Capítulo 10

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–No puedo evitar sorprenderme cada vez que vengo aquí– comenta Piper emocionada. Levanto la mirada hacia la imponente mansión Hamilton y le doy la razón. Es impresionante –Me dijo Esther, que tiene dieciséis habitaciones. ¿Cómo puede vivir una sola persona en un lugar tan grande? Porque tiene de todo, piscina climatizada en el sótano, sala de juegos, biblioteca y si comienzo no termino– escucho una ligera risa y volvemos la cara para ver a Diamond con el rostro divertido.

–Es la casa de mis padres, aquí crecí, se me es imposible separarme de este lugar, por eso vivo sola aquí. Vamos, les daré un tour– nos hace un gesto con la cabeza para que la sigamos.

Mi hermana corre para ponerse a la par de ella, mientras yo me quedo un poco más atrás. Piper no se negó en ningún momento a trasladarnos aquí, y también le gustó la idea del nuevo colegio, siempre y cuando ella pudiera asistir a sus clases de danza. Todo bien hasta ahí. El problema fue cuando ella preguntó el motivo por el cual iríamos a vivir en la casa de Diamond. Ella trató de decirle que era porque yo soy su asistente y me necesita cerca, sin embargo, Piper no es tonta y nos miró con sospecha antes de soltar lo que nos dejó perplejos:

–Sé que tienen una relación de esas de los adultos donde son y no son nada al mismo tiempo. Haré como que no lo sé, no se preocupen– dijo con una sonrisa.

Y ahora estamos aquí, en nuestra nueva casa. Di nos enseña la primera planta, que desde que entras ves la fina escalera de mármol que te lleva al segundo piso, también yendo por un pasillo hasta atrás está la cocina y el cuarto de lavado, al costado derecho está la gran sala de estar y a la izquierda está el comedor. Debajo de la escalera está la entrada al sótano donde está la piscina climatizada que Piper no ha parado de mencionar, finalmente, vamos por otro pasillo que nos lleva a la salida hacia el patio trasero, que es enorme y cuenta con una piscina, terraza y un campo verde que se extiende más lejos. ¿Cuantas hectáreas tiene esta casa? ¡Es enorme!

Volvemos al interior para subir al segundo piso, donde está la habitación principal que es del tamaño de un apartamento de dos habitaciones, y no, no exagero. No duramos mucho allí, sino que vemos otras cuatro habitaciones más pequeñas, un salón biblioteca, un cuarto de juegos, con mesa de billar y todo, un salón de proyección, es decir, un cine y una oficina, que hasta ahora es lo más pequeño que tiene la casa. Subimos al tercer piso y allí están todas las habitaciones restantes, todas amuebladas como si estuvieran habitadas.

–Hace poco la reformé, antes aunque sorprendente que parezca, la casa tenía un aire hogareño y acogedor– miramos alrededor, Piper está maravillada con todo. He visto muchas pinturas por toda la casa y me pregunto de qué artista son, le expongo mi duda a Diamond que sonríe con nostalgia –Son de mi madre, todas. Ella pintaba y era maravillosa.

–Son lindas– dice mi hermana.

–Gracias. ¿Saben algo?– nos mira con un extraño brillo en sus ojos –Antes dije que vivirían en la casa del servicio, pero he cambiado de parecer. Así que, Piper, elige dos habitaciones de este piso, las que desees– mis ojos se abren con asombro.

–¡Dos!– chilla la pequeña y la mira con entusiasmo –¿Por qué dos?

–Una para dormir y otra para mandar a prepararte un salón de danza.

Piper suelta un grito emocionado y abraza a Di de manera impulsiva. Esta se sorprende pero al segundo le devuelve el abrazo. Yo solo me quedo al margen, observándolas.

–Estarás sola en este piso, ¿estás de acuerdo con eso? Sino puedes elegir una para dormir de abajo– agrega y Piper lo piensa.

–Sería mejor que elijas una del segundo piso– le sugiero y ella asiente mirándome.

Mi Señora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora