Estos son siete chicos licántropos de distintas edades, clase social, estilo de vida e historias que estudian en la misma escuela, apenas en su adolescencia intentando descubrir lo que es el amor y el placer carnal terminan envueltos en una serie de...
El taxi de Nam Joon se detuvo frente a la mansión, lo dejaron pasar y bajó del vehículo al estar cerca de la entrada, pagó al chofer y sacó algo que había comprado en el camino, arregló su traje y fue a tocar el timbre. En eso salió una sirvienta y abrió la puerta, lo saludó con una leve reverencia y se hizo a un lado de la puerta.
- Adelante, joven Nam Joon. –dijo la mujer.-
- Gracias. –respondió él entrando a la casa.-
La sirvienta lo guió hasta la sala, donde se encontraban Seok Jin y sus padres sentados en el sillón. Los saludó y el mayor sonrió al verlo y se levantó rápidamente para abrazarlo, por lo cual Nam Joon sonrió.
- Hola Namie. –dijo Seok Jin dando pequeños besos en la mejilla de su novio.-
- Hola, Jinnie. Estas precioso –dijo el menor sonriendo. Cuando el otro se separó, éste le mostró una canasta con flores que había escondido detrás de él.- mira, cariño. Son para ti.
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Al ver el detalle que había tenido el menor con él, Seok Jin chilló de lo emocionado que estaba, luego dio un fugaz beso en los labios de su amado.
- Son mis favoritas. –dijo tomando en sus manos las flores.- gracias, Namie.
Mientras el mayor buscaba un sitio para colocar la canasta, Nam Joon se acercó a su suegra y sacó su otra mano de detrás suyo, enseñándole una caja de chocolates a aquella mujer.
- Y esto es para la señora más hermosa, mi querida suegra. –dijo sonriendo.-
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- Qué lindo de tu parte, Namjoon. –respondió Bok Shil sonriendo mientras tomaba el regalo de su yerno.- gracias.
- ¡Vaya! Sí que llegó adulador nuestro yerno hoy. –dijo Woo Jin colocando su mano derecha en el hombro de Nam Joon.- ¿a qué se debe tanto detalle? ¿no habrá traído algo para mí también?
Nam Joon lo miró un poco apenado y sonrió levemente.
- Lo que pasa es que quise traerle algo a Jinnie y a la señora. –murmuró el menor, percibiendo los celos de su suegro por las feromonas que estaba soltando para marcar territorio.- no pensé que le molestaría, lo siento.
