🔪capítulo 18🔪

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Dolor

Sangre.

Mucha, esparcida por toda la habitación, sobre la cama, el piso, las paredes.

Y también manchando el cuerpo de Suga.

Aquel asesino gruño mientras se sacaba la camisa que estaba bañada en líquido carmesí.

Dos cadáveres femeninos sobre la cama, reposando morbosamente, abiertos de par en par, una rubia tenía un cuchillo incrustado en su garganta.

Eran prostitutas que ya habían aburrido al alfa después de una ronda de sexo.

Se sentó en un sillón de cuero, contemplando por unos lúgubres segundos el escenario.

Luego, tomó su teléfono de una mesa a su lado, viendo que tenía tres llamadas perdidas.

De Park Jimin, su omega.

Sin pensarlo, apretó el botón de marcado a su contacto, esperando totalmente ansioso.

Lo mandó al buzón de voz, comenzaba a preocuparse. Se levantó, empezó a cambiarse a una ropa que estuviera limpia.

Una vez que juntó todas sus cosas, quemó una cortina antes de salir de la casa, no tenía tiempo para limpiar aquel desastre.

Se metió en un auto deportivo negro, viendo como ardía con facilidad la cabaña.

Desapareció en cuestión de segundos, a gran velocidad por un camino de tierra, en dirección a la casa que nunca debió haber dejado sin protección.

Cuando finalmente llegó, el olor a quemado llenaba su nariz desde dos cuadras atrás, pero al llegar no creía lo que sus ojos veían.

La casa de Jimin estaba en llamas, los bomberos peleaban por apagar el fuego voraz que reclamaba la estructura.

Se bajó del auto, sintiendo todo de el temblar, la sangre se le heló, parecía que el mundo se había detenido, a su lado varios oficiales pasaban de un lado a otro.

Logró ver como desde la parte trasera de la casa sacaban un cuerpo visiblemente muerto, reconoció al instante la máscara sobre su pecho.

Era uno de los trillizos Rider, aprendices en su totalidad, ahora estaba muerto.

¿Pero que hacía su cuerpo ahí?.

Entonces lo recordó, había tres personas siguiendo a Jimin ese día, SU Jimin.

Apretó sus manos, sintiendo la ira correr por sus venas mientras subía al auto nuevamente y lo arrancaba.

Su corazón casi se para cuando, en el silencio del auto, el teléfono comenzó a sonar, pero no era cualquier número.

Era el suyo, el de Jimin.

Paró en medio de la calle, importandole poco las bocinas desde atrás, atendió la llamada, colocando el teléfono contra su oreja.

-¿dónde estás?- preguntó, sintiendo como su garganta se secaba.

Un silencio mortal del otro lado, volvió a hacer la misma pregunta, recibiendo un sollozo.

-¿porque no viniste?- lloró Park, con la voz ahogada -¿porque no me ayudaste?, ¿tu los enviaste a matarme?-

-no, nunca lo haría- respondió, sintiendo una opresión en su pecho -por favor dime donde estás, iré a buscarte, te llevaré conmigo, solo...-

-en el hospital- interrumpió, -a donde tus asquerosos homicidas me enviaron- terminó, cortando la llamada segundos después.

Suga volvió a arrancar el auto, llendo a toda velocidad a donde el omega le había indicado.

《ᎪՏᎬՏᏆΝϴ ᎠᎬ ᏞᎪՏ ᏟᎪͲᎪᏟႮᎷᏴᎪՏ 》 ||ᑭᗩᖇᏦ ᒍᏆᗰᏆᑎ & ᗰᏆᑎ ᔑᑌᏀᗩ|| ϴᎷᎬᏀᎪᏙᎬᎡՏᎬ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora