🔪capítulo 23🔪

205 47 19
                                    

La llegada

Su estómago se comprimia a medida que pasaban los segundos, trago saliva tratando de calmar el revoltijo de emociones que azotaban su cabeza.

¿Intriga, felicidad, excitación, pizcas de arrepentimiento?, todo era tan confuso para su pequeña mente de joven.

Con sus manos sudorosas apretó su bolso contra su cuerpo, miraba de reojo a los estudiantes pasar y charlar, aún tenía en mente aquella nota, ¿lo estarán viendo ahora también?.

Comenzaba a dudar si lo que estaba haciendo era cuerdo, si debía aferrarse a su último Rayo de esperanza de volver a una vida normal e irse.

Pero una vez que vio una brillante limusina negra estacionar frente a su escuela supo que no había marcha atrás, la puerta fue abierta dejando ver a Suga en su interior.

Con las piernas cruzadas y un brazo sobre el asiento lo miraba analizándolo, Jimin solo tragó saliva y relamio sus labios sintiendo su corazón bombardear sangre a lo loco.

Con una seña el mayor le dijo que entrara, lo hizo, deslizándose sobre el asiento de cuero y cerró su puerta, un aroma a café fuerte llegó a su nariz, levemente miró a Suga quien no despegaba su mirada de él.

Se sentía intimidado y odiaba admitirlo, pero era asombroso notar como en unas pocas horas sus sentimientos hacia el homicida cambiaban repentinamente, probablemente era él ahora quien tenía el control y no su lobo.

-tengo el traje en la mochila- susurró, impaciente de saber que hará a continuación.

‐pontelo- ordenó, las mejillas de Jimin se tornaron rojizas.

-¿ahora?- cuestionó, el peliblanco asintió sin despegar la mirada del menor.

Iba a refutar pero no tardó mucho en comprender que cualquier cosa que dijese sería inútil, así que solo se dispuso a sacarse las prendas en silencio y avergonzado.

Deslizó la camisa sin atreverse a fijarse si el mayor lo estaba viendo, cuando terminó de ponerse el pantalón miró de reojo a Suga, quien miraba su teléfono tranquilamente.

Con la calma de saber que no lo estaban observando, terminó de ponerse el traje, cuando estaba acomodando la corbata el otro dejo su teléfono.

Tomó la máscara de zorro rosa, colocandosela cuidadosamente a Jimin, que solo cerró los ojos sin interrumpirlo.

‐¿a donde vamos?- cuestionó en cuanto abrió los ojos, incapaz de seguir guardando la curiosidad que lo invadía

‐a las catacumbas, mi manada te espera- respondió, su estómago se comprimio y abrió los ojos como platos sorprendido.

Se arrepintió en el instante, quería bajarse e irse, pero ya no podía hacer nada.

-no te harán nada, todos son obedientes y leales a mí, soy su alpha y tu eres mi Luna, nadie se atreverá a tocarte un solo cabello sin que sea despedazado en el intento frente a nosotros- agregó, sacando unos pelos rosas que caían sobre la frente del menor.

-esa última parte no me tranquiliza demasiado que digamos- comentó, haciendo reír a Suga.

-sera mejor que te acostumbres a la idea, porque es a eso a lo que vamos, quiero probarte para ver de lo que eres capaz‐ respondió el peliblanco, haciendo estremecer a su acompañante.

El nerviosismo del omega se sentía en el aire, su aroma invadió el auto, provocando que el mayor sonriera por dentro.

Park se carcomia la cabeza una y otra vez sin saber que pasaba por la cabeza de su alfa, que se veía tan serio e imponente pero a la vez con destellos de picardía en sus ojos negros.

《ᎪՏᎬՏᏆΝϴ ᎠᎬ ᏞᎪՏ ᏟᎪͲᎪᏟႮᎷᏴᎪՏ 》 ||ᑭᗩᖇᏦ ᒍᏆᗰᏆᑎ & ᗰᏆᑎ ᔑᑌᏀᗩ|| ϴᎷᎬᏀᎪᏙᎬᎡՏᎬ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora