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Capítulo treinta

He leído cientos de libros en mi vida, casi todos de amor, siempre creí que el amor era parte de la vida, pero ahora entiendo que es el amor lo que le da el sentido a la vida, es el motor de todo, el amor que sentimos por nuestra familia, el amor que sentimos por nuestros amigos pero el más importante es el amor que sentimos cuando encontramos a la persona correcta, cuando encontramos a ese ser que nos hace querer ser mejor, que hace que dejemos de girar por el mundo y nos concentremos en su boca.

Reconozco que siempre creí que el amor romántico, el amor que puede curarlo todo con un beso, el amor que puede hacerte sobrevivir a lo que sea, solo existía en libros, en películas y que no podía pasarme a mí. Nunca pensé que alguien podía sacarme de la oscuridad, hasta ella. Todo lo que crees conocer, todo lo que para ti es tu lugar seguro en el mundo puede cambiar solo con mirar los ojos de la persona que amas, me sentía perdido, tenía un sentimiento de vacío en mí que no podía llenar, pero cuando la vi sonreír, cundo vi sus ojos brillar entendí que ella era mi mundo, que la amo.

Se arrodilló conmigo y puso su frente junto a la mía, cerré los ojos y sentí su perfume, la recordé, reviví cada uno de nuestros momentos, sentí como dejaba de girar mi cabeza y se detenía en ese momento, es ella es Emilia.

_Eres más que una parte en mí.

_Te recuerdo, recuerdo todo

Ella buscó en mis ojos, algo que la haga retroceder, busco una duda.

_Recuerdo el rechazo, el beso, las flores, te recuerdo sonriendo, amándonos, recuerdo la cabaña, a tu ex, recuerdo todo. Te amo, te amo mi amor.

Tomé su cara con mis manos y la besé, no quería que termine nunca ese beso, pero estar arrodillados en el suelo no era lo más cómodo, ella corto el beso y entre lágrimas me llevó a su cuarto, recordé la vez que estuve acá con un vestido de princesa y su risa al verme así, recuerdo como lo amé esa noche y como la escuché decir te amo entre sueños.

_Por qué sonríes?

_Recordé la última vez que estuve en tu cuarto, tenía un vestido.

_Si, te quedaba muy bien

_Emilia, quiero que me des una oportunidad, a tu ritmo, solo quiero que no me rechaces, quiero amarte con tus términos y en tu tiempo, haré lo que me pidas.

_Martín, estos meses que has estado fuera, he estado hablando con tus padres y viendo a tus amigos, te amo, reconozco que fui muy cobarde y que no te puse como prioridad en nuestra extraña relación, sé que todo lo que pasaste fue por mi culpa y fue muy difícil vivir este tiempo sabiendo el daño que te causé.

_Nada de lo que paso fue tu culpa, culpa de tu loca familia, pero no fue tu culpa amor.

_Martín, tengo que decirte algo

_Me vas a dar una oportunidad?

_Tú tienes todas las oportunidades y más ahora, estoy embarazada y es tuyo, todos lo saben y me han apoyado muchísimo, pero faltabas vos, por eso cuando te vi en mi puerta pensé que venias por eso.

_Espera, ¿Estas embarazada? ¿Es mío?

_Si, ¿estás bien?

_Entonces, a la mierda con los tiempos y con los ritmos, te casas conmigo hoy mismo.

_No necesitamos casarnos Martín, eso puede esperar.

_Tienes razón, puede esperar hasta mañana, ahora te necesito a ti.

El amor, el verdadero amor te hace hacer locuras, te obsesiona un poco, te hace conocer la pasión, te llega a los huesos y hace que no quieras volver a vivir tu vida sin eso, no todos son correspondidos, pero si tienes suerte, un poco de suerte y la persona que amas decide amarte también, el mundo se vuelve mágico, entiendes cuál es el verdadero motivo de vivir.

5 meses después...

_ ¿Papá, cierras tu?

_Si ya casi terminamos, ve tranquilo yo me encargo y llévale la tarta de manzana a Emilia que le envió tu mamá.

_Si tengo todo, adiós.

Llovía a cantaros, subí al auto con todas las bolsas de regalo que le enviaban al bebe, era tarde quedé en llegar a las 8 y son casi las 10, las cirugías me retrasaron, la clínica estaba con mucha demanda y sé que Emilia va a estar furiosa, espero que la tarta la calme.

Nos casamos enseguida y pasamos la luna de miel en la cabaña, sé que se merecía el mundo, pero quería ser egoísta, quería tenerla para mí, estamos viviendo en la casa del lago de su familia hasta que terminamos la nuestra, no fue fácil decidirnos, no tenemos los mismos gustos en nada y mi billetera está en quiebra con esta mujer, todo lo que ve lo quiere.

Estaban todas las luces apagadas, esto no era bueno, estaba furiosa seguro.

_Emilia, cariño llegué, hola, Emilia ¿Dónde estás?

_Martín

Escuché su voz frágil y algo de mi se despertó, comencé a correr por toda la casa buscándola y la encontré en la bañera con muchas velas y música clásica.

_Esto puede ser sexy o raro, está en el límite, ¿Quieres acción o vas a hacer un exorcismo?

_Cállate idiota, estoy de parto dejé como 20 mensajes en tu celular, las contracciones son cada dos minutos.

_Lo siento se me terminó la batería, ¿Qué hago?

_Llévame al hospital, que piensas meter la mano y sacarlo como un ternero.

_Eso lo podría hacer, es más practico eso que leer sobre Freud.

Su cara de furia era la más hermosa, hasta enojada contesta mis idioteces, la ayudé a vestirse entre gritos e insultos, pero logré subirla al auto y llamé a al médico, todo estaba listo y esperándonos.

_Todo va a estar bien amor, respira.

_Esto es culpa tuya sabes, por qué duele tanto, te odio Martín.

_No te quejaste mucho cuando lo hacíamos.

Todo fue muy rápido, llegamos al hospital nos esperaban médicos y enfermeras, muchos gritos después y nació, 3980 gramos, pelo castaño, ojos cerrados, mejillas rosadas, un hermoso varón, Mateo.

_Felicidades papá. -El médico me golpeo la espalda y me entregó a ese pequeño.

Sali a la sala de espera a mostrárselos a todos, cuanta gente que nos ama, estaban mis padres, mis amigos, sus parejas, mi suegro, bueno toda la gente que es importante para nosotros estaban afuera.

Lo llevé a la habitación esperando a Emilia, él bebe se acurruco en mí y sentí algo en el pecho, él era mi hijo una parte de mí.

_Pequeño, prometo amarte, cuidarte y respetarte en todas las decisiones que tomes y seguro como hijo mío muchas serán malas, prometo enseñarte a andar en bici, a cuidar a los animales, prometo darte la charla sobre el amor y los cuidados, a acompañarte siempre y prometo nunca pero nunca soltarte la mano. Te amo hijo.

Esa noche en el cuarto de un hospital con mi mujer agotada pero feliz dándole el pecho a mi hijo, entendí que ahí quería pasar el resto de mi vida, no importa lo que pases o los errores que cometas, no importa con cuantas personas has estado, ni a cuantas amaste sin ser correspondido, cuando llega la persona correcta todo sucede, todo encaja y te sientes completo, no es madurar, no es ser perfecto, es amar con tanta intensidad que hace que todo lo malo duela menos y que todo lo bueno dure más.

Entendí que vale la pena intentarlo, vale la pena enamorarte, porque el resultado es magnífico.

_En que piensas cielo?

_En que quiero tener muchos como este, pero solo contigo.

_Espera, empecemos con uno y vemos.

_Emilia te amo, gracias por animarte a amarme.

_Te amo, gracias por amarme cuando menos lo merecía, Gracias por luchar por nosotros Martín.

La besé y entendí ella es todo lo que está bien. Este momento, este lugar con mi hijo en sus brazos, despeinada y agotada, no podía amarla más. 

Maldito MurphyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora