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Capítulo cuatro

El domingo fue peor, el centro está desolado y mis amigos con sus parejas querían que hagamos algo todos juntos, pero Fer no estaba de humor así que me fui acompañarlo.

_Fernando ¿Puedo preguntarte algo?

_ ¿Qué?

_ ¿Estás enamorado de mi hermana?

_No

_Y por qué estás así, como adolescente de 15 años dolido suspirando por los rincones.

_Nada que ver

_Bueno solo digo, que si te gusta habla con ella.

_No me gusta y este tema se terminó

_No sé, digo nada más, ¿Vamos a comprar algo para comer?

Fuimos hasta el supermercado y Fernando cambió su enfoque y se quedó hablando con una promotora yo me fui a los vinos y choqué mi carrito con alguien.

_Emilia hola- estaba bellísima tenía el pelo recogido en un gran rodete y ropa de deporte que le quedaba muy al cuerpo.

_Oh por favor, por qué tengo que verte todos los días

_Ayer no me viste o yo no te vi, ¿me estás siguiendo?

_Yo a ti, pero por favor.

_Te gustó, ¿no?

_Creo que tanto vino se te subió a la cabeza

_Espera, ¿me aceptarías un café?

_No me interesa, tengo cosas importantes que hacer

_Más que hablar con el amor de tu vida

_ ¿Y quién sería? déjame adivinar, ¡eres tú!

_Solo un café

_Adiós Martín.

Esta mujer me volvía loco, no dejaba que me acerque, rechazaba constantemente mis avances y todo mi cuerpo gritaba que era la indicada.

Frustrado busque a Fernando que estaba besando a la promotora, en serio ¿Cómo hace? es increíble.

_Fernando vamos, cada vez que te descuido tienes tu legua dentro de alguna mujer

_Me gustaría tener algo más que la lengua, pero estamos en un lugar público

_Por dios, que suerte tienen algunos

_ ¿Esa de ahí no es la mujer que te tiene loco?

_Si Emilia, intente acercarme, pero no hay caso

_Quieres que intente_ No lo deje terminar cuando golpeé en el estómago.

_No se te ocurra

Fuimos a casa y nos quedamos unas horas más, el día era largo y no había mucho que hacer, pero Fer me dio unas ideas para intentar por otro ángulo con Emilia, solo quería acercarme un poco, pero la barrera era muy grande.

Lunes a la mañana preparé todo y salí con un gran ramo de rosas a su consultorio, después tenía que ir a ver a mi padre iba a empezar a trabajar con él en la veterinaria.

_Buenos días

_Hola vengo a ver a la Doctora Emilia Clark.

_ ¿Ella sabe qué viene?

_Es una sorpresa

_Oh, seguro se va a poner feliz pase, consultorio 4

Le agradecí a la señora detrás del escritorio, revisé mi aliento acomodé mi traje y golpeé.

_Adelante

_Hola Emilia, estás bellísima.

_ ¿Qué haces acá?

_Solo quería verte

_No puedes aparecerte en mi consultorio, ¿Cómo sabes dónde trabajo?

_ ¿Podemos hablar solo unos segundos?

_Juro que voy a llamar a la policía si sigues apareciendo así

_No espera, te traje flores

Estire el ramo, pero ella lo tomó y las tiró al tacho de basura.

_Martín que parte de no me interesas no entiendes.

_Ni siquiera me diste una oportunidad para saber si te interesó o no

_Sal de mi oficina

_Escúchame, desde que te vi

_No, sal ya de mi oficina y no quiero volverte a ver.

_Está bien, me rindo, sabes siempre creí en el destino por algo en el peor momento de mi vida te conocí, creo que eres perfecta, hermosa, sexy e inteligente solo quería conocerte, pero eres demasiado amargada.

_Adiós Martín espero no verte nunca más.

Salí de la oficina enojado, no pude ni siquiera tomar un café, definitivamente no somos el uno para el otro, el mundo se equivoca, no funciona cómo en las películas o en los libros, no ves a la chica perfecta y todo ayuda para que sea tuya, si a ella no le interesas no le interesas y punto, solo queda seguir con tu vida lo mejor posible. 

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora