27

73 13 2
                                    

Capítulo veintisiete

2 meses después.

Emilia

_Buenos días, señorita Emilia

_Buenos días ¿Cómo está hoy?

_Igual señorita

Entré a la habitación, cambié las flores, abrí las cortinas, me senté a su lado y me quedé mirándolo

_Hola amor, hoy hace frio comenzó el invierno y se nota, empezó a nevar no sabes lo hermosa que se ve la cabaña con nieve.

Verlo ahí, tendido con cientos de cables me desespera, quiero gritarle, quiero subirme y sacudirlo, debe despertar, por qué no despierta.

Repaso el maldito día en mi cabeza todo el tiempo, vi el arma en su cabeza, Martín me sostenía muy fuerte contra la pared, sus ojos estaban fijos en mí, vi todo lo que pasó por su mente, vi como el miedo se fue, me vi en sus ojos, me dijo Te amo y Bernardo disparó. Me tiré al suelo sobre él cubriéndolo, segundos después cayó Bernardo muerto a mi lado y Fernando se agachó hacia mí para desatarme, todo fue muy rápido la policía llegó y con ellos la ambulancia, nos llevaron enseguida al hospital, no solté su mano en ningún momento, solo cuando lo llevaron a quirófano y nos dijeron que la bala toco una parte de su cerebro, tenía otra en la espalda y una en un tobillo, tienen que esperar dijeron.

Esperando pasaron dos meses, esperando a que despierte, esperando saber cuál es la profundidad del daño, solo sabemos que está estable pero que no respira por su cuenta, sabemos que las demás heridas sanaron, pero esperamos y esperamos y sigue sin despertar.

_Emilia buenos días

_Hola Dilan ¿Cómo has estado? ¿Cómo está él bebe?

_Muy bien, estamos agotados pero felices.

_Una linda noticia, ¿Cómo está mi hombre hoy?

_Esta igual, quería hablarte de algo

Corrí mi silla y lo enfrenté, él era uno de sus mejores amigos, sabía que lo cuidaba bien y agradezco que su familia sin conocerme me deje estar a su lado, porque podrían dudar de mi o simplemente prohibirme la entrada.

_Hablé con sus padres y ellos me dieron su aprobación, pero quería consultarlo también contigo

_Te lo agradezco, sé que no tengo ningún papel y sé que mi opinión mucho no importa así que, que me tengan en cuenta para lo que sea me demuestra que soy importante.

_Lo eres, para él eras el mundo Emilia, no lo dudes.

Eso fue un puñal a mi corazón, porqué fui tan idiota, tan insegura, porqué perdí tanto tiempo.

_Encontré un nuevo estudio sobre los pacientes en coma y hay una prueba clínica con neurocirujanos y psicólogos que habla de los ultrasonidos, la estimulación sónica sobre las neuronas de un área cerebral determinada podría hacer volver a funcionar a su cerebro.

_Para hacer eso necesita una cirugía?

_Hay dos pruebas, una que se lanzan distintas ondas de sonido en su cerebro y si eso funciona, pero parcialmente podríamos avanzar a la segunda, es estimulación cerebral profunda, la cual requiere una cirugía invasiva para implantar electrodos directamente en el tálamo. Cómo puede no funcionar.

_ ¿Sus padres están de acuerdo?

_Ellos quieren lo mismo que tú, que despierte, a medida que avanzan los días hay menos probabilidades que lo haga, por eso es tan importante probar los distintos métodos ahora.

_ ¿Cuándo comenzarían?

_Hoy mismo son tres días de estimulación permanente

_Está bien, déjame despedirme y saldré del cuarto.

Dilan me dio unos minutos y lloré como una niña de 10 años cuando se le rompe su muñeca preferida, no fui suave, no fue delicado, le grité lo moví, lo besé y le pedí que vuelva a mí.

_Vuelve a mi Martín, hazme reír, ámame, ódiame, pero despierta, no puedo perderte no ahora.

El siguió igual, nada se modificó y con la poca dignidad que me quedaba me levanté y salí del cuarto. Vi que entraban varias personas con muchos equipos y Dilan me llevo a la sala de espera, pero decidí salir de ahí. No quería ver eso no quería que nadie le haga nada más.

Dos días después.

La sala de espera estaba llena, en un rincón estaba Juan con su señora la cual tenía una panza bastante grande, también estaba toda su familia, puedo decir que estos meses conocí a todos, y en un rincón más alejado estaba Fernando con Ana, hoy nos daban la noticia si esta nueva técnica funcionaba.

_Familia les tengo noticias- Dilan apareció en la puerta con una gran sonrisa- Hoy hemos tenido un gran avance y los neurocirujanos quieren que entren todos y comiencen a hablarle, obvio que dé a dos como máximo, no tiene que ser nada en especial solo que escuche su voz.

Sus padres lloraban y estaban todos tan ilusionados, dentro mío se encendió una llama, pequeña, pero había una posibilidad de que despierte, lo extraño. Fueron pasando y cada uno se tomó su tiempo, sus padres fueron los que más estuvieron y verlos salir llorando de esa manera rompió un poco más mi corazón.

_ ¿Emilia quieres pasar?

Entré y vi que tenía varios cables conectados a la cabeza y dos parlantes grandes detrás de sus oídos, tiré las flores marchitas y abrí la persiana.


Después te encontraba donde sea, moría por acercarme a ti, por eso fui yo la que te besé y después de ese beso quise más, quise sentirte. Cuando me tocaste volaste mi cabeza y no pude dejar de pensar en vos, desde ese beso dejé de estar físicamente con Bernardo porque él no podía hacerme sentir ni una pequeña parte de lo que solo con mirarme me producías. Reconozco que fui cobarde, debería haberme separado enseguida, pero tenía miedo, no por él, sino porque descubras que no era la indicada, tenía terror que un día despiertes y yo no sea suficiente, te amo y te ame desde ese día.

No quiero perderte, no puedo permitirme perderte, daría lo que fuera por estar en tu lugar. No sabes lo que daría por que vuelvas a besarme, por sentir tus manos, lo que daría por despertarme sentir tus brazos en mi cintura. Te amo Martín.

Besé su frente y me quedé admirándolo, se lo notaba más flaco y su pelo mucho más largo, toqué la cicatriz donde salió la bala en su clavícula y su cuerpo se estremeció, debe ser idea mía.

_Adiós amor.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora