Capítulo 1

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Ross Lynch [...]

Si hubiera sabido que esto me esperaba en mi viaje a Cabo, tal vez hubiera venido desde antes.

La noche iba de maravilla, y todavía ni tenía idea de lo que venía a continuación.

Reí mientras observé a mi hermano Rocky bailando con una chica. 

Ambos lucían demasiado alcoholizados, pero su comportamiento era una joya.

La verdad es que me tenían bastante entretenido, y es que, nunca había visto a Rocky portarse de tal manera, tan alegre, haciendo estupideces y bailando de una forma tan tonta con una persona.

—¡Vaya que necesitábamos este descanso!

Me dijo uno de los amigos con quien viajaba.

Sonreí y le di un enorme trago a mi vaso.

—¿Sabes qué? Creo que iré por más, necesito estar aún mas relajado.

Hablé dirigiéndome a mi amigo, y ahora, mi único acompañante, pues Rocky estaba plenamente perdido con aquella chica.

Mi amigo alzó las cejas y me sonrió, para después buscar algo en el bolsillo trasero de su pantalón.

—Tengo algo que puede ayudarte. 

Sacó un pequeño empaque con unas pastillas de color rosado.

Carcajeé levemente y sonreí.

Pensé varias veces y dudé en aceptarlas, y finalmente accedí.

Después de todo, estaba de vacaciones y esto era una fiesta, ¿no?

—Nunca en mi vida pensé en hacer esto, hasta ahora.

Dije mirando a mi amigo y tomando la pastilla.

Posteriormente la coloqué en la lengua y la tragué segundos después.

Le di otro trago a mi bebida y me alejé de mi acompañante para dirigirme a la barra.

Un chico miembro del personal que atendía la barra del enorme bar junto a la playa se acercó y se llevó mi vaso para servir lo que le había pedido.

Me recargué en la barra al sentirme ligeramente mareado, y reí, arrepintiéndome de haber tragado aquella pastilla.

"Pues no hay nada que hacer ya", pensé.

Observé el atardecer a lo lejos, admirando como el sol se escondía poco a poco entre las olas, las cuales cubrían como espuma parte de las rocas en la orilla del mar.

La brisa me pegó en la cara un poco, refrescándome pues el calor en el lugar era increíble.

La música de repente empezó a marearme, pero de un momento a otro, tuve más energía que antes.

Bendita píldora misteriosa.

Una chica castaña se acercó a la barra y de inmediato llamó mi atención.

Su cabello era precioso y la poca luz de sol se reflejaba en él.

Sonreí levemente, pensando que había encontrado a una nueva compañera.

Y luego mis esperanzas se fueron al notar que dos chicas más se acercaron a ella, riendo y comentando cosas sin importancia entre si.

Las observé a todas, notando que definitivamente, aquella castaña me llamaba bastante la atención.

"Vamos Ross Lynch, ¿cuando has tenido miedo de acercarte a una chica?", pensé.

Suspiré y me armé de valor, tomando un trago del nuevo vaso que me habían llevado minutos atrás.

AFTERGLOW // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora