Capítulo quince

El día estaba siendo agotador cuando recibí una llamada de urgencia del campo de Emilia y fui lo más rápido que pude.

_Julio, buenos días ¿Qué sucede?

_Hola Martín es el caballo de Emilia, vomita algo blanco y no comió en todo el día.

_ ¿Saben si comió algo diferente o si le dieron alguna medicación?

_Nada estuvo en el establo todo el día, lo llevamos al establo aislado por las dudas que sea contagioso.

Me acerqué a revisarlo y después de un rato por los síntomas descubrí que estaba envenenado, esto es imposible ellos son muy cuidados con lo que comen.

_ ¿Qué le pasó a mi caballo?

Estaba de espaldas cuando escuché su voz y me puse rígido y todos los pelos de mi piel se erizaron solo con oírla, esta acá después de 2 semanas detrás mío.

_Hola Emilia, tu caballo ha sido envenenado

_ ¿Envenenado? pero eso es imposible

_El veneno tenía que estar en algo muy dulce para que él no lo descubra- Julio tenía razón esto fue premeditado.

_Voy a aplicarle varios antibióticos para detener los efectos y un protector gástrico, es fuerte espero que esto detenga el veneno, pero no aseguró nada, al no saber que es no puedo detenerlo, solo vamos a atacar con los antídotos más comunes y veremos cómo evoluciona.

_Será una mordedura de alguna víbora venenosa?

_No, las víboras pican y se van, pero dejan una marca muy visible y difícil de borrar consumiéndote por dentro, esto es un veneno ingerido, esto fue a propósito.

Su mirada bajó al piso, se la notaba incomoda con la conversación, fui bastante explicito, me quedé varias horas y ella también, en un momento nos quedamos solos y quería tocar el tema, pero no sé cómo enfrentarlo.

_Martín gracias por venir, yo quiero disculparme por todo lo que sucedió como me comporte después de bueno ya sabes.

_Está bien Emilia entiendo, merecía más, pero entiendo.

Ella se acercó más a mí, oh, Martín no lo pienses no lo pienses.

_Claro que mereces más, eres maravilloso

_Me giré y quedé muy cerca de ella

_Y por qué no a ti, porque no te merezco a ti

Su mano se apoyó en mi mejilla y pasó por mis labios, amaba ese gesto tan dulce, tan íntimo, acerqué mi cara más a la suya y esperé que se retire, pero no, eso fue una aprobación, la besé con ansias, la besé queriendo recuperar toda mi dignidad en ella, sentí que levanto una pierna en mi cadera, ella quería no, no puede ser. La apoyé contra la pared, esto era surreal estábamos en un establo apartados de todos, casi de noche con su caballo enfermo al lado esto no estaba bien y lo sabía.

Pero por qué tenía tantas ganas, comencé a desabrocharle su pantalón y ella hizo lo mismo, estaba a medio vestir y yo buscaba un preservativo en mi bolsillo cuando sentí sus manos en mi miembro, mierda, comenzó a moverlo y por momentos olvidé que buscaba cuando lo encontré me lo puse la levanté sobre mí y apoyándola en la pared, la penetré de golpe sin darle explicaciones, ni pedirle permiso, ella mordió mi hombro y apretó sus piernas en mi espalda. Susurro en mi oído hazlo rápido, hazme gritar.

Haría lo que me pidas lo juro, no fui gentil, no dediqué tiempo a recorrer su cuerpo o a que tenga varios orgasmos, no quería eso, quería saciar mi sed, quería fundirme en ella, solo me moví rápido y mis besos eran desordenados cuando ella se tensó me deje ir, puse mi frente en la suya y recupere el aliento, esto era un poco patético mi pantalón en mis tobillos, ella media vestida un caballo al lado, ¿Qué hacíamos? éramos adultos podíamos controlarnos, cierto.

Nos vestimos muy rápido y nos sentamos en un banco los dos sin decir una palabra, controlé al caballo y estaba mejorando, creía que el veneno era mínimo solo para llamar la atención. No me gustaban lo que estaba sucediendo con los animales en este campo.

_Emilia alguien enveneno tu caballo a propósito, fue poco el veneno solo para llamar la atención, estoy seguro de que va a estar bien, pero hay que medicarlo toda la semana y tenerlo bajo estricta vigilancia.

_Pondré ya a Mauro en eso, lo voy a dejar a cargo del caballo todo el tiempo, ¿Podríamos hablar?

_No es buen momento, no ahora, debo irme te mandare las indicaciones y la medicación mañana con mi compañera.

_ ¿Por qué no vienes tu?

_Mañana es mi día de descanso, lo necesito tengo que parar mi cabeza por un segundo y vos apareces, así como así y yo no puedo negarme, siempre caigo.

Besé su mejilla y me fui hoy cenaba con mis padres y necesitaba una buena ducha después de esto.

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora