Capítulo 39

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Ethan

Deben ser al menos las dos de la mañana. Diamond está con el rostro serio mientras teclea algo en su ordenador, la observo desde los sillones de su oficina. Está tensa, a simple vista lo logro apreciar, también está pensante aunque parezca concentrada en lo que hace.

Es increíble como he llegado a conocerla, al punto de saber sus diferentes estados de ánimos. Como los de ahora: está furiosa, sus ojos azules lo dejan ver; está frustrada, toda esta situación está a punto de hacerla colapsar; también se nota algo afectada por el contenido de la caja.

Veo como golpea su escritorio a la vez que maldice entre dientes. Me pongo alerta y me levanto de mi lugar para acercarme a ella que masajea sus sienes.

─¿Pasa algo, amor?─ la abordo suavemente y ella niega con la cabeza, pero no en forma de negación, sino como si no creyera lo que está sucediendo.

─Al parecer el universo está conspirando contra mí─ frunzo el ceño y ella gira la pantalla del computador de escritorio y está abierto en el programa de correo electrónico ─Me había olvidado de esto completamente, ahora no sé si sea buena idea que esto salga a la luz, no si hay un idiota detrás de mi dinero.

En el correo está una copia de la portada de la revista Forbes donde aparece Diamond de brazos cruzados y con el rostro de empresaria depredadora. "La Icewoman se convierte en la reina de hielo más poderosa del mundo", es el eslogan de propaganda. Mi-er-da. También había olvidado eso. Hace unas semanas habían entrevistado a Di porque según por el estudio de valores, su fortuna es de treinta y nueve mil millones de dólares, haciéndola la nueva mujer más rica del mundo en año presente y según la dicha revista. Así como también, la primer mujer menor de treinta años que maneja un emporio de tal tamaño como lo es el Hamilton Holding y todas sus raíces.

Levanto la mirada para verla con el rostro perturbado. ¿Esto serviría como un incentivo para que el supuesto hermano de mi mujer siga atacándola? Probablemente.

─¿Cuándo sale la edición?─ pregunto acercándome a ella y haciendo que se levante para yo tomar asiento en su lugar y que ella se acomode en mi regazo.

─Este lunes, y aunque puedo hacer que retrasen la publicación, no serviría de mucho ya que la información saldría a la luz días después─ suspira y pega su frente a la mía. Le acaricio los brazos con parsimonia y la dejo que se apoye en mí, que encuentre un soporte en mi persona ─¿Qué voy a hacer, Ethan? Estoy cansada de que algo nuevo surja cada dos semanas, a este paso voy a morir de estrés por exceso de trabajo.

Su voz se escucha casi como un sollozo y, sin ganas de verla derrumbarse de nuevo, la tomo de las mejillas y la obligo a verme.

─¿Por qué te lamentas?─ pregunto con voz dura y con determinación ─La Diamond que yo conozco le hace frente al mundo con la barbilla bien en alto, con una mirada superior y con una actitud intimidante. No se deja caer por una persona con deseos de dinero que por supuesto, no obtendrá. La mujer que yo veía en televisión le daba una sonrisa arrogante a las cámaras y parecía ver que todo en su vida era perfecto. Yo nunca vi esos hermosos ojos casi transparentes llenos de lágrimas, ni esa expresión atormentada. Ni tampoco quiero verlos, quiero observar a la fabulosa mujer que eres tomando esta situación como si fuera un simple problema de vestimenta más.

Logro ver una ligera sonrisa tratar de escapar de sus labios y sus ojos brillan emocionados. Mi corazón se quiere salir de mi pecho con cada palabra, pero si no soy yo quien la alienta a seguir adelante, ¿quién lo hará?

─Confías tanto en mí─ murmura y dejo un beso corto en sus labios.

─Porque sé quien eres y porque te amo.

Mi Señora (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora