Capítulo 5

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Dean en la Imagen...

***

Lunes al fin. En el Holding no hay mucho trabajo hoy por lo que decido tomar un permiso de salida para inscribir a Piper en sus clases de danza. Elijo la hora de almuerzo para hacerlo, por lo que a las 1:00pm corro hacia el ascensor, no sin antes recibir una mirada interrogante de Caroline.

–¿Puedo saber?– pregunta y asiento.

–Voy a una escuela de danza– digo antes de que las puertas se cierren.

Cuando salgo del edificio tomo un taxi hacia el taller. Me han dicho que la moto ya está lista y estoy ansioso por sentir la adrenalina que me produce montar mi preciosa Ducati. Al llegar me encuentro con Gina en la entrada.

–¡Ethan!– se acerca y besa mi mejilla.

–Hola, ¿qué haces aquí?

–Mugre me llamó también, y quise venir– se encoge de hombros y ambos entramos al local.

El mecánico trae mi moto totalmente nueva y cambiada. Los aros son diferentes, y su color rojo fue sustituido por uno negro. Frunzo el ceño.

–¿Es mi moto?

–Totalmente mejorada, observa esto– mete la mano por debajo del asiento y se encienden unas luces rojas. Wow –¿De lujo, no?

–Está genial– Gina da una vuelta a su alrededor, admirándola. Y de verdad que está genial.

–¿No dices nada, hermano?– me pregunta el tipo.

–Es que... estoy sin palabras– me acerco y acaricio los plásticos. ¡Joder, que linda está mi bebé! –Está perfecta, gracias– miro a Gina –Y muchísimas gracias a ti.

–No hay de qué, esto solo costó un pocos dólares– le resta importancia –¿Qué tal si damos una vuelta?

–Te lo debo, ahora mismo tengo otras cosas que hacer– en los ojos verdes de la chica se nota la decepción pero sonríe.

–Bien, en ese caso, nos vemos pronto. Y gracias de nuevo por salvar a mi mejor amiga– sonríe y le doy un asentimiento con la cabeza.

Me subo a mi moto y lo enciendo. El motor ruge y mi piel cosquillea. Me despido de Gina y le agradezco una última vez, antes de acelerar. Siento la brisa en mi rostro y me cuido de que algún policía no me vea ya que ando sin casco. Mi sangre bombea más rápido y siento el júbilo en mí. Extrañé esto y sé que Piper también.

Me detengo en casa un minuto para buscar nuestros cascos y me vuelvo a poner en marcha hacia el colegio para buscar a mi pequeña hermana.

–¡No lo puedo creer!– chilla al verme recostado de mi bebé –¡Está de lujo!– se abalanza sobre la moto y la acaricia como lo hice yo –¿Es la misma?

–Hola, hermanito, ¿cómo estás?– digo con sarcasmo y ella deja salir una risita y me abraza –Sí, es la misma– le respondo a su pregunta.

–Está preciosa– suspira y le tiendo su casco –¿Por qué viniste por mí antes?

La ayudo a subir delante de mí y se sujeta como le he enseñado.

–Debemos ir a un lugar y cuento con poco tiempo– miro mi reloj y maldigo entre dientes –Supongo que tendré que darle explicaciones a Diamond de por qué tomé la tarde sin informarle antes.

–Solo tienes que decirle que estabas conmigo– dice arrogante y golpeo su cabeza cubierta –Auch, que salvaje.

–Te crees muy importante, renacuajo. Sujétate fuerte.

Mi Señora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora