||Ellos me odian|| «Radier»

Eight

—¿Cuántas veces te he dicho que no puedes empujar a tus compañeros?

La maestra lo llevaba del brazo hacia la dirección.

Otra vez se había portado "mal".

—No sé... —Con la poca fuerza que tenía intentaba soltarse.

—He recibido muchas quejas de ti, jovencito.

—¿Y eso qué? —Pregunto con una diminuta sonrisa— No me importa que digan esos tontos.

—Pues deberías, voy a llamar a tus padres.

Radier no comprendía que había hecho mal, solo fue un pequeño empujón.

—¿Qué puedo para que no los llame?

—Vas a tener que disculparte con tus compañeros.

—Bueno...

Al cumplir los ocho años se ha vuelto un poco revoltoso, y más en su escuela, suele hacer bromas inofensivas a sus compañeros de aula, ellos no se lo toman para nada bien y lo acusan con la maestra, son unos aguafiestas.

Puso su mejor rostro de arrepentido y se disculpó, algunos aceptaron sus disculpas, otros solo fingieron que lo perdonaban.

—¿Quién se cree ese idiota? —Era hora de recreo y algunos niños empezaron a conversar acerca de Radier.

—Es un completo raro —Mencionó una niña de trenzas.

—Miren, Radier de nuevo se quedó dormido —Señalo al mencionado que sostenía en sus manos un libro, aunque luego el objeto se cayó al piso, provocando que se despertará el menor.

El grupo de niños se rieron de lo que vieron y dejaron de prestarle tanta atención.

Radier no era precisamente normal y aquello puede provocar la típica curiosidad de cualquier niño.