𝐋𝐮𝐫𝐤 ━ Tommy Lee

12. El nombre del juego.

Capítulo 12.

"¿Cuál es el nombre del juego? Dime por favor, porque tengo que saber. Soy una tímida niña comenzando a crecer"

Abril, 1987.
Sunset Boulevard, Los Ángeles.

Esa noche Aubrey no pudo dormir tranquila, se había levantado varías veces de la cama e incluso se ponía a dar vueltas en su habitación.
Se preguntaba a sí misma por qué diablos había dejado que un chico al que apenas empezaba a conocer haya llegado tan lejos hasta tocarla. Su mente estaba en blanco y no se le ocurría ninguna respuesta.
Frustrada salió de su habitación, miró el reloj que estaba al lado de una pared y vio que eran las dos de la madrugada, necesitaba ir por un vaso de agua o tomar un vaso de leche caliente para poder intentar dormir, lo peor es que en unas horas debía ir al instituto y no había dormido nada.

Caminó hacia la cocina, pero en el camino vio como Tommy dormía acostado en el sofá. Se le veía que estaba incómodo, se le notaba demasiado. Una de sus largas piernas estaba afuera del sofá y otra estaba encima del respaldar. Sus brazos estaban apoyados en su cuello y sus ojos estaban cerrados por completo. De igual forma, se veía incómodo.

Aubrey caminó con lentitud hacia la cocina y empezó a abrir las gavetas de todos los muebles de la cocina buscando un vaso.

—¿Dónde carajo guardan los vasos aquí? —susurró sin dejar de abrir las gavetas—. Joder.

Maldijo internamente y siguió buscando. Hasta que se dio cuenta que no había revisado en una de las gavetas de arriba, así que se estiró un poco pero no alcanzaba. Cerró los ojos con frustración y suspiró. Se apoyó del mueble y se estiró lo más que pudo, estaba a punto de alcanzar el vaso hasta que, sintió la presencia de una persona detrás suyo, ella giró y se encontró con el rostro de Tommy a escasos centímetros del suyo, ella tragó saliva.
Tommy sonrió de lado y tomó el vaso para ella.

—Aquí lo tienes —le extendió el vaso. Ella miró el vaso y lo tomó para después alejarse de él.

—Gracias —dijo secamente.

Abrió la refrigeradora y sacó una caja de leche, se sirvió un poco en el vaso y luego lo llevó al microondas. Tommy seguía allí en la cocina sin decir nada. Solo estaba ahí mirando cada movimiento de la muchacha.

—¿No puedes dormir? —le preguntó con cierta curiosidad.

—Ajá —susurró sin mirarlo.

—Aubrey, ¿quieres mirarme? —le pidió. Ella volteó su rostro y lo miró por unos segundos para después apartar la mirada.
—Oh vamos, ¿estás molesta conmigo?

—No —susurró sacando el vaso del microondas—; solo no me siento cómoda, ¿está bien?

—¿Cuál es el problema? —la miró mientras le ponía unas dos cucharadas de azúcar a la leche caliente.

—¿Qué rayos hiciste, Tommy? —le preguntó mirándolo fijamente sentándose al frente de él.

—¿Eh? —la miró confundido.

—¿Por qué hiciste lo que hiciste?

—Hablas de lo que pasó hace un rato.