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Capítulo uno

Soy Martín Caballero tengo 28 años y acabo de recibirme de Veterinario, tengo que reconocer que me costó, no sé cómo, entre la cerveza, las fiestas y mis amigos lo logré y me recibí, debería estar contento lo sé, pero nada de lo que planeé salió bien y hoy terminé en el café sin trabajo, sin casa, sin novia y sin auto.

_ ¿Martín quieres algo más?

_No tío estoy en quiebra.

_Sabes que puedes venir a casa o ayudarme en el café

_Lo sé, no le digas a mi padre todavía.

_No le diré nada, pero si le voy a pedir a Víctor que te prepare algo para comer

_Gracias Tío

La confitería es de mi tío Ángel, vengo acá cuando necesito huir de todo, amaba este lugar me crie entre tazas, sillones de cuero y café, pero nunca pensé que este bar haría que toda mi mala suerte cambiara en cuestión de segundos.

Levante la cabeza como era de costumbre miraba en detalle a quién entraba intentando adivinar su vida.

Entró un señor de unos 60 años con varios libros en la mano seguro era profesor, después una mujer de unos 45 años demasiado arreglada hablando por teléfono, divorciada, bajé la vista al diario, sentí la puerta nuevamente cuando levanté la vista entró una mujer de unos 25 años pelo rubio, ojos claros, hermosa, una mujer no pasaría desapercibida para nadie, tenía un vestido azul hasta la rodilla, varios papeles en la mano y un paraguas en la otra, quedé como idiota sin poder despegar mi vista de ella, la seguí hasta que se sentó, pidió algo, ató su pelo y comenzó a leer los papeles que traía haciendo anotaciones mientras mordía el lápiz, era impresionante. Todo mi cuerpo reaccionó cuando levantó la vista y por un segundo conectamos, pero siguió como si nada, así que me paré y me acerqué a su mesa.

_Hola

Me miró con indiferencia y sacó su lápiz de la boca

_ ¿Quién eres?

_Soy Martín Caballero, mucho gusto

Le tendí mi mano para intentar establecer una conversación, pero solo bajó la vista a los papeles

_No me interesa

Siguió haciendo anotaciones y quedé parado mirándola sin entender que había pasado.

_Algo más Martín Caballero

_Yo, no bueno, no me dirás tu nombre

_ ¿Por qué motivo lo quieres saber?

_Para presentarnos

_Y ¿con qué fin?

_Supongo que saber quiénes somos.

_ ¿Para qué quieres saber quién soy?

_Espera, hice algo mal, no estoy entendiendo

_Yo te di alguna impresión que moría por conocerte

_No

_Entonces que ocurrió para que te pares y te acerques a mi mesa a presentarte

_Quería conocerte

_Ya me conoces, ¿puedo seguir?

Hace un gesto a todos sus papeles sobre la mesa

_Si, lo siento

Volví a mi silla sin entender nada de lo que pasó, pero esa chica me encanta y voy a lograr que diga que sí o por lo menos que me hable más de dos frases.

Intenté hacerme el interesante y casi no le presté atención, pero mi jugada me salió mal porque cuando me di cuenta ella ya se había ido y ahora no sabía nada de ella.

_Toma Martín, Víctor te cocinó algo

_Gracias tío, viste a la rubia que se fue recién

_Si

_ ¿La conoces?

_La ha visto varias veces, trabaja en los consultorios de acá a la vuelta

_Tío eres lo más, ¿Sabes quién es?

_No, pero pago con tarjeta ¿Quieres su nombre?

_Te amo tío

_Eres tan raro Martín, a veces no te entiendo.

Esto se va a poner bueno, mi suerte por fin estaba cambiando.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora