Capítulo 47

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Shizu en la imagen...

***

Diamond

Los dos días siguientes no fueron tan fáciles. Con Ethan las cosas están tensas, le he prohibido a Jane salir de la mansión y he hablado con la dirección del colegio de Piper para que no le tomen en cuenta la inasistencia, y sí, también la tengo retenida en la casa, no quiero que nadie salga y pueda ser dañado. Es mejor así.

La investigación va lenta y a pesar de que ya se sabe que el incendio fue provocado por alguien, aún no dan con nadie. Se ha interrogado a cada empleado del Holding pero no hay resultados. Me voy a volver loca.

Otra cosa que me tiene con los nervios de punta es la inauguración de la reforma del hotel, es mañana y no sé que voy a hacer. Hasta ahora mi cabeza solo me ha dicho que me debo llevar a toda mi familia para mantenerla cerca de mí y estar al pendiente de todos, por otro lado, no quiero exponerlos al ojo público, no más de lo que ya lo estamos. En la entrada de la mansión hay todo un campamento de periodistas esperando respuestas, que por supuesto no he dado ni voy a dar.

También he mantenido a Stephen bajo custodia, cualquier movimiento sospechoso se me será informado, cosa que hasta ahora no ha hecho. No sé como sentirme al respecto, una parte de mí quiere desenmascararlo, pero la otra no quiere creer que él es tan hijo de puta. Estoy hecha un lío.

Demasiadas cosas que pensar para una sola cabeza. Suspiro y dejo la portátil de lado, dando por terminada la conversación por correo con Caroline. Paso mis manos por mi cara tratando de aliviar un poco la tensión de esta. Levanto la mirada y veo a mi novio parado en la entrada. Me da una sonrisa de lado algo incómoda y suelto un sollozo. Últimamente estoy muy sensible.

─Hey, tranquila. ¿Por qué lloras?─ se acerca a mí y se pone de rodillas frente al diván a los pies de la cama.

─Es que soy una estúpida, en estos momentos es cuando más te necesito y lo único que hago es alejarte tratándote mal─ me mira con ternura y acaricia mi mejilla.

─No pasa nada.

─Sí pasa, soy una perra─ él suelta una carcajada que logra sacarme una sonrisa.

─Claro que no, solo estás estresada y con muchas cosas encima─ me hace levantar para tomar mi lugar y sentarme en sus piernas. Enredo mis brazos en su cuello y beso su nariz ─Te entiendo y te doy tu espacio, aunque me siento algo impotente cuando no me dejas estar a tu lado─ agrega divertido, dejando un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.

─Lo siento─ me disculpo y mi hombre se acerca a besar mis labios antes de hacer una mueca ─¿Qué pasa?

─Sabes a dentífrico─ me dice y dejo salir el aire que contenía.

─Ah, eso. Es que me acabo de lavar los dientes─ le resto importancia y él me observa, estudiándome ─¿Qué?

─Son las tres de la tarde, a menos que hayas vuelto a vomitar no veo el motivo de hacerlo─ aparto la mirada sintiéndome atrapada. A veces me asusta lo mucho que me conoce ─¿He acertado, verdad?

─No es nada. Mejor dime como haremos para asist...

─No cambies el tema, Diamond─ me interrumpe y ruedo los ojos ─¿Y si estás enferma? ¿O embarazada?─ pregunta con cautela y suelto una carcajada amarga por lo último ─¿De qué te ríes?

─No estoy enferma, te lo prometo, y mucho menos embarazada─ digo y siento como un nudo se me asienta en la garganta ante la mención de la concepción.

─¿Como puedes estar tan segura?─ besa mi hombro y yo acaricio su pelo rubio con una sonrisa nostálgica.

─Porque no me siento mal y porque no me puedo embarazar─ hago una mueca, Ethan me da una mirada con el entrecejo fruncido y dejo salir el aire para responder a su pregunta no formulada ─Tengo hipoplasia uterina.

Mi Señora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora