Capítulo 17

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La habitación se sentía increíblemente extraña. Había un vacío, a pesar de que estaba ocupada por ambos. Me atrevía a decir que incluso se sentía algo de frío, lo cual solo alimentaba el decaído estado de ánimo que ambos teníamos.

Emma se levantó de la cama en silencio, y la observé entrar hasta el baño de nuestra habitación.

Se quedó inmóvil frente al espejo durante varios minutos; tardó tanto ahí, que incluso pensé que no iba a moverse en todo el día. 

De pronto me percaté de que lloraba, sin consuelo ni pena alguna. Las lágrimas salían de sus ojos con rapidez y resbalaban hasta sus preciosas y rosadas mejillas. 

La castaña se limpiaba las lágrimas que caían por su rostro y tallaba su nariz y ojos frente al espejo.

La miré. Y aunque me arrepentía demasiado por todo, en el fondo, sentía que ella era la única culpable.

¿Cuál era la necesidad de mentirme? 

No podía confiar en ella de la forma que antes había hecho, ¿cómo sabía que no se había visto con el imbécil de Cole en alguna de sus muchas salidas con amigos? 

La forma en la que lo defendía y se negaba a dejar de verlo o a cortar comunicación con él también me sorprendía, y me confundía demasiado.

Si Emma no lograba comprender mi frustración y mi coraje, era problema de ella. Yo estaba seguro de que si fuera al revés, aquella castaña que ahora sollozaba, no hubiera tardado mucho en armar toda una escena de celos.

Intenté que las cosas se manejaran de la forma tranquila, pero simplemente, exploté.

De repente me cansé de verla y de escucharla llorar. Ya había tenido bastante de eso durante toda la noche; Emma había llorado tanto que no había dormido nada y sus ojos se encontraban terriblemente hinchados y con un par de ojeras que los adornaban.

Y yo, me encontraba de malas, con un estúpido dolor de cabeza al que también podía atribuir se debía a mi increíble borrachera de la noche anterior.

Mi móvil sonó sobre la mesita de noche, justo junto a mí, interrumpiendo el desagradable e incómodo silencio en la habitación.

— Llamada Telefónica —

Rocky: Buenos días, espero no haberte despertado. O a Emma —miré de reojo a la castaña, quien cerró la puerta del baño.

Me tallé los ojos algo fastidiado y me senté sobre la cama.

Ross: No, para nada.

Rocky: Ha pasado una semana del lanzamiento del nuevo álbum Ross, prometiste que celebraríamos —cerré los ojos de golpe, recordando eso. Asentí con la cabeza.

Ross: Lo lamento, he estado con notas cosas en la puta cabeza. ¿Se te ocurre algo para celebrar?

Rocky: Ryland me habló anoche, ¿por qué no hacemos una pequeña reunión en tu departamento? Tu rooftop muy bien ambientado y cómodo es ideal para nuestra celebración, además, hay más espacio que en mi departamento —lancé un suspiro sin que Rocky escuchara, pensando en que Emma se opondría firmemente a la idea.

Ross: Claro, me parece una buena idea, dile a nuestros amigos. 

Rocky: ¿A las siete está bien? —dudé un poco. Me levanté de la cama y extendí las sábanas.

Emma salió del baño de repente, y me miró, dudando en acercarse.

Ross: Está perfecto, tengo que colgar Rocky.

— Fin de la Llamada —

Emma y yo nos miramos, pero ninguno de los dos dijo nada. Esta vez no diría nada.

AFTERGLOW // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora