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Capítulo veinticinco

Nos juntamos con dos amigos de Fernando en un terreno alejado a 40 minutos de la ciudad, hasta donde sabia este lugar siempre estuvo abandonado, pero de lejos se veía una pequeña casa con luz, se notaba que alguien quería ocultarse bien, los amigos de Fernando del ejercito eran enormes y yo no me considero pequeño, estaban con armas y ropa de camuflaje, debería haberme cambiado, no era el lugar para camisa y jean, pero estábamos acá.

_Toma ponte esto y despéjanos el camino, necesito que te concentres Martín, no puedes fallar

_Esto es por mantener a salvo a la mujer que amo, no lo haré lo prometo.

Me puse unos lentes de visión nocturna y descubrí que había varios animales salvajes, son mis favoritos, no es que no me gusten los animales domésticos, pero me especialicé en esto, Martín concéntrate.

Me preguntaba como hacían para que no se escaparan, luego vi que todos tenían collares eso los mantenía dentro de un radio limitado o les daba descarga eléctrica, tomé un arma con dardos tranquilizantes y comencé a moverme acostado en el piso, para llamar su atención comencé hacer ruidos de cebra, esos los llama como manada todos al mismo tiempo, conté 3 leones y 5 leonas, pero tenía que haber más, estoy seguro, siempre son 2 o 3 machos y casi una docena de hembras más sus bebes, me faltan.

Fui limpiando el camino mientras los otros tres hombres avanzaban detrás mío, cuando llegamos a la casa había un tipo dentro bastante mayor hablando por teléfono, comencé a girar por la casa buscando más animales y los encontré en una jaula que al vernos comenzaron a rugir, saben que somos extraños por suerte están encerrados.

_Fer, Puedo hacer que salga

_ ¿Qué?

_Si hago suficiente ruido de cebra ellas se van a poner más agresivas y van a hacer mucho ruido, el tipo ese va a salir a ver, o si hay alguien cerca va a acercarse y ustedes pueden atacar.

_Esa es una buena idea vamos a escondernos y hazme señas.

Comencé a hacer ruidos y fueron poniéndose cada vez más agresivas, como lo sospeche el tipo salió a gritarles que se callen y Fernando lo tumbo por detrás, el tipo lucho un poco, pero Fernando es ágil y lo redujo atándolo, lo llevo adentro de la casa y reviso todo para saber si hay alguien más.

_Así que tú eres el veterinario que arruina mis planes

_Tu eres el tío de Emilia- digo bastante inseguro de lo que estoy haciendo

_Te investigué sabes, pero no eras una amenaza, es más me dabas lastima del poco tipo que eras, y mira me sorprendiste

_Fernando se paró frente a él y comenzó a mirarlo, eran tan similares o soy yo que veo fantasmas.

_Así que tú eres Joaquín Laurentis, no eres tan difícil de encontrar.

_ ¿Y tú quién eres? ¿Por qué me resultas tan familiar?

_Soy tu peor pesadilla, él que arruina tus planes y tu maldito sobrino

La cara de descompuesto que el tipo puso, el maldito sabía quién era, conocía toda la historia, pero se recuperó rápido y comenzó a reír, eso solo hizo que Fernando se enfureciera más y más hasta golpearlo en la cara, me acerqué para calmarlo, aunque era medio imposible.

_Mira vos en que se convirtió el bastardo. Crees que puedes detenerme con tus armas de juguete, crees que puedes contra mi jugando al policía, no puedes detener esto, no me conoces sobrino.

Tuve que calmar a Fernando y ponerme en medio de la situación o terminábamos con un muerto más y ya era demasiado para un pobre veterinario de pueblo, todo esto es por Emilia, es por ella, me lo repetí mil veces, aunque quise huir en todo momento, soy un cobarde lo sé.

Empezamos a escuchar un ruido muy fuerte y Fer saco su teléfono, salía una luz roja.

_ ¿Qué le hiciste desgraciado?

_Lo que planee, no me digas que pensaste que me ibas a detener, pero por favor son años en esto, voy a lograr lo que quiero y no podrán detenerme.

Esta vez fui yo el que le pegó una trompada que lo hizo caer de la silla hacia atrás, que bien se sintió eso.

_ ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste?

_Me sigues sorprendiendo veterinario. Cuando él pague el rescate la recuperaras y si no morirá, no me interesa.

Fernando sacó una computadora pequeña y conecto su teléfono, apretaba miles de botones a la vez y sonrió, eso es bueno creo.

_Ya se dónde está y no muy lejos déjenme entrar acá y listo, hay aproximadamente 10 hombres, las cámaras son muy malas, pero veo donde esta, es el viejo matadero.

_Lo conozco como la palma de mi mano trabajé desde los 15 ahí, se cómo entrar sin que nadie te vea, pero ¿Qué hacemos con él?

Toda la seguridad del viejo se había ido, y ahora parecía solo un tipo asustado, se dio cuenta que nos había subestimado y que todo su plan podía caer fácilmente.

_Matémoslo - Fernando estaba furioso y lo he visto así solo dos veces en mi vida y una fue cuando descubrió que un compañero había lastimado a mi hermana el cuál termino con la cara desfigurada.

_NO, puede servirnos, llama a la policía y yo voy a hablar con Sara

Fernando no estaba muy seguro, pero en 10 minutos estaba Sara con control de animales que no entendía nada al ver tantos leones junto con la policía.

Salimos para el matadero con bastante ayuda atrás, espero llegar a tiempo. Mi celular sonaba y era Julio debía atender.

_Martín, la tienen se la llevaron

_Lo sé, Julio cálmese, vamos a salvarla, pero no tiene que pagar nada por favor quédese donde está y no se mueva ni haga nada de lo que le piden.

_Me piden todo absolutamente todo, se los doy no me importa pero que no le hagan daño, es lo único que me queda, Martín ella es mi vida.

_Y la mía, la amo Julio no voy a permitir que nada le pasé, pero hágame caso, confié en mí.

Nunca creí en Dios, mi familia no es creyente ni practicante, pero debo confesar que recé todo el camino, rogué con mi vida que ella estuviera bien, la amo y me ama una vez algo me tiene que salir bien.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora