—Espero que de esta forma sí te acuerdes de mí...—Maney escuchó una voz masculina muy cerca que le dirigía la palabra susurrándole y al alzar la cabeza casi se va para abajo con todo y silla por la sorpresa de ver a Trux con un sombrero de detective justo como el que le había dado las plateas. Él puso una mano sobre su hombro. —...Supuse que tendría que ponerme el sombrero de nuevo. —Le explicó con una leve sonrisa.—... Sabía que eras tú. La voz, la altura y que te acercaras a mí...—Mencionó en voz baja, con un tono resignado. —Pero que seas uno de los que está en el escenario, me hacía creer que debía ser una tontería...—Frunció el ceño, cruzándose de brazos. —Así que quise esperar a ver qué hacías: si... te delatabas, o si esperabas a que yo te dijera algo...
— ¿O sea que fingiste demencia? Eres muy astuta. Y uf, qué bueno. Pensé que no me recordabas, eso duele...
—Sí, duele cuando alguien no te recuerda...—Bajó fugazmente su mirada, suspirando con tristeza. — ¡No puedo creerlo! Todo este tiempo estuve preocupada por saber quién y para qué alguien me pudo obsequiar las plateas ¡¡Y resulta que fuiste tú!!—Le reclamó, queriendo gritar pero moderándose en su volumen. — ¿¡Por qué lo hiciste!?
—Porque quería verte. —Le sonrió. — ¿No lo había dicho antes? Eres linda y explosiva, como el fuego...
— ¿Perdón?—Preguntó cerrando su puño.
—Tranquila, yo de verdad quería verte...—Comentó en un tono más serio.
—Por favor, ni me conoces.
—Pero podría hacerlo, si tú deseas...—Respondió haciendo esfuerzos por no hacer notorio el enrojecimiento de sus mejillas. — ¿No has oído hablar del amor a primera vista?
—No regalas tres plateas dobles para ver a una persona. —Se cruzaba de brazos. —Menos si eres el que canta en el concierto. Deja de decir que te gusté y no sé qué tanto, no entiendo qué pretendes pero yo no soy una fan loca a la que puedas marear con ese cuento.
—No es un cuento...—Sus mejillas enrojecieron más. —Claro que no eres así... Haces mucho escándalo por unos pases. Yo regalaría con gusto mi vida por tratarse de ti.
—No me digas piropos baratos. ¿Por qué hiciste eso?—Frunció el ceño, sus ojos cambiaron a unos mucho más hostiles.
— ¡Trux! Ya es hora de irnos. —Trini pareció interrumpir la escena con toda la intención, separando a los dos chicos y pasando justo por en medio. —Tristán, son las dos de la mañana. Tenemos que desalojar o nos cobrarán extra y nuestro representante no lo pagará. —Le recordó Trini.
—Ah, sí... —Dijo Tristán con desgano. —Lo siento Derek, tendré que apagarlo. Guardaré nuestra misión.
—No te preocupes, fue muy divertido jugar, fue lo único bueno de venir aquí.
—Otro día podemos reunirnos a jugar si quieres, o para que te preste mi consola. Porque por lo visto no te caí bien...—Tristán se alzaba de hombros, haciendo puchero.
—No, disculpa no quise decir eso. —Se ruborizó por completo. —Mientras no canten, creo que no son tan odiosos...
—Me alegra saberlo. Dame tu ID** y te doy por el que solemos contestar.
— ¿De verdad? O sea llegué aquí obligado y salí con su número jajaja.
— ¡Qué envidia! ¡¿Por qué Derek!?—Iker casi se ponía a llorar. —¡A él ni le caen bien!
—Jajaja Bueno Iker, es que parece que es el que tiene la cabeza más fría. —Tristán explicaba. —Nos cayeron bien y la verdad es que somos sujetos amigables. Pero no podemos darle esto a mucha gente. Por favor sean discretos y úsenlo con prudencia. —Recomendó. —Por lo visto son amigos muy unidos, no le veo el problema.
—Así es. —Trini sonreía.
— ¿Tú no me darás tu teléfono, copito de nieve?—Le preguntó Trux a Maney, con una sonrisa nerviosa en su cara.
— ¿¡Todavía de que me das las plateas con quién sabe qué intenciones pretendes que te dé mi número?! No gracias. Es más, te las devuelvo. Le diré a Zuley que...—Le expuso Maney, seria.
—No es necesario. —Trux la tomó del brazo para evitar que fuera. —Considéralo un obsequio por tener amigos que son fans tan encantadores como Zuley e Iker... Les agradamos y saber eso nos llena de mucha alegría. Ojalá un día también pueda agradarte a ti. —Sonrió, bajando su mirada por la pena que le causaba decirlo.
Iker y Suemy se tomaban las últimas fotos, Tim se tallaba los ojos de sueño. Entonces, los seis comenzaron a caminar hacia la puerta acompañados de los Trinux.
—¡¡Gracias por todo!!—Zuley abrazó a los tres cuando estuvieron a su alcance. Los abrazó muy fuerte y ellos aunque no lo expresaban tenían una cara de dolor por el abrazo. Cuando Zuley los soltó, los tres dieron un respiro muy hondo. — ¡Dijeron que daban besos y todo eso! ¿¡Puedo darles uno?! ¡Por favor!—Pidió muy esperanzada. Ellos no se negaron y accedieron a sus deseos con una sonrisa. Finalmente, los demás se despidieron, Iker abrazó muy fuerte a los Trinux antes de cerrar la puerta del camerino...
** Dentro de la historia, el ID puede ser su número de celular, su email o algún código alfanumérico que sirve para contactarse por vía telefónica, internet, mensajería, mensajería instantánea, publicaciones, etiquetas, entre otros. Lo dejo a su imaginación, estamos en una época con miles de redes sociales ;)
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Memories 2 - Los Trinux
FantasyPor que ustedes lo pidieron!! (O tal vez no) Pero esta es la continuación del primer volumen de Memories. Aquella historia con esos seis amigos que tienen más en común que sólo estudiar en la misma escuela. Así como las anécdotas que empiezan a comp...