Capítulo XXVIII

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—Sólo debes hacer silencio —Draco abrió la puerta del calabozo.

—Lo entiendo.

—Yo te traeré comida y algo de beber, siempre.

—Lo entiendo.

—No debes preocuparte por nada... —el comportamiento de Hermione no le parecía nada normal a Draco.

—Lo entiendo.

—No es necesario esconderte, casi nadie viene aquí, pero hay más perosnas, quizás las conoces —trató de cambiar un poco el asunto del tema para saber si ella estaba consiente de lo que pasaba.

—Lo entiendo —pero no funcionaba.

—Te amo —se arriesgó.

—Lo entien —Hermione reaccionó y trató de remediar la metida de pata, pero Draco la interrumpió.

—¿Te sientes bien? —su voz se quebró por alguna razón.

—Lo estoy, ésto es algo difícil para mi.

—Lo sé, no tienes que hacerlo. Puedes ir ahora mismo al colegio, puedes escapar, no te preocupes por mi. Esto no es correcto.

—Escucha, estoy algo infeliz aquí. Pero no quiero que te hagan daño y si eso implica quedarme acá, lo haré —Hermione era una mujer de palabra y ahora nadie iba a cambiar su decisión, ni Draco.

—Pero no quiero que sufras.

—Y no lo haré si tu estás conmigo.

Y, antes de que Draco se retirara a hablar con su tía, le dió un beso largo y profundo a Hermione.

Era su forma de decir "Todo va a estar bien"

Y ella le creyó.

Nada era lo mismo sin Hermione. Nada.

Ahora Ron la hacía de prefecto solo. Y no era nada fácil. A pesar de sus diferencias, Hermione le daba un tipo extraño de alegría que no podía describir.

Los niñitos revoloteaban por doquier haciendo mucho ruido, lo cual lo irritaba, Fred y George vendían su mercancía y tenían más éxito ahora que nadie los interrumpía en medio de una presentación o venta.

Pero por dentro todos sentían la ausensia de Hermione.

Ron no era el único que la extrañaba. Harry y Ginny no se quedaban atrás, incluso Lavender, que la odiaba, le hacía falta su supuesta "actitud de mandona".

—Deberíamos hacer algo —Ginny despertó de su trance y habló viendo directamente a la nada. Ella creyó que nadie la había escuchado, porque era la hora pico del día y todos estaban poniéndose al tanto de lo que habían hecho en el día. Día libre. "Preocupados" por la desaparición de Hermione.

—¿Cómo qué? —Ron la había escuchado y en ese momento se incorporó en el sofá, ya que se había dado a la tarea de tomar una siesta.

—Vayamos por ella —Lavender abrió los ojos de golpe y apretó la rodilla de Ron.

—¿Estás loca? —Ron se levantó de un salto.

—Podríamos tratar de comunicarnos y planear bien todo —Harry, que estaba en medio de Ron y Ginny, se puso de pie y se acercó a la ventana, giró sobre sus pies—. Necesitamos los polvos flú.

—¿Estás loco tú también? —una arruga se formó en su frente.

—¿No quieres a Hermione de vuelta?

—¡Claro que sí!

—Emm, emm —Lavender hizo notar su presencia.

—No me importa la forma en que lo interpretes, Lavender, Hermione es mi mejor amiga.

—A mi tampoco me importa, noto que ella siempre está antes que yo. Te veré luego —tomó sus pertenencias y caminó hasta su habitación, tenía la esperanza de que él la llamara, o alguien la detuviera, pero fue en vano.

—¿No irás? —le preguntó a Harry viendo el rastro de Lavender.

—No —contestó friamente.

—¿Por qué? Eres un gran idiota —aunque a Ginny no le cayera del todo bien, fue tras ella.

Subió las escaleras y entró sin pedir permiso. Lavender estaba sentada en su cama, estaba llorando.

—No pienses que Ron es así siempre, sólo cuando está un poco neurótico.

—Creo que conmigo si es tal vez siempre —trató de articular entre sollozos.

—Oh, nada de eso, sólo está preocupado por Hermione —Ginny se sentó a su lado y le rodeó los hombros con su brazo.

—Ese es el problema, Ginny —Lavender quitó su brazo con la mano y se levantó para acercarse a la ventana—. Ella es el problema.

—¿Lo es?

—Claro que lo es, si Ron no tuviera esa estúpida obsesión post-enamoramiento no sería así.

—¿Post-enamoramiento? —Ginny se levantó de golpe.

Su pregunta no se debía a que no sabía nada. Era sólo que le parecía extraño que su hermano aún estuviera así, supuestamente la había superado, por eso estaba con Lavender. Porque estaba enamorado.

Pero parecía que no, tal vez sólo necesitaba olvidarla, de cualquier forma, no era la más apropiada, pero estaba a su alcanze.

—No te hagas la que no lo sabía, todos lo sabían. Y además, es su actitud.

—¿De Ron o de Hermione?

—¡De ambos! —gritó sin razón alguna.

—Entiendo que Ron es un idiota y que Hermione es un poco controladora y mandona, pero así son y así los amamos —contestó nerviosamente por la reacción de Lavender.

—Pues yo ya no, fíjate, estoy cansada.

—¿Vas a terminar con Ron? —sus ojos se había salido de la órbita.

—Oh, voy a acabar con Ron —aseguró.

Y entonces la guerra interna que había dentro de Lavender había salido finalmente, con mucha más furia de la que pretendía, tomó su varita y la empuñó lo más fuerte que pudo, estaba nerviosa y su mano transpiraba, pero no iba a dejar caer la varita, no ahora.

Dejó a Ginny en donde estaba y abrió la puerta para salir y cerrarla con un portazo. Bajó las escaleras tranquilamente, como si nada hubiese pasado. Ahí estaba Ron, recostado nuevamente. Llegó al útlimo escalón y lo apuntó con su varita.

Ya no había vuelta atrás.

A un Paso del Amor -EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora