Capítulo 35

226 15 6
                                    

El viento se tornaba cada vez más helado mientras la noche caía a mi alrededor, y la vida nocturna se apoderaba de las calles del centro de Los Ángeles. 

Cubrí mis brazos debido al escalofrío que provocaba la gélida corriente sobre mi piel. Un par de lágrimas resbalaron por mis mejillas, recordando lo que apenas unas horas, había acontecido en el departamento de Ross.

El sonido del arma al presionar el gatillo aún se mantenía en mi cabeza. La escenas se repetían una y otra vez, repasando las imágenes de Ross cayendo al suelo con ambas de sus piernas sangrando. No debía de tenerle ninguna consideración, sin embargo, no era por eso que me encontraba así.

Nunca en mi vida le había hecho daño a alguien. Nunca había disparado un arma.

Además, no era lo único que me tenía preocupada sino que, Ross Lynch era tan despreciable que podría declarar que yo lo sabía todo, y arrastrarme junto con él.

Caminé hasta un teléfono público, y con un par de monedas que se encontraban en uno de mis bolsillos traseros de mis jeans, logré hacer una llamada. Esperé, de pie y cruzada de brazos. Rogando que Cole contestara el teléfono pues aunque necesitaba estar sola y pensar, en el fondo no quería estarlo.

Necesitaba que alguien me abrazara sin preguntar, y Cole por ahora, era la persona indicada.

— Llamada Telefónica —

Cole: ¿Hola? —sonreí de inmediato, soltando un par de lágrimas de felicidad y tranquilidad al escucharlo.

Lena: Cole, estaba casi rezando para que contestaras.

Cole: Maldición Lena, no sabía donde buscarte, me tenías preocupado. Te he ido a buscar a tu casa y no estabas, ¿dónde te has metido? —habló, con un tono severo. 

Lena: No tengo ni idea, he vagado por la ciudad desde hace dos horas. 

Cole: Dame alguna referencia para poder ir a buscarte —miré a mi alrededor, observando una pizzería junto con algunos edificios, y un edificio que pertenecía a una cadena de televisión. Observé después una tienda de ropa, y recordé que Cole había comprado un par de cosas ahí en alguna ocasión.

Lena: ¿Recuerdas la tienda donde compraste ese increíble abrigo que usaste en la fiesta pasada de Año Nuevo? Nordstrom, es su nombre. Tengo esa tienda frente a mí.

Cole: Claro, ahora mismo salgo para allá. No te muevas —suspiré, colgando la llamada.

— Fin de la Llamada —

Dejé el teléfono en su lugar y caminé en círculos algunos minutos hasta que las cegadores luces de un automóvil que de inmediato reconocí, se toparon conmigo. Sonreí al verlo bajar del auto y dirigirse hacia mí, recibiéndome con un abrazo consolador.

Enterré mi cabeza en su pecho y solté un par de lágrimas.

—No lo puedo creer aún —comentó, en un tono bajo de voz.

Pasé saliva, sin saber exactamente a que se refería.

—¿Lo de Emma, lo de Ross, o lo que he hecho apenas unas horas? —me solté de su agarre y de inmediato Cole entendió que necesitaba mi propio espacio.

Agaché la cabeza, aún avergonzada con él por tantas cosas que le había ocultado. Sintiendo una pena y una culpa terribles al recordar que me había involucrado y enamorado del ex novio de nuestra mejor amiga, quien también había resultado ser el culpable de su muerte.

¿Había persona más estúpida que yo? Sin duda alguna, en ese momento no lo creía.

—Anda, sube al auto, te llevaré a casa para que descanses.

AFTERGLOW // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora