𝐋𝐮𝐫𝐤 ━ Tommy Lee

22. Slowly.

Capítulo 22.

"Your daddy loves you"

Abril, 1987.
Sunset Boulevard, Los Ángeles.

Tommy miró a la rubia y le hizo una mueca de lado. Ella estaba con los brazos cruzados mientras lo veía con furia en sus ojos.

—Sí, fui yo y lo lamento —le dijo pasándose una mano por su cabello.

—¡Es la tercera vez que lo haces, Lee! —chilló molesta la ojiazul—. Quédate con esa zorra, ya no quiero estar más contigo —lo empujó con fuerza y después volteó para empezar a caminar.

—¡No quería, lo siento! —gritó sin ir detrás de ella—. ¡Heather! —vociferó.

La rubia siguió caminando sin mirar hacia atrás. Tommy no le quedó más remedio que mirar como se marchaba. No iba a ir corriendo detrás de ella, le parecía estúpido.
Llevaba cierto tiempo saliendo con Heather y le atraía muchísimo, pero no estaba enamorado de ella. Él deseaba enamorarse y se forzaba tanto a ello que al final nunca lograba sentirse satisfecho en sus relaciones amorosas.

—¿Terminaron, entonces? —preguntó Vince inhalando una línea de cocaína.

—Sí —dijo desinteresado—. Supongo que no es la chica correcta.

—Dices eso porque la engañaste y se dio cuenta, idiota —habló Nikki—. Si no te hubieran tomado una foto con little Mars probablemente seguirías con ella y dirías que es la correcta.

Nikki rodó los ojos en cuanto se dio cuenta que le había puesto un apodo "little Mars". ¿Qué le sucedía? Se cuestionaba un sinfín de veces.

—No es cierto —reprochó Tommy—. Heather y yo ya no éramos tan cercanos como antes.

—¿La empezaremos a llamar "little Mars"? —preguntó Vince citando el sobrenombre que le había inventado Nikki.

—Suena dulce y lindo —Tommy sonrió de lado.

—Me da asco —replicó Nikki bebiendo Jack Daniel's.

—Es un hecho —rió Vince.

Aubrey se encontraba en el colegio. Ya había salido de sus clases de biología y había pasado casi que todo el día con Chris, ya que Dionne no había llegado a clases porque se había enfermado.

—Me gustaría conocerte más, Aubrey —dijo su amigo sentándose junto con ella debajo de la sombra de un árbol que había en el colegio.

—¿Y eso? —sonrió de lado.

—Me pareces muy linda y creo que eres una persona que vale la pena conocer —dijo con serenidad.

—¿Lo crees?

—Lo creo y estoy un noventa y nueve por ciento seguro, además no tengo dudas en que lo seas —le mostró su hermosa sonrisa. Ella se la devolvió de inmediato—. ¿Crees que pueda invitarte a salir algún día?

—Claro, ¿por qué no? —le sonrió a la vez que sus mejillas se enrojecían.

—¿Qué te parece la otra semana? —movió sus cejas. Ella lo miró sorprendida y después asintió—. Podría ser el jueves o el viernes, ¿qué te parece?