Capítulo 12

287 22 3
                                    

Me levanté de la cama sintiendo un vacío a mi lado.

Emma llevaba un par de días comportándose algo extraño conmigo.

Casi no pasaba tiempo en casa o conmigo, según ella había tenido trabajo en su nuevo puesto de editora para la misma agencia donde trabaja y ahora estaba repleta de ocupaciones.

Almorzaba y comía fuera de casa y las pocas veces en que cenábamos juntos, no decía mucho y no se interesaba por mi día.

Igualmente, estaba muy cortante. La había buscado de una forma más íntima durante las últimas dos semanas y no me había correspondido. Lo más lejos que habíamos llegado había sido a un par de sesiones de besos algo ardientes. No más.

Caminé hacia el pasillo, pensando que estaba solo en el departamento y dispuesto a servirme una enorme taza de café bien cargado para despertar por completo.

Me detuve a mitad del pasillo escuchando a Emma hablando por teléfono con alguien.

—No lo sé Sam, lo amo pero hay muchas cosas que no me agradan de él. 

Escuché aún pegado a la pared, mirando a la castaña en la cocina del departamento, cruzada de brazos y recargada sobre la barra.

—Es demasiado celoso, me da miedo que pueda hacer algo malo en contra de Cole o algún amigo. No toleraba a André, me da pánico que haga algo en público o tenga una maldita escena de celos —Emma suspiró.

Se tapó la cara con las manos, pareciendo frustrada.

—¿Que lo deje? ¿No estás oyendo que lo amo, Samantha? Es un chico increíble y a pesar de las cosas que no me agradan de él, siento que podría seguir con él. ¿Puede cambiar, no?

¿Emma quería romper conmigo? No, más bien, estaba confundida o probablemente estresada y había acudido a sus amigos para tener algún consejo. Pero era claro que sus amistades parecían odiarme pues el único consejo que le daban era que terminara conmigo.

Apreté mis puños algo molesto.

—No lo sé. Ha sido demasiado celoso, posesivo. Me da miedo que no pueda controlar eso, ¿sabes? Pero jamás me haría daño Samantha. 

Lancé un suspiro, preocupando por el rumbo que tomaba la conversación poco a poco.

—¿Crees que podría hacerme algo? Sam, relájate. Ross me ama, nunca me lastimaría. Solo me preocupa que pueda ser muy rudo con cualquier hombre que me hable. Por ejemplo, con Cole, parece odiarlo también.

Mierda, y más mierda. Mi cabeza daba vueltas y ya no soportaba que siguiera hablando con aquella Samantha.

Finalmente salí de mi escondite, pero ella no me notó.

—Estaré bien Sam, voy a pensarlo pero no voy a terminar con él... —se quedó helada en cuanto me vio, de pie frente a ella y cruzado de brazos.

Alcé ambas de mis cejas y negué con la cabeza, intentado ocultar lo enojado que estaba.

Su amiga seguía hablando por el celular, mientras que Emma parecía que se había quedado sin voz de repente.

Tomé su celular, arrebatándoselo y colgando la llamada.

—¿Entonces, vas a terminar conmigo? Solo déjame entiendo bien, ¿lo haces por ti, o porque tus estúpidos amigos te dicen que lo hagas?

Le dije, molesto.

—No sé de que hablas —la castaña pasó saliva e intentó quitarme el celular.

Apreté mis labios ante tal mentira de Emma y reí, burlándome.

Acaricié su mejilla acercándome a ella y después acaricié su boca.

—¿Cole y Samantha creen que soy malo? ¿Vas a terminar conmigo por que ellos te dicen que hacer? Responde Emma, ¿vas a romper conmigo?

Emma no respondió. Había en enorme silencio en el departamento.

Cabreado arrojé el celular al suelo con fuerza, rompiéndolo.

—¿Ves? ¡A esto me refiero cuando digo que me da miedo la forma en que reaccionas! Parece que estás demente, y exactamente así reaccionas siempre que se trata de André, o de Cole, o de cualquier hombre que se me acerca. ¿Y sabes qué? También reaccionas así cuando algo no te parece. Te molesta no salirte con la tuya.

Me gritó, y por primera vez, la vi realmente enojada.

—Tus malditos amigos te están diciendo que hacer. ¿Les contaste que André y tú iban a verse en Nueva York? ¿Por qué eso ibas a hacer, no? Ibas a ir a Nueva York sin mí para poder cogerte a ese imbécil. 

Perdí los estribos. Ambos los perdíamos poco a poco.

Y yo intentaba demostrar que lo que decía de mí era mentira, pero ante sus respuestas y recordando todas esas veces que me había hecho enfurecer, o lo que había escuchado de su plática con Samantha, simplemente mis intenciones de contenerme se iban a la mierda.

—¡Eres un imbécil! Un completo imbécil que está obsesionado con la idea de que voy a dejarte por alguien más, y que no puede soportar que las cosas le salgan mal, ¿como en San Valentín, recuerdas? ¡Prácticamente me obligaste a tener sexo contigo!

Solté una carcajada ante tal acusación.

—¡Claro Emma! Seguramente estabas muy incómoda mientras lo hacíamos, ¡estabas tan malditamente incómoda y te obligué tanto, que por eso gemías mi puto nombre como loca y me pedías que no me detuviera! Si, estabas muy obligada eh.

Emma negó con la cabeza y arrojó un florero que se hallaba sobre la mesa al suelo.

Noté que sus ojos se llenaron de lágrimas de repente.

—¡Te he complacido en todo! Eres celoso y posesivo; me espías en mi puto trabajo, me sigues a donde vaya, te da miedo la idea de que viaje sola y te dan celos mis amigos, ¿acaso no te das cuenta? Estás demente Ross.

—Si Emma, está bien, estoy demente.- Comencé a ignorarla.

—Revisaste mi celular, Ross. ¿Tanto desconfías de mí?

Gritó la castaña de repente.

—¿Por qué no solo terminas conmigo y le das gusto a tus putos amigos? Casualmente cuando salías con el imbécil de André no les afectaba, y ahora que sales conmigo, parece que quieres hacer lo que te digan. ¡Anda, termina conmigo y regresa con ese imbécil! Vuelve a la mierda de donde te saqué, Emma.

Emma me dio una fuerte bofetada en ese instante.

Lo suficiente fuerte como para abrir mi labio inferior.

Toqué mi boca con la yema de mis dedos, notando algo de sangre.

Reí, y la miré.

—Estoy harta Ross.

Emma caminó hacia la habitación con algo de prisa y algunas de sus lágrimas saliendo por sus ojos. La seguí, y la observé tomar algunas prendas y meterlas con fuerza a una pequeña maleta.

Pasó a mi lado chocando contra mi cuerpo y dejándome solo, y después, salió del departamento.

















***

En la multimedia, Emma Hastings (Lydia Maachi).

Muchísimas gracias por las lecturas y los votos. Dejen sus comentarios y recomiéndenla si les está gustando.

-FeernandaR5.

AFTERGLOW // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora