienes estaban literalmente en la entrada de la cueva "vigilando" (estaban dormidos).

------Aaah! Intrusos! ----Se alarmó Ginta al sentir la ráfaga que pasó junto a ellos, alertando también a su acompañante y entonces vieron que no se trataba de ningún intruso...-----Señora Ayame!! Que está haciendo?!

-----Buenos días! ----Sonrió la joven parada en una roca en el sendero hacia la sima de la montaña. -----Andando, muévanse, no se supone que iban a vigilarme??

-----Pero...a donde va?? -----Cuestionó Hakkaku.

------Tengo algo importante que no puede esperar más. Tranquilos, no es nada que haga que Koga los mate después.

-----Pero...pero.., señora Ayame yo creo que no es una buena idea que salga de la cueva, mucho menos con este clima...

-----Si, mejor vuelva a dentro y cuando el jefe vuelva...

-----No volveré a entrar.----Aseveró Ayame. -----Pero si quieren, ustedes pueden quedarse... Cuando Koga vuelva pueden explicarle a donde he ido yo sola. -----Sonrió casi maliciosa antes de hacer un gesto de despedida con la mano y continuar su camino velozmente.

Hakkaku y Ginta se miraron mutuamente... Sabían que su jefe los mataría si al regresar se daba cuenta de que no habían estado vigilando a su compañera...

-----ESPERE SEÑORA AYAME!!!!-----Suplicaron mientras corrían tras la mujer.

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