Capítulo XXVI

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Hermione aún estaba procesando lo que acababa de escuchar, ¿acaso Harry y Draco estuvieron en contacto? Sí. No. Tal vez.

Quien sabe.

—¿Us-ustedes hablaron? —tartamudeó mientras se llevaba un dedo a la boca y mordía repetidamente su uña.

—No exactamente. Debes hablar con él ahora. Por la chimenea.

—Pero no tengo Polvos Flú.

—Yo si —dijo Ron uniéndose a la conversación—, ahora recuerdo que los tengo ahí desde hace mucho.

Harry y Hermione se quedaron tan sorprendidos como Ron, de alguna u otra manera su madre había empacado en su baúl una reserva por cualquier emergencia.

—Por Merlín, Ronald, ve por ellos ¡rápido!

Ron desapareció de la Sala sin siquiera escuchar a Hermione, antes de poder darse cuenta ya estaba de vuelta.

Hermione logró tomar un poco luego de agarrar y regresar unas tres veces los polvos ya que agarraba demasiado.

Lanzó los polvos a la chimenea y salieron llamas de color verde, se arrodilló de la forma mas rápida posible y metió la cabeza mientras gritaba:

—¡Mansión Malfoy!

Sentía que su cabeza daba mil vueltas y sus rodillas se hicieron como gelatina, sus pies ya no estaban en el suelo frío, estaba dentro de la chimenea. Sus pies no resistieron y la hicieron caer.

Iba directo a la Mansión Malfoy dónde Merlín sabe quien estaba.

El chico de cabello cenizo estaba sentado frente a la enorme chimenea de su casa, no sabía que unos segundos después Hermione Granger estaría parada frente a él con una expresión de miedo y preocupación.

Y eso pasó.

Algo había salido mal con su intento de comunicarse con su supuesto novio.

Se arrojó a los brazos de Draco como si no se hubieran visto en años. Él la abrazaba desesperadamente, parecía que iba a llorar. Pero no podía.

—¿Que haces aquí? No deberías, élestá...

—Yo se que está aquí, pero esto es más un accidente que una visita...

—Te caíste mientras intentabas arrodillarte, ¿cierto? —él soltó una pequeña risita.

—Cállate, no es gracioso —ella también rió levemente, parecía que todo problema y situación desaparecía cuando estaban juntos.

Pero ella reaccionó.

—Por Merlín, yo no debería estar aquí, podrían hacerte algo...

—No te preocupes por mi, yo no importo, tu debes salir de aquí, nadie debe vete, mucho menos... —pero era demasiado tarde, Bellatrix Lestrange entraba por la puerta y la sonrisa en su rostro se alargó más cuando vio a Hermione.

—Veamos, que tenemos aquí... Una sangre sucia que se mete en lo que no le importa —Bellatrix dio un paso hacia ella, pero Hermione tomó el brazo de Draco, mala jugada—. ¿Está contigo?

Hermione observó la reacción de su novio a través del rabillo de su ojo, nunca creyó que el haría eso.

Del otro lado de la puerta del Gran Comedor había mucho revuelto, los profesores estaban reunidos, pero no había silencio.

Todos estaban sentados al rededor de una mesa casi medida para la cantidad. Dumbledore aún repasaba lo que iba a decir y como decirlo, no podía solo llegar y decirles que Voldemort puede entrar al castillo cuando lo desee y manipular a sus alumnos por medio de Draco Malfoy.

Entonces de levantó y pidió orden.

—Creo que la mayoría conoce la situación —todos asintieron en silencio—, pero esto es más que una simple marca en el cielo, ustedes deben creer que es un aviso y que estamos a salvo aquí, pero no es así —entonces los murmullos empezaron otra vez—. Silencio. Las paredes de este castillo son casi impenetrables, casi. Pero el problema no está afuera, esta adentro.

El director sabía que eso despertaría aún más la curiosidad de los profesores y por lo mismo les permitió vacilar y plantear diferentes hipótesis por unos minutos.

—Ahora, si me lo permiten, se los explicaré de la forma mas decente que pueda.

Y entonces el silencio se hizo presente otra vez.

—Voldemort es fuerte y tiene muchos seguidores leales, eso lo saben —buscó con la mirada a Severus pero, como lo esperaba, no estaba ahí—. Nosotros también somos fuertes, y juntos nos fortalecemos. El caso esta en que Voldemort tiene un aliado dentro del castillo. Puede entrar y salir como si nada estuviese pasando. Tiene el poder de ir de aquí para allá. Y esa persona tiene a una chica.

—Vayamos al grano, Albus. Debo ir con mi casa —Fillius Flitwick estaba desesperado por saber de quien se trataba. Las chismosas no eran sólo las mujeres.

—Está bien, Draco Malfoy es un mortífago y tiene mucha información del Colegio. Y, como todos saben, él y la señorita Granger son pareja. Ella esta en la Mansión Malfoy con él.

—¿Cómo ha ocurrido eso? —preguntó la profesora Sprout mientras se tapaba la boca con su mano regordeta.

—Es un relato corto y gracioso, por esa razón no es el momento adecuado para contarlo, profesora. Ahora, sin nada más que decir, pueden ir con sus respectivas casas, pero, por favor, ni una palabra de esto.

Todos asintieron y estaban dispuestos a cerrar la boca. Pero ni siquiera Dumbledore contaba con que Fred y George Weasley estaban escuchando todo desde afuera con un simple hechizo.

A un Paso del Amor -EDITANDO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora