1.9 Conociendo a los Trinux

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El guardia tocó la puerta del camerino. Todos los demás esperaban ansiosos menos Derek y Suemy que se mantenían con su seriedad.

—Ahm... ¿Sí?—La puerta se abrió poco a poco unos centímetros y de ella únicamente se alcanzaba a vislumbrar una parte de la cara de Trini, quien había abierto.

—Señor cantante. —Explicaba el guardia. —Fíjese que estos muchachos dicen que tienen plateas para entrar a camerinos. Ya me las mostraron y sí son auténticas.

—Ya veo. —Trini conjeturaba. —Está bien. —Abrió toda la puerta, dejando escapar una linda y grande sonrisa, El guardia dio media vuelta y se retiró.

Los demás vieron el hermoso camerino de los Trinux, que era muy amplio, ambientado en colores muy claros y con muebles muy modernos. Tenían una tele de plasma muy grande y otra tele LCD más pequeña con una consola y enfrente de ella un sillón pequeño color morado. Había un mini bar y también estaban los instrumentos del grupo.

— ¡Wow! ¡Este camerino es grandísimo!—Exclamó Tim, con mucho asombro.

—No se queden en la puerta, pasen. — Trini los llevó adentro. Tristán se encontraba jugando con el videojuego y Trux estaba limpiando su guitarra. Trini cerró la puerta del camerino diciéndoles a sus compañeros: —Tenemos visitas...

—¡¡Eso es!! ¡¡Muerde eso!! ¡¡Muereteeee!! ¡¡¡Sí!!! ¡¡Probarás el infierno!!—Tristán estaba demasiado adentrado en el juego como para escuchar a Trini, no paraba de saltar y mover sus manos a todos lados con el control del juego riendo malvadamente.

—Disculpen...— Trux volteó a ver a todos, recargó su guitarra junto a su bocina y caminó hacia ellos.

—Tristán...—Volvió a insistir Trini.

—¡¡Te daré con la sierra eléctrica!! ¡¡Y ahora la de fuegoooo!!—Tristán, celebraba sus triunfos, tenía una cara de sádico.

—¡¡¡TRISTÁAAANN!!!—Gritaron Trini y Trux al mismo tiempo.

— ¿Qué ocurre?—Tristán apenas había salido del trance del juego, le puso pausa y entonces notó que había seis personas más de la cuenta. —Lo siento amigos, los juegos me poseen. —Se rio y sin dejar su control caminó hacia los ellos.

—Hola... —Zuley estaba ruborizada. —Quizá no nos recuerden pero...

— ¿Cómo que no? Si ustedes dos son los que pasaron al escenario. —Trini los halagaba. —Pero a ustedes no los había visto...—Hizo referencia a los otros cuatro.

—Ah, no. ¡Ellos son nuestros amigos: Maney, Suemy, Tim y Derek!—Iker los presentó señalándolos. —Ahm...—Iker se dirigió a los Trinux, muy apenado y con mucha timidez. —Me gustaría decirles que ustedes me han ayudado bastante a creer en mí mismo y salir adelante, con su música y con lo que he aprendido al conocerlos. Significan mucho para mí y no puedo creer que los tenga frente a mí. ¡Wow! ¡Son tan altos!—Para hablarles tenía que alzar la cabeza, al igual que todos ahí. Realmente, eran muy altos.

—Jajaja, es que tomamos mucha leche, chaparrito jijiiji. —Trini le alborotaba el cabello, de forma burlona pero muy amable.

—Tú tomaste leche. Yo calcio...—Comentó Tristán entre dientes, nadie comprendió la insinuación, a excepción de Derek que sonrió de manera discreta.

—Eres un tonto Tristán...—Trux también se percató de su albur.

—Iker, muchas gracias por tus palabras. Y a nombre de los tres, prometo no defraudar las expectativas que tienes de nosotros. —Trini lo tomó de un hombro, sonriéndole.

—Qué gusto es conocerlos a todos. Nuestro camerino es su camerino, pónganse cómodos. —Trux los invitó cordialmente y los chicos aún penosos se mantenían estáticos.

— ¿Qué les pasa?—Creo que están un poquito nerviosos.—Insinuaba Trini, sonriente. —No tienen nada qué temer, somos tan X's como la hache muda.

—Falsa modestia. —Tosió Derek. —Vamos, son unos gigantes y le cantan a quinceañeras y toda la cosa, ustedes lo saben. Es normal que estén nerviosos.

—Jajaja, bueno el trabajo es una cosa. Pero estamos fuera de él, así que no tienen por qué sentirse así, sería bueno que intentasen vernos más allá de los instrumentos y la voz. —Trux le decía en un tono calmado y bromista. —Como tú, amargadín y pelirrojo amigo. —Le guiñó.

— ¡Wow! ¡Yo también quiero un apodo!—Iker pedía, desesperado.

—Serás melocotón. —Se le ocurrió a Tristán, poniendo una antena rota sobre el hombro de Iker, que estaba explotando dentro de sí por la emoción.

—Pff...—Suemy intentó aguantar su risa. —Vaya, nunca pensé en que conocería a un grupo de música juvenil... Me imagino que muchos de mis compañeros se pelearían por estar aquí hoy, me siento feliz. Gracias por dejarnos entrar. —Mencionaba tímida, la verdad es que ella también creía que los Trinux eran muy guapos y el hecho de estar con famosos codiciados por sus contemporáneos le hacía ponerse nerviosa y emocionada.

—¡¡Sí sí sí!! Seguramente Isabel y Estrella se morirían de rabia si me vieran con ustedes hoy. ¿¡Podrían darme su autógrafo!?—Sacó muy emocionada un cuaderno de su bolso.

— ¡Claro!—Trini tomó la libreta con una sonrisa. — ¿Para Zuley, cierto?—Firmó y la fue pasando a sus compañeros.

— ¡Yo también! ¡Ponle que para Iker melocotón por favor!—Iker le pedía muy ruborizado.

—Oigan ¿pueden darme un autógrafo sin nombre para que lo pueda vender a las niñas de mi escuela?—A Tim se le ocurrió de pronto.

— ¡Tim, no seas aprovechado!—Maney lo sacudió, con pena ajena.

—Jajaja lucrarán con nuestras firmas. —Tristán tomó la libreta. —Asegúrate de que te den algo valioso a cambio. —Le bromeó. —Ah, pero si nuestro representante se entera, te demandará.

—Eso no es broma. —Le advirtió Trux. Tim se puso nervioso, rio entre dientes.

—Mejor sí pónganle Tim...

—No estén tensos, ¿quieren un trago?—Trini se levantaba hacia el mini bar, amable. —Obvio sin alcohol, se nota que al menos la mayoría de ustedes son menores de edad.

—Está bien, nosotros también lo somos. —Tristán se señaló a él y a Trux. —Así que aunque quisieran no iba a haber. —Se reía.

— ¡Eso lo sé! ¡Trux acaba de cumplir diecisiete! Lo leí en la revista All for... y ¡Tú pronto cumplirás dieciocho! ¡Yo en diciembre cumpliré dieciséis! No puedo creer que sólo sean uno y dos años mayores. Bueno, Trini va a cumplir diecinueve. ¡Eso es genial!—Iker les comentaba muy emocionado y ruborizado al darse cuenta de revelar que los tenía bien checaditos.

—Demonios, ahora pareces un pervertido acosador. —Derek se palmeaba la cara.

—Jaja, es halagador...—Trini disculpaba. — ¿Así que nadie quiere nada?

—Yo sí te acepto algo. —Derek se asomó al pequeño refrigerador, después volvió a su lugar, aburrido. Los demás sintiéndose más en confianza caminaban con lentitud y se dispersaron tímidamente.

— ¡Es el día más feliz de mi vida!—Iker estaba muy emocionado, sacudía a Suemy mientras la arrastraba con él.

— ¿Qué te pasa Derek? ¿Quieres un autógrafo?—Tristán preguntó con sarcasmo a la única persona que se quedó cerca de la puerta...

Memories 2 - Los TrinuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora