Llego al trabajo con casi una hora de retraso. Diamond me va a matar por no avisarle pero Piper es un asunto bastante importante en mi vida y ella está por encima de todo. Paso la tarjeta de acceso por el lector del ascensor privado y presiono el botón que me llevará a presidencia. Cuando las puertas se abren, Daya me mira y me da una mirada de reproche.–Te están esperando– es lo único que dice. No veo a Caroline en su puesto, por lo que supongo que está en la oficina.
Con la misma tarjeta abro la puerta y nada en este mundo me hubiera preparado para lo que mis ojos ven. Diamond está subida en su escritorio, su rostro muestra real placer, su camisa está desabrochada dejándome ver su sostén rojo, se encuentra de piernas abiertas mientras que Caroline tiene su cara metida entre ellas, al parecer ambas lo están disfrutando ya que la rubia se toca por encima de la ropa interior.
Carraspeo incómodo y mi jefa levanta la mirada, sus ojos azules están más oscuros y su respiración está agitada. Caroline también deja de hacer su labor y se levanta. No sé como tomarme todo esto, así que mejor hago silencio.
–Has llegado– dice Diamond y se baja de la mesa –Ya era hora, te estábamos esperando. Bésalo, Care y tú, Ethan, devuélvele el beso– Caroline se acerca a mí lentamente, su rostro sonrojado por la excitación y sus labios perlados por la humedad de la castaña. Se aferra a mi cuello y ataca mi boca con desenfreno, dejo caer mi maletín y la tomo de la cintura para pegarla más a mí. Ella gime cuando clavo mi erección en su vientre –Prueba mi sabor, Ethan– susurra Di a nuestro lado y meto la lengua en la boca de la rubia, saboreando su cavidad. Sabe dulce y salado –¿Dónde demonios estabas? ¿Por qué llegaste tarde?– siento su manos en la espalda, me separo de Care y nos quedamos mirándonos a los ojos, con lujuria contenida –No se detengan. Ethan, disfruta de la piel de su cuello, devora sus senos– muerde mi cuello y susurra en mi oído –Y responde– me ordena y toda mi vello se eriza.
–Estaba en la escuela de Piper– contesto como puedo mientras beso el delicado cuello de mi compañera de trabajo, ella gime y se aferra a mis brazos. No ha dicho ni una palabra, supongo que Diamond no se lo ha permitido –Ella está sufriendo burlas de sus compañeros por la muerte de mamá– bajo por la piel blanca y me encuentro con un sujetador blanco que aparto para dejar ver un hermoso par de pechos, pequeños y de pezones rosados. Con la boca echa agua tomo uno y lo succiono, Caroline se arquea y deja salir un jadeo –Lamento no llamar– digo antes de morder el otro montículo y luego lamerlo. ¡Mierda, estoy muy duro! Hasta duele.
–Bien, hablaremos de eso más tarde. Pero recuerda siempre avisarme, Ethan. ¿Queda claro?– su voz. Ella de verdad que me puede poner a su merced con una simple frase.
–Sí, señora– murmuro por lo bajo.
–Sepárense– nos ordena y de inmediato Caroline y yo rompemos el contacto –Quiero mostrarte algo– miramos a Diamond que se acerca a su escritorio y toma una especie de control remoto. Aprieta un botón y el librero que está a un costado de la oficina, se desliza, dejando a la vista una entrada –Aquí vamos a jugar cuando estemos en la oficina, ya Care lo conoce. Adentro– vuelve a ordenar y nosotros acatamos. Entramos detrás de ella, lleva su ropa aún desarreglada y se ve hermosa así, cautivante y sexy.
Dentro es una habitación, con paredes y piso forrados de terciopelo azul rey, una cama redonda en el centro, rodeada por algunos sofás. En un costado del lugar hay una especie de buró largo, con varias gavetas. Encima de este hay algunos exhibidores con frascos y también algunos juguetes sexuales. También puedo ver un armario pero está cerrado y desconozco su contenido.
El aire acondicionado es más fuerte aquí y el olor de la estancia es un afrodisíaco. Aquí hay una especie de electricidad que te provoca hacer cualquier cosa que se te venga a la mente y que esté relacionada con el sexo, levanto la mirada y en el techo hay un espejo que refleja la habitación completa. Sería espectacular verse en el mientras estás follando. También hay unas pinturas de personas teniendo relaciones que resultan eróticas e interesantes.
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Mi Señora (+18)
RomanceMi vida se veía envuelta en líos a cada rato, problemas económicos entre otros. Pero cuando ella llegó a mi vida, todo de repente floreció. La mujer más bella, más radiante, más poderosa, me ayudó a salir adelante. La amo con todo mi corazón, pero...