🔪Capítulo 33🔪

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Suga golpeaba sus dedos contra el cuero del sillón, tenía su antifaz negro en su mano derecha y la mirada perdida en el cuerpo frente a él.

La sangre del chico inconsciente bajaba por su torso desnudo, proveniente de varias cortadas no muy profundas pero si dolorosas.

Estaba colgado de los brazos, cual animal en matadero, lo que le parecía bastante apropiado. Un cerdo, eso era lo único que veían sus ojos, una asquerosa y blasfema bestia .

Había una mujer junto a él, o por lo menos sus restos, tirada en el piso y sin ropa en la parte superior del cuerpo.

Tenia escritas unas palabras en su pecho, con lo que parecía ser una navaja oxidada; "aunque ella siempre fue"

Ambos perdieron la consciencia después de horas de tortura bajo las manos de Min, pero parecía que luego de ese receso, uno ya estaba despertando.

El hombre se retorcio, temblando al levantar brevemente su mirada y encontrarse con los profundos ojos azabache del alfa.

Era inhumano, el odio inmarcesible que reflejaban sus orbes oscuros.

Solto un quejido de dolor, tratando de respirar mientras se ahogaba con su propia sangre.

Sus manos estaban rojas, con miedo vio como en la punta de sus dedos se mostraba carne abierta y sangrante, los recuerdos golpearon su mente.

Suga le había arrancado las uñas, una por una, mientras le gruñia cosas que no lograba entender, insultandolos.

-Por... favor... déjanos ya- rogó, sollozando mientras sentía como cada fibra de su cuerpo dolía.

-eres la basura de este mundo, Víctor, nada más que un asqueroso maltratador- respondió, jugando con un cuchillo entre sus dedos, ansioso -tengo que acabar contigo, maldita escoria-.

El tono siseante de su voz llenó la casa, sus manos temblaban de furia mientras veía como el cobarde lloraba.

Con un último suspiro se levantó del asiento, aproximándose hacia el cuerpo.

Un olor a orina llegó a su nariz, el hombre se había meado del miedo.

-eres patetico- rió, posando el cuchillo en sus clavículas.

Levemente comenzó a presionar, abriendo la piel hasta dejar carne a la vista.

Trazo por trazo, palabra por palabra, gota a gota de sangre, su sonrisa crecía cual sádico, escuchando los desgarradores gritos del mayor aturdir sus oídos.

Comenzo a hundir el filo cada vez más, provocando que su pánico y sufrimiento aumentaran.

Sus sentidos se deleitaban bajo los lloriqueos y gemidos ahogados de su víctima.

El líquido carmesi en sus manos, el placer de verlo retorcerse en dolor, la adrenalina y excitación que ardían en sus venas como fuego.

Algunas gotas cayeron en sus labios, los relamio,  el sabor metálico en su paladar era como el beso de un Ángel.

Se estaba volviendo loco, amaba esa sensación de superioridad y fuerza.

Quería más.

Más dolor.

Más sangre.

Más poder.

Más muerte.

No pudo notar en que momento, pero el cuerpo del hombre ya no reaccionaba, su respiración y pulso eran nulas , se había muerto.

《ᎪՏᎬՏᏆΝϴ ᎠᎬ ᏞᎪՏ ᏟᎪͲᎪᏟႮᎷᏴᎪՏ 》 ||ᑭᗩᖇᏦ ᒍᏆᗰᏆᑎ & ᗰᏆᑎ ᔑᑌᏀᗩ|| ϴᎷᎬᏀᎪᏙᎬᎡՏᎬ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora