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Capítulo veintiuno

_Martín como te preparas para la cena hoy a la noche? tienes tu discurso

_Si lo tengo, estoy un poco nervioso, pero va a ser una gran noche ¿vas a venir Sara?

Hoy a la noche era el aniversario de la ciudad, 108 años, así que me toco ser el orador de un hermoso discurso para juntar fondos para el refugio de mascotas.

_ ¿Y quién va a ser la afortunada?

_ Lucia, una hermosa mujer que se mudó hace poco a la ciudad y hemos salido un par de veces

_Ah lo tenías oculto ¿Es la chica con la que has ido a comer últimamente?

_Si, estamos en la etapa de citas y charlas, es muy linda e inteligente, solo nos hemos besado, pero creo que esta noche puede ser la noche.

_Que galán, bueno cerremos así nos arreglamos.

Me miré una vez más en el espejo y me veía bien, luzco sexy en traje, me felicité solo y me fui a buscar a mi acompañante. Lucia sale de su casa con un hermoso vestido azul hasta las rodillas y unos tacos altísimos.

_Bendito el suertudo que te tiene

_Ese serias tú

_Que tipo con suerte soy, estas hermosa

_Tú no te ves nada mal, vamos

Llegamos a la fiesta y había muchísima gente, más de lo esperado, la presente ante todos y ella como pez en el agua los sedujo. Lucia me sorprendía cada vez más, me gustaría tener más piel con ella, no me juzguen me siento cómodo y bien pero no tengo ganas de romperle toda la ropa y lamerla entera es más como una amiga, no lo sé Emilia me pudrió el cerebro. Hablando de la reina de roma.

_Buenas noches, Martín ¿recuerdas a mi novio Bernardo?

Lucia estaba hermosa, sobria y elegante, pero Emilia sabia como batir todos los récords, tenía un vestido negro largo hasta los pies con toda la espalda descubierta y unos tacos plateados de infarto, me la imagino solo con los zapatos clavándomelos en la espalda cuando cruza los pies sobre mi mientras grita mi nombre en un orgasmo, maldita cabeza que se va lejos, vuelve.

_Por supuesto, Bernardo tanto tiempo, les presento a Lucia Sánchez mi pareja.

Opa, la cara de la reina del engaño fue magistral, frunció sus labios y la miró con detalle, como comparándose ¿Cómo te quedó esa Emilia? yo también puedo jugar este juego, felices los cuatro diría yo. Es increíble lo rápido que se compuso si no la conociera diría que no le afectó, pero sé que se muere de celos.

_Un gusto Lucia, soy Emilia Clark y mi novio es Bernardo Ilia

_Encantada

_Si nos disculpan es momento de mi discurso, espero su aporte por la causa

_Por supuesto, sabes lo comprometida que estoy con los animales, tendrás nuestro total apoyo.

_Gracias, esperaba eso, disculpen.

Subí al escenario y ver cientos de personas poniéndome atención me hizo dudar por un segundo, pero mis ojos fueron a la única a la mujer que desde que entro a el café hizo que mi mundo tenga luz, ella solo sonrió y sé que quiso darme ánimos, o quizás ya mi cabeza hace alucinaciones.

_Buenas noches a todos, espero que la estén pasando muy bien, como saben hoy nuestra ciudad cumple 108 años...

Terminé mi discurso con muchos aplausos y un par de gritos de aliento de mis amigos del fondo, bajé del escenario y la primera en venir hacia mí fue Emilia.

_Estuviste increíble, ese discurso fue motivador y tan esclarecedor, estoy orgullosa de ti de cómo has.

_ ¡Martín!

Y todo pasó como una película, yo miraba a Emilia con ganas de comerle la boca y a mi derecha aparece Lucia me toma del saco con las dos manos y me besa con tanta pasión que cerré mis ojos y la tome de la cintura, me sentía mal, sucio, ¿por qué?, estoy con Lucia, yo no soy él que está jugando a dos puntas, cierto.

_Estuviste grandioso

_Gracias Lucia

_Si grandioso, disculpen.

_Vamos a bailar, esta noche hay que festejarla

Fuimos a la barra y me encontré con Sara, Lucia y ella se quedaron conversando como si fueran grandes amigas, tenían mucho en común, así que aproveché a dejarlas solas un rato y poder ir al baño.

Estaba caminando por el pasillo cuando unas pequeñas manos me toman del brazo y me llevan a una oficina con poca luz.

_ ¿Qué diablos? Emilia que sucede ahora.

_ ¿Desde cuándo estas con ella? ¿Qué haces ahora estas con las dos?

_Espera, primero eres la menos indicada para hacerme reclamos porque dudo que tu novio sepa donde estuvo tu boca hace unas noches y segundo la estoy conociendo y sabes qué, es soltera.

_No quiero que estés con ella

_No voy a jugar este juego Emilia, esta cosa tóxica que tenemos no más, te saciaste de mí y me echas, después ves que alguien juega conmigo y me quieres de vuelta, Dios, creo que volví con Caro, eres igual solo que con mejor sexo y yo más idiota.

_Te necesito en mi vida, en este momento eres lo único que me hace feliz, eres la única persona que me quiere por el desastre que soy, puedo ser yo contigo. Eres mi caballero de brillante armadura en mi caótica vida, Martín no me sueltes, no ahora.

_Irónicamente no soy un caballero, Emilia, no soy un príncipe azul

_No quiero un príncipe que venga a salvarme en su caballo, no soy una princesa en peligro, puedo yo sola, lo que quiero es un hombre, alguien real, que me ponga como prioridad que me mire como me miras, quiero eso te quiero a ti, pero no puedo, no puedo tenerte y quiero dejar de desear sacarte la ropa en este maldito momento.

_No llores por favor, odio que llores, ven- la abracé verla así tan frágil me hace sentir una basura, odio hacerla sufrir, subió su boca buscando la mía.

_No, aunque me muera por besarte no, estoy con Lucia no voy a jugar este juego Emilia.

Salí de la oficina sintiéndome el peor tipo del mundo, maldito el destino y maldita mi suerte.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora