1.3 Mercancía de los Trinux...

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— ¿Iker, cómo llegaste aquí tan rápido?—Maney preguntó apenas lo había alcanzado y se detuvo en el muro que estaba ya muy cerca de las puertas donde había un pequeño puesto lleno de mercancía de los Trinux.

—De la misma forma que tú...—Respondió burlón, a punto de pagarle a la señora que vendía.

— ¡MALDITO IKER!—Gritó Zuley, que también lo había alcanzado ya, dejando un camino de espectadores tirados. — ¿POR QUÉ ESTÁS COMPRANDO COSAS DE LOS TRINUX SIN MÍ?—Volteó a ver a la vendedora que tenía cara de miedo al verla. —DEME LO MISMO QUE ÉL.

—Sí... —La mujer comenzó a servirle el pedido.

—Escúchame bien estúpido: si te vuelves a ir así ¡Te juro que me las pagarás!—Amenazó Derek, que ya había llegado con ellos, aún traía a Suemy y la bajó con delicadeza. Luego miró a Iker de una forma demasiado intimidante.

La señora que vendía no podía dejar de temblar al ver a ese montón de clientes tan extraños.«Estos son el demonio... » Pensaba con mucho miedo.

— ¿Quiénes, señora? —Le preguntó Maney con suavidad.

— ¡Ahh!—La única respuesta que obtuvo Maney fue la de un desmayo, probablemente provocado por su edad avanzada y tremendos clientes.

—Señora, no me cobró...—Zuley intentaba hablarle. — ¿...Qué? ¿Que es gratis? ¡Gracias!—Zuley sonrió y guardó las cosas en su bolsa.

—Zuley, no seas aprovechada. Devuélvelo.—Iker la regañaba.

— ¿Dónde está Tim...?—Preguntó Maney, buscándolo con la mirada.

—Aquí...— Una voz proveniente del suelo sonó con muchos trabajos. Unas manitas salieron de entre los pies de la gente y después, Tim.

— ¡Tim!—Exclamó Suemy. —No me digas que llegaste arrastrándote...

—Era eso... O no pasaba. —Se levantaba del suelo.

— ¡Pronto será la hora de inicio y empezará el concierto! ¡Estoy muy emocionada!—Zuley no podía contenerse. —Ojalá canten la de "Palabras al viento".

— ¡Sí! ¡Es mi favorita!—Comentó Iker, compartiendo su emoción.

— ¿No podía gustarte una canción menos sosa?—Preguntaba Derek con una cara de fastidio. —Mejor ¿No podía gustarte otro grupo que no fuera un trío de adolescentes tetos que canta para quinceañeras argüenderas?

— ¡No son tetos y no cantan sólo a ese público!—Iker debatía frunciendo el ceño. — ¡Además me vale lo que pienses porque los Trinux me provocan cosas que no entenderías!—Le sacó la lengua y se cruzó de brazos. —Ellos son más que "un grupo" para mí...

—Justo cuando pensé que no podías ser más nena...—Derek se palmeaba la cara.

—Yo únicamente he oído una canción que me pasó Iker, en sí no sé ni quiénes son. —Dijo Suemy.

—Yo tampoco. —Agregó Tim.

—Ni yo...—Completó Maney.

— ¡Uy no! ¡De lo que se pierden ustedes!—Zuley se unía a la plática. — ¡Los Trinux están bien guapos, cada uno tiene lo suyo y cantan divino!

—Si es un grupo juvenil entiendo que sean guapos...—Maney reflexionaba. — ¿Cuál te gusta más Zuley?—Preguntó muy curiosa, tratando de buscar entre tantas personas algún cartel o mercancía que mostrara a los cantantes.

—Míralos y tú dime. —Desplegó el póster que acababa de comprar.

—Hmm...—Maney examinaba la cara de los tres, en especial la de uno.

— ¿Qué, te gustó Trux?—Iker la codeaba del brazo con una sonrisa pícara.

—No, es que creo que se me hace conocido...

— ¿Por qué? ¿Por las miles impresiones de su carota aquí y en todos lados?—Derek preguntó con sarcasmo.

—Yo creo que no podría elegir, si yo pudiera me apuntaba con los tres...—Zuley sonreía con sangre en su nariz.

—Soñar no cuesta...—Mencionaba Suemy.

—Jajaja el precio de soñar es despertar y ver la realidad...—Maney argumentó, dando un pequeño suspiro. Derek e Iker voltearon a verla al escuchar ese argumento.

—En este caso, la realidad no está tan opuesta, tenemos las plateeeas...—Zuley las sacó de su bolso, sonriendo maliciosamente.

— ¿Y qué tal si son unos engreídos payasos?—Derek les metía intriga.

—Derek no seas negativo. —Zuley se quejaba volviendo a guardar las plateas en la bolsa. —Yo no creo que sean así, siempre se han mostrado amables con sus fans, no creo que sea falso.

—Derek está celoso porque son más guapos que él. —Iker también encontraba su manera de desquitarse, con una sonrisa malvada.

— ¡Claro que no!—Respondió indignado.

—Jaja, así es, les teme. —Iker continuaba su burla. — Uno de ellos le quitará a la novia un día... jajajaja.

—Jajaja. —Zuley también reía con ese absurdo argumento, entendiendo la exagerada burla de Iker. Todo estaba oscuro ya, pero eso no detenía el entusiasmo del público que esperaba ansioso con posters, pulseras brillantes, lentes, playeras, chamarras, tazas y muchas otras mercancías de los Trinux. De pronto el público empezó a gritar de emoción, ya eran tiempo de abrir las puertas del auditorio...

Memories 2 - Los TrinuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora