9. Mal momento.

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Capítulo 9.

"I will keep you safe in this arms of mine. Hold on to me, pretty baby and you'll see I can be all you need"

Marzo, 1987.
Sunset Boulevard, Los Ángeles.

Aubrey estaba en su habitación, su padre la había acompañado a comprar los libros que necesitaría durante sus clases, las cuales comenzarían dentro de poco.

Al llegar a su habitación, la pelinegra dejó los libros en una mesa y se lanzó a la cama, estaba exhausta de tanto recorrido que había tenido que hacer, lo peor es que sentía pena por su padre. Sabía que se cansaba muy rápido, pero lo que ella no estaba consciente es que a Mick por más que le doliera su enfermedad, quería acompañarla y apoyarla en todo.

Un toque en la puerta retumbó en su habitación. Ella levantó la cabeza de la almohada y miró al muchacho de cabello negro que estaba asomado en la puerta mirándola con diversión.

—¿Sí? —preguntó ella incorporándose en la cama mirando al muchacho de ojos verdes.

—Ahora que me doy cuenta que sabes escribir, ayúdame, ¿quieres? —pidió Nikki sin todavía entrar a su habitación.

—¿Escribir una carta de amor? —bromeó la hija de Mars. Nikki la miró con seriedad.

—Eso quisieras —rodó los ojos—. ¿Me ayudarás o no?

—Sí claro, ven —ella lo invitó a pasar a su habitación y se hizo a un lado para que él se sentara.

—Mejor tomaré el banco que está allí —dijo poniendo las partituras en la cama de ella para después tomar el pequeño banco y ponerlo al frente de su cama—; luego entra Mick y probablemente haga un maldito escándalo.

—A veces es así, pero no todo el tiempo.

—Me hubiese gustado tener un papá así —le sonrió Nikki—; aunque no me quejo, viví con mis abuelos y fueron increíbles.

—Lo lamento y a la vez me alegra —le devolvió la sonrisa—; bueno, ¿en qué querías que te ayudara?

—Quiero que leas la letra de esta canción —le pasó la partitura que estaba en la cama.

Aubrey tomó la partitura y buscó el título de la canción, el cual no estaba escrito aún.
Ella frunció el ceño y empezó a leer la letra con atención, algunas veces reprimía una risa por lo que decía y Nikki se preguntaba qué era lo que encontraba gracioso.

—Red lips, finger tips —susurró ella y lo miró con diversión.

—¿Nunca has estado en un Strip Club?

—Tengo diecisiete años, Nikki —lo miró con obviedad. Nikki la miró sorprendido.

»¿Acaso no tenía quince?« pensó el muchacho para sus adentros.

—¡Maldita sea! —exclamó molesto.

Aubrey lo miró extrañada sin entender el por qué de su reacción. Nikki negó varias veces con su cabeza. Ignoraría eso que ella había dicho.

—Creí que tenías quince —sonrió—. Bueno, esa canción trata de Strip Club's —le contó Nikki.

—¿Strip Club's? —preguntó mirando hacia él techo—. ¿Chicas desnudas bailando?

—Sí, deberíamos llevarte.

—No soy lesbiana —lo miró con confusión.

—Sé que no —contestó—. Lo decía para que te quitaras la ropa y te viéramos bailar sensualmente en un tubo —dijo con descaro.

Aubrey lo miró sorprendida y en ese momento le lanzó todas las partituras en la cara.

—Eres un asqueroso y un imbécil —le dijo con repugnancia—. Sal de mi cuarto.

—Lo decía molestando —rió suavemente—; o tal vez no —guiñó uno de sus ojos verdes. Ella estaba a punto de abalanzarse contra él para golpearlo—. No, ya en serio, ayúdame a terminar lo que queda.

Aubrey ignoró todo lo que había dicho Nikki y miró de nuevo las partituras. La canción ya tenía el coro, pero había una parte vacía, luego de nuevo venía el coro, luego otra parte escrita, otra vez el coro, otra parte escrita. Rodó los ojos y miró la parte en blanco. Pensó por unos momentos y volvió a leer la canción.

—¿Cómo es el ritmo?

—No sabría como explicártelo —Nikki hizo una mueca—. Pero a como canta Vince, empieza rápida la canción.

—¿Tienen el ritmo?

—Sí, tu padre compuso su parte también en la guitarra, es muy rocanrolera la canción.

—Entonces, cuando vayan a tocarla, búscame y te ayudo, porque no entiendo —negó con su cabeza—; ni siquiera sé qué agregar después de —miró el papel—; raising hell at the Seventh Veil —leyó lo último de la partitura.

—No inventes Aubrey, no seas inútil —le dijo Nikki de mala forma.

Ella se quedó callada al escuchar esas palabras.
"Eres como la inútil de está casa" podía jurar que estaba escuchando como esa voz se repetía en su interior varias y varias veces.
Sus ojos se cristalizaron ahí mismo, Nikki lo notó y luego se maldijo a sí mismo por haberle dicho esas palabras, habían sido crueles y pasadas de tono.

Aubrey lo único que hizo fue levantarse de la cama y salir de su habitación y no, Nikki no hizo nada por intentar detenerla.
Salió al patio y se fue por un lado de la casa, no quería que la escucharan llorar. Se sentó en el suelo y tomó sus rodillas con sus brazos.
Limpió sus lágrimas y no pudo evitar volver a llorar y a sollozar. Incluso intentó ahogar su llanto, pero no podía evitarlo.
Le valía una mierda lo que Nikki había dicho, era un desconocido para ella y sus palabras no hacían ningún efecto en ella. El problema es, que le había recordado a su madre, cuando repetía incontables veces durante noches y noches que ella era una inútil. Tal vez por eso deseaba tanto estudiar y graduarse quería demostrar que podía ser alguien; que no era estúpida, que su mente era brillante, pero nadie era capaz de verlo.

—¿Estás bien? —preguntó una voz familiar.

Ella al escucharlo se limpió rápidamente las lágrimas y tomó un suspiro sin siquiera volver a verlo.

—Estoy bien —todavía sin mirarlo, seguía limpiando su rostro que estaba empapado por las lágrimas.

—No me parece, estás llorando —le respondió en cuanto se colocaba un cigarrillo en la boca.

—Entonces si sabes la respuesta, ¿por qué mierda preguntas? —le dijo con fastidio.

Tommy se acercó a ella y se sentó a su lado sin dejar de observarla. Ella no lo miraba ni por un segundo, solo se dedicaba a llorar y a llorar. Sus mejillas estaban rojas al igual que su nariz. Ella ocultó su rostro sin dejar de abrazar sus piernas.
Tommy al encender el cigarrillo, se lo llevó a la boca y después llevó su otra mano hacia el cabello de la muchacha y empezó a esparcir caricias en el de la manera más inocente que podría existir en ese momento.
Acarició su cabeza e incluso la acercó más a él para que no se sintiera tan sola, rodeó su brazo izquierdo en ella como si se tratase de un abrazo. De alguna forma, Tommy estaba intentando consolarla.
No hacía nada malo, solo la mantenía cerca e incluso llegó a besar su cabeza en una ocasión.

Si había algo que detestara Tommy en todo el mundo, era: que se acabara el Jack Daniel's y ver a una mujer llorar. Por eso debía estar cerca consolarla y no decir nada.
Si ella quería contarle lo que había sucedido, la escucharía, pero si no quería, se quedaría junto a ella sin importar qué.

Y en ese momento en su mente no pasaba las palabras: "apuestas" y "mil dólares".
Lo único que sé preguntaba era, que había sucedido para que ella llorara de esa forma.

𝐋𝐮𝐫𝐤 ━ Tommy LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora