Capítulo nueve

Me vestí para la cena con mi familia, hace bastante que no venía por acá, más que un llamado, hoy me lo iban a reprochar.

_Buenos días, hola mamá.

_Hola Martín ¿Cómo estás? ¿Cómo está yendo todo?

_Bien mamá, complicado, pero por suerte mucho trabajo y con la nueva incorporación va mejor, vos ¿Cómo estas con papá?

_Y es difícil, tu padre nunca fue de quedarse quieto y bueno esto fue duro.

_Necesitas ayuda?

_No hijo todo está bien, porque no vas a charlar con él un poco, está en su escritorio.

Respiré profundo y puse mi mejor cara, cuando pasamos por cosas difíciles o por situaciones que nos ponen al borde de perderlo todo, nuestra perspectiva cambia, nuestra cabeza se descompone en mil pedazos y después tienes que unirlos de a poco, con la sacudida de golpe que tuvo papá y con el miedo a la perdida, no me imaginaba otra cosa que un gran cambio en su forma de ser o de actuar.

_Puedo pasar?

_Hijo, hola pasa, pasa, mira lo que encontré recuerdos de mi infancia estoy haciendo toda mi vida en álbumes. Acá tengo desde los 10 a los 15 años, pero hay una parte que me falta.

Me quede helado mirando cajas y cajas de papeles, fotografías recuerdos, siempre fue un poco acumulador, pero esto era excesivo, tenía cosa de hace más de 50 años solo en este escritorio.

_ ¿Papá, esto te hace bien? ¿Te sentís mejor acumulando recuerdos en orden cronológico?

_Si, quiero recordar cada aspecto de mi vida, sabes tuve una gran vida y quiero volver a recordarla, todos esos pequeños detalles que me hacen quien soy hoy.

_Bueno, en que te puedo ayudar.

Me pase casi una hora escuchando historias de cuando era niño, de sus travesuras y de cómo conoció a mama.

_ Cuando ves al amor de tu vida, lo sabes, ella entra y todo se detiene alrededor, el mundo deja de girar y lo entiendes es ella y nadie más, aunque sabes me costó conquistarla, no quería saber nada con un hippie como yo que vivía entre animales, sabias que tenía una granja y salvaba animales maltratados, aunque se me fue un poco de las manos.

_Lo sabía, y que hiciste con mamá, ¿cómo la conquistaste?

_Luche por ella, estuve ahí demostrándole que la amaba de verdad creo que muy dentro de ella solo estaba asustada y tenía miedo a amar.

_La amas todavía?

_La amo más que a nada, ella es mi pilar, mi cielo y mi sol, hasta mi tormenta eléctrica, Martín siempre hay alguien que nos enamora de tal manera que queda para siempre, aunque no dure o no siga o me odie varios días a la semana, ella me completa me hace mejor todos los días, ya va a parecer alguien así.

_Ojalá papá, vamos a comer que ya debe estar la comida y no ayudamos en nada a Mamá.

Como siempre mi madre había cocinado una barbaridad para cuatro, era la mejor chef que conocía su restorán ¨FIRE¨ era un gran éxito, aunque últimamente estaba yendo poco.

_Eres la mejor lo sabes. - Me acerque y la bese en la cabeza, sentía que cada día ella se volvía más pequeña. _ Pero tienes que dejar ayudarte

_Sabes que odio que cuando estoy cocinando se metan en mi cocina, eso sí limpiaran ustedes.

_Bienvenida la reina de la casa

_Siempre tan dramático Martín, estaba estudiando en el cuarto, ¿Cómo estás hermanita? ¿sigues de novia?

_No estoy sola

Nos sentamos todos en la mesa a comer, quería darles una buena noticia.

_Quiero contarles que pagué toda la deuda del hospital y que este mes dejé casi en cero las deudas de la clínica.

_ ¿Cómo hiciste?

_Traje a una compañera de universidad a trabajar conmigo en la clínica ella se encarga de todo y así me da tiempo para ir a las granjas, Julio Clark me dio un cheque bastante generoso y eso ayudo a terminar de pagar todo, vamos a estar bien, no se preocupen.

_Eso me alivia mucho hijo, porque el restaurant va bien pero no para poder mantener todo.

_Yo lo siento debería estar ayudándote, me siento un inútil y sé que todo esto es mi culpa.

_Papá estás loco, estas bien y con nosotros es lo único que cuenta, todo lo demás se arreglara.

Esa noche fue maravillosa, como antes como cuando éramos niños y nos contaban esas anécdotas que te llenan el corazón de amor y te das cuenta de que no son perfectos, pero son nuestros padres y no hay nadie mejor en el mundo, verlos a ellos dos juntos hace que te vayas con ese sabor amargo de si algún día aparecerá ese amor, esa persona que me ame de esa manera.

Me fui al bar con los chicos, tengo que dejar de pensar en estas cosas y desahogarme en cerveza.

_Juan, ¿cómo va?

_Por fin te apareces, lo veo más a Dilan que tiene guardias, mujer y obligaciones que a vos que estas más solo que un perro.

_Debería dolerme, pero es cierto, soy un desastre, pero ahora estoy acá ¿Cómo anda todo?

_Toma prueba este trago es un Martini seco, pero le puse algo cítrico.

_A mí el Martini me gusta agitado no revuelto.

_Buena 007, cálmate, mejor te doy una cerveza mis tragos son solo para un paladar muy refinado y vos tomas gasoil que no diferencias de cerveza.

_ ¿Qué hacen mis nenas?

_Fernando menos mal que llegaste tenemos acá al máster en bebidas que me discrimina.

_ ¿Qué hacen? Juan me das una cerveza

_Si, pero explícame quien te hizo ese chupón en el cuello

_ ¿Qué chupón? Noooo te están domando

_Basta déjenme en paz, nunca me meto en su vida, hay alguien me gusta y bueno se descontrolaron las cosas.

Después de varias cervezas y conversaciones bastante dudosas mire a una mujer que se movía demasiado sensual y me encanto.

_Esa morocha de ahí me la voy a llevar a casa

_ ¿Y qué paso con la rubia que te tenía loco?

_Me tiene loco, me lleva al cielo y me baja de un plumazo, pero necesito estar con alguien, no puedo seguir como monje esperando que ella tenga ganas de dar un paso más.

_Campeón, vamos te ayudo.

Y terminé en mi departamento con la morocha que era bastante gritona pero una bomba total, le gustaba manejar los ritmos y las poses y sobre todo cabalgarme. Tuvo el control hasta que se desarmó y ahí hice lo que quería, aunque reconozco que Emilia apareció varias veces en mi cabeza y no sé por qué.

Me desperté cuando golpeaban con demasiado entusiasmo la puerta, encontré unos calzoncillos y abrí, estoy seguro en el peor de los estados.

_Hola Martín

Mierda, mierda y más mierda, tenía a Emilia en mi puerta, hermosa y fresca y seguro olía horrible y me veía peor.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora