Estos son siete chicos licántropos de distintas edades, clase social, estilo de vida e historias que estudian en la misma escuela, apenas en su adolescencia intentando descubrir lo que es el amor y el placer carnal terminan envueltos en una serie de...
Seok Jin comenzó a sentir que su sangre hervía, su cuerpo estaba caliente, el aroma de Mr. Horan se había hecho más fuerte y se sentía atraído por él; lo que siguió fue un leve dolor en su entrepierna, era una erección, al fin la pastilla había hecho efecto adelantando su ciclo de celo. Se acercó y olió un poco el pecho del mayor.
- ¿sabías qué?... –susurró.-
- ¿qué? –preguntó el rubio, confundido.-
- Que hueles muy bien... -volvió a susurrar.-
Mr. Horan iba a contestar, pero un dulce aroma llegó a sus fosas nasales, cerró sus ojos disfrutando del mismo y tomó por la cadera al menor.
- Tú también hueles muy bien. –susurró.- Seokjin ¿estás en celo?
- Yo... supongo que sí. –murmuró el peli-rosa y subió por el cuello del mayor respirando su aroma.-
Mr. Horan se estremeció, sonrió ladino y comenzó a caminar poco a poco hacia la cama, sabía que si estaba en celo seria atrevido y tendría relaciones con él a gusto. Al llegar a la cama se sentó en ella y puso a Seok Jin sobre sus piernas yendo a besar sus labios con pasión, mientras éste le correspondía de su misma manera.
- Quiero que seas mío. –susurró con voz ronca entre besos.-
Seok Jin parecía estar en un estado de hipnosis, siendo controlado por su omega que deseaba aparearse, estando en su ciclo de celo, con un alfa no podía controlar sus instintos, así que solo dejó que su omega, su lado animal se hiciera cargo de la situación, al menos por los tres días de celo.
- Soy tuyo. –susurró de la misma manera el menor.-
Deslizó el saco del traje del mayor por su piel hasta que se lo quitó sin dejar de besarlo, jugando con su lengua, dejando que lo tocara y acariciara todo lo que quisiera. Así, entre besos y caricias fueron desnudándose, Mr. Horan bajó sus besos por el abdomen del omega, pasando por su pelvis, miró su miembro erecto y mojado con los fluidos del pre-semen y sonrió ladino.
- Estás muy excitado. –susurró.-
Separó las piernas ajenas y acomodó un poco al chico separando ahora sus glúteos para así lamer su lubricada entrada, introduciendo su lengua de vez en cuando en ella. Al sentir esto Seok Jin comenzó a gemir levemente disfrutando del placer que le hacía sentir.
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Tan solo los gemidos y jadeos del menor estimularon el miembro del rubio, haciendo que endureciera, se separó de esa zona y volvió a subir dejando un camino de besos, mordidas y chupones en el abdomen ajeno, pasando por su cuello y su mandíbula hasta llegar nuevamente a sus carnosos labios y así besarlos con desenfreno en lo que posicionaba la punta de su miembro en la entrada del contrario, quien comenzó a aferrarse al cuerpo del mayor cuando éste comenzó a penetrarlo, soltando gemidos en su oído.
