Capítulo 15

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–Lo siento, Ethan. De verdad– dice Diamond por enésima vez. Se ha pasado el resto de la noche y la mañana disculpándose por exponer a Piper al ojo público.

–No te preocupes– le brindo una ligera sonrisa y ella suspira.

–Vamos a verlo por el lado positivo, ahora seré famosa– volteo a ver a mi hermana con una mala mirada –¿Qué?

–Será mejor que te calles, no estás arreglando las cosas– ella se encoge de hombros y le da un bocado a su desayuno.

Luego de que ese señor se disculpara con Diamond por su imprudencia, la prensa francesa se encargó de fotografiar a Piper sin descanso, trataban de sacarle información a Di sobre ella y tuvimos que dejar el evento luego de que ella anunciara al nuevo equipo, no pudimos ni siquiera asistir a la cena. Cuando llegamos a la suite, Di tuvo que contactar a su representante para que la noticia no fuera publicada y que no llegara a los Estados Unidos.

Es sábado y tenemos una larga lista de lugares a visitar. A pesar de que estamos aún en la mira de los reporteros, queremos disfrutar nuestra estadía. Terminamos de desayunar y esperamos a mi jefa para poder salir. Piper está a mi lado, va en shorts de jean, una camiseta con la torre Eiffel en el centro, irónico; lleva unas deportivas, su pelo en una coleta alta y unas gafas de sol. Se ve tierna, toda una turista.

–¡Ah!, ¡casi se me olvida!– grita antes de correr a su habitación y volver con su mochila –Aquí está mi móvil para tirar fotos.

Gruño. Odio que tenga un celular.

–Ya estoy– ambos levantamos la mirada para ver a Diamond. Lleva un enterizo corto, color beige, holgado y veraniego, sorprendentemente va con unas sandalias doradas. Se ve exquisita –¿Qué tal me veo?

–¡Preciosa!– dice Piper y ella se ríe.

–Tú también estás preciosa– se acerca a ella y besa su frente –Vamos, el chófer nos está esperando.

Bajamos de la suite en el ascensor, al llegar al vestíbulo nos espera, como dijo Di, el chófer pero lo acompaña Hillary que en cuanto ve a Piper, sonríe y ambas chillan emocionadas, llamando la atención de varias personas. Me río y entonces reparo en la chica que cuida de mi hermana. Hasta ahora no le había prestado atención, pero no parece muy mayor, de unos diecinueve años, quizás. Es delgada, demasiado, tiene el pelo negro, liso hasta sus hombros y sus ojos son marrones. Se aparece a la señora Esther.

–¿Qué edad tiene Hillary?– pregunto con curiosidad mientras salimos de hotel. Diamond me mira.

–Creo que cumplió diecinueve hace poco– he acertado –Ella es nieta de Esther.

–Lo sospeché– le digo. Sostengo la puerta para que ella entre a la camioneta y cierro cuando están las tres acomodadas en el asiento trasero, yo me voy de copiloto.

Bien, París, aquí vamos.

****

Diamond Hamilton

No me había divertido en años. Específicamente desde hacía siete años, tiempo que tienen mis padres de fallecidos.

No miento al decir que Ethan y su hermosa hermanita han traído alegría a mi vida. Antes solo me la pasaba trabajando y en el club, teniendo sexo. Algo liberador, pero vacío. Sin embargo, después de él, las cosas se han tornado diferentes. Disfruto más.

Pasamos la mañana visitando varios lugares, como el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame, el Palacio de Versalles, la Plaza de la Concordia. A medio día fuimos a almorzar en un lindo restaurante, y al terminar volvimos al recorrido. Visitamos Le Marais, un barrio antiguo donde puedes hacer compras, visitar galerías de arte y algunas casas de moda. Al final fuimos a la Catacumbas y al Panteón de París. Dejando el paseo en barco de Sena para el día siguiente, también como las visitas a varios museos entre ellos el de Louvre y el de Picasso.

Mi Señora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora