Aún con tantas señales de lo obsesionado, tóxico y posesivo que Ross pudo haber sido con Emma, era imposible culparlo a él por lo que ella había sufrido, o incluso de su muerte.
Mis pruebas en contra de Ross Lynch se limitaban a un montón de fotografías, un collar que pertenecía a Emma y la letra de una estúpida canción.
Y aún había algo que no terminaba de convencerme, algo en la actitud que Ross había tenido conmigo durante nuestras últimas interacciones, y que no lograba cuadrarme.
Emma llevaba muerta apenas unos meses, y aquel hombre me había coqueteado de una forma impresionante en cada uno de nuestros encuentros. Probablemente quería rehacer su vida, y no lo podía juzgar, pero, ¿tan rápido? ¿Conmigo, una de las amigas de Emma?
Y aún así, con todas estas señales, no podía estar completamente convencida de que él fuera el culpable de todo. Cada una de mis pruebas podían ser justificadas, o podían tener explicación alguna, y no tenía forma de comprobar que efectivamente, Ross era quien golpeaba o quien había asesinado a Emma.
Además, tenía serios problemas al intentar ver a Ross como el malo de la historia.
Había algo en su forma de ser, en su actitud, o simplemente en su rostro que me impedía verlo como alguien agresivo, peligroso, o como alguien capaz de hacerle daño a alguna persona a ese grado.
No podía, y no sabía porque.
Pero si quería seguir investigando, aclarar mi mente y finalmente encontrar la verdad de la situación, si quería averiguar si Ross había hecho algo malo con Emma, necesitaba seguir cavando, y esta vez, más a fondo.
Mi estrategia de acercarme a Ross Lynch al parecer funcionaba, pues los últimos días desde aquel inquietante incidente en su departamento donde casi soy descubierta, Ross y yo habíamos mantenido bastante contacto.
Él usaba cualquier pretexto para hablarme, seguir en comunicación conmigo de alguna manera, y yo únicamente le seguía el juego, o aprovechaba el tema de la fotografía y mi trabajo como una buena excusa para acercarme.
Pero pensaba seriamente en tomar aún más en serio esta estrategia. Tenía que entrar en la vida de Ross. Tenía que formar parte de su círculo personal, tenía que ganarme su confianza y así él me contaría detalles sobre su relación con Emma, o incluso, hasta podría buscar las cosas por mí misma.
Y de repente, algo se me ocurrió. Un foco se encendió rápidamente en mi cabeza, y de pronto idee un nuevo plan: Entraría a la vida de Ross Lynch, de una forma íntima, justo como lo planeaba, haciendo que aquel irresistible castaño sucumbiera ante sus propios instintos, y se enamorara de mí.
Era la mejor forma de acercarme a él, de lograr tener su confianza por completo, y con ello obtener el pase a la mayoría de cosas en su vida. Su hogar, su trabajo, sus contactos, su rutina, y hasta sus más profundos secretos.
Y de esta forma, averiguar como había sido su relación con Emma, quien había sido mi mejor amiga, y a quien le debía tantas cosas y lecciones en la vida y que jamás iba a poder pagárselas; y averiguar también que demonios hacía sucedido con ella.
Tenía que seguirlo, conocerlo a fondo, y después enamorarlo. Tenía que saber su rutina, y averiguar muchas cosas de él. Sus gustos, sus pasatiempos, incluso hasta sus fantasías.
Una noticia en el televisor me distrajo mientras ideaba mi plan perfecto, haciéndome prestar completa atención en aquel canal de televisión, y de pronto mi mandíbula cayó al suelo, algo sorprendida.
Era increíble e impresionante la habilidad de los medios de comunicación para transformar el contexto de cualquier fotografía, y crear una historia o rumores falsos a partir de ello.
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AFTERGLOW // Ross Lynch
Fanfiction"Oh no, away she goes, the way she knows, she's leavin' me in afterglow..." Me había enamorado de aquella mujer, una completa desconocida. Y a cualquier costo, ella sería mía. ⚠️ CONTENIDO ADULTO ⚠️ 》PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN PARCIAL O TOTA...